Fotografía compartida del Diario Avisos del día 14 de mayo del 2025.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA
LLANOS, remitió entonces (14/05/2025) estas notas que tituló “MUJICA, MODESTIA Y HUMILDAD”: “…Uruguay está de luto
y dice adiós a un presidente que será eterno, José Alberto Mujica, la
encarnación de la modestia y la humildad, el político que simbolizó lo
contrario de lo que se estila, el hombre hecho a sí mismo en la guerrilla,
militante tupamaro, uno de los que aceptó formar parte del Frente Amplio (FA) y
emprender, con la legitimidad democrática de las urnas, un liderazgo social y
político indiscutible.
Diputado
en 1994 y a partir de 1999 electo varias veces senador encabezando la lista más
votada de todo el FA, José Mujica fue construyendo en todos esos años el respetable
personaje de ‘jefe’ popular apodado Pepe. Acumuló respaldos electorales allí
donde la izquierda nunca había llegado masivamente: en las clases medias y
populares del Interior y en los barrios populares de Montevideo. Lo hizo
ganando en protagonismo y prédica y asumiendo las tareas propias de cualquier
dirigente clásico del Uruguay histórico y democrático. Pero lo hizo también
descalificando, a veces desde el agresivo insulto personal y la procacidad, a
los dirigentes de los partidos de siempre, Nacional y Colorado, que fueron sus
adversarios.
Dicen
que el tiempo de su presidencia fue el de mayor bonanza internacional del que
se tenga memoria. Hubo crecimiento del salario real y bajo desempleo: las
clases medias, finalmente, accedieron a niveles de consumo antes impensados. En
paralelo, el personaje, el Pepe presidente logró por esos años un éxito
internacionalmente impar: su edulcorada leyenda cautivó; su calculada
austeridad se elogió; sus sentencias, más o menos simplistas, fueron ponderadas
y respetadas. Su fama se hizo mundial. Empero, el reverso de la medalla fue la
decepción: su gobierno, con graves episodios de corrupción, de manera que para
amplios sectores sociales desperdició la oportunidad de mejorar radicalmente la
educación pública de las clases medias y populares que son las que más
necesitan forjarse un futuro de ascenso social y bienestar.
“Su
grandeza humana trascendió Uruguay”, ha dicho Lula da Silva, presidente de
Brasil. Claro que sí. Y es que su vida fue un ejemplo de que la lucha política
y la tolerancia pueden ir de la mano. Y de que el coraje y la fuerza pueden ir
acompañados de humildad y desapego. Mujica lució los valores que la sociedad de
nuestros días echa de menos y espera siempre de los gobernantes. Luchó por la
justicia social y contra las desigualdades.
Y
recordó cómo vivió el ‘Maracanazo’, cuando era un crío, la impensable victoria
del seleccionado de fútbol de su país sobre la todopoderosa Brasil: “Yo metía
el dedo en una radio vieja, de aquellas de válvula, porque de otra manera no se
escuchaba. Fue glorioso, pero era otro tiempo".
Memorable,
sí…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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