martes, 9 de julio de 2019

PEYO

 

JUAN PEDRO PÉREZ RODRÍGUEZ, conocido en la vida por “PEYO”, nació en la Villa de La Orotava, en el histórico lugar, de la Cruz del Teide en el año 1947, y falleció en la misma Villa el día 9 de Julio del 2019, de 72 años de edad.
Estudió en el colegio de San Isidro. Perteneció a la Rondalla de Pulso y Púa del mismo colegio, recibiendo la enseñanza musical del salesiano don Manuel Roja y del orotavense don Paco Dorta Hernández.
Perteneció a los “DIVINOS” del maestro Higinio González García. A la agrupación Juvenil Orotava que dirigía Paco Morales Rodríguez.
Participó con solo 17 años en la Feria Mundial de Nueva York en la primavera del año 1964, con la Sección Femenina de la Villa de La Orotava. En el año 2014, participó el el cincuenta aniversario de su estancia en la ciudad neoyorquina de Nueva York, que se celebró en el salón de Pleno del Ayuntamiento de la Villa de La Orotava.
Por entonces me indicó personalmente en una entrevista que le realicé: “… Me sorprende con estas palabras; Deseo hacerle ver a la actual juventud, repleta de grandes tecnologías, que un muchacho de 17 años, residente en una ciudad como La Orotava, entonces rodeada de campos; plataneras por el norte, trigos, árboles frutales, huerta de papas y viñas por el sur. Viaja a Nueva York, a través de Madrid, con una cultura de aquellos años obtenida en el colegio de San Isidro, ver primero estas dos grandes ciudades que el Sur de la isla de Tenerife donde residía, e incluso la Santa Imagen de la Virgen de La Candelaria patrona de nuestro archipiélago. Es una innovación que jamás olvidará en su vida.
Le fueron a buscar un mes antes, recomendado por Efrén Sacramento Álvarez. Entonces alternaba entre los grupos: Rondalla de pulso y púa del Colegio de San Isidro (donde aprendió de la mano de un gran maestro el salesiano don Manuel Roja), Agrupación Juvenil Orotava del amigo Paco Morales y Los Divinos de Higinio. Manolo Cabrera Estévez que era jefe del grupo de los Coros y Danzas de la Sección Femenina de La Orotava, le hizo una pequeña prueba instrumental, que no le sirvió de nada, pues ya reunía unas cualidades artísticas y musicales que le eran evidente. Incorporado al grupo, se sintió identificado con la calidad del mismo, sobre todo con la de su director musical, Juan José González de Villar, el cual reunía unos conocimientos musicales, jamás visto después de tener a profesores de mucha calidad.
Recuerda que el día que embarcaron por el Aeropuerto de los Rodeos, unas semanas antes, se había producido un accidente, concretamente el día 17 de marzo de 1964, un avión militar Douglas DC - 3, perteneciente al Ejército del Aire español, se estrelló en las cercanías del pueblo de La Esperanza, al intentar un aterrizaje nocturno en el aeropuerto de Los Rodeos. En nueva York en la residencia donde se ubicaron, la compartía con los compañeros Cándido León  y Pedro Martín. Ganaba 6 dólares diarios, el cambio entonces estaba en 60 pesetas el dólar. Se gastó todo lo que ganó, puesto que se trajo para su casa,  la ilusión de su vida; transistor, cámara fotográfica, vestuarios y demás. En ese tiempo compartía aquí en La Orotava el trabajar en las oficinas del constructor don Ángel García (vecino suyo en La Cruz del Teide), con los estudios musicales en el Conservatorio de Santa Cruz de Tenerife, al que se desplazaba diariamente en los recordados micros marca Commen de transporte de Tenerife. El conservatorio ocupaba en ese año de 1964, la actual sede del Parlamento de Canaria, cuyo salón de actos era, lo que actualmente es el salón de pleno.
Dos ilusiones se le quedaron garbada en vida; primero el recibimiento en el aeropuerto neoyorquino al grupo Anglosajón The Beatles, que le eran totalmente desconocidos. Y la visita que le realizó a la multinacional RCA, un pabellón moderno repleto de televisiones y aparatos de música. Donde se vio en pantalla, lo que desconocía verse en la Televisión, pues aquí en su casa la llegó a tener cuatro años después.
Actuaban en los escenarios sin megafonía, le sorprendió de verdad, ya que a los allí asistentes no se le oía ni su respiración.
A parte de doña Maruja San Pelayo, que era la jefa suprema,  le acompañaba una segunda que se le conocía por  la señora Belén (no recuerda sus apellidos).
El orotavense Carlos Argüelles a través de la Agencia de don Pedro Hernández Méndez, se encargó de trasmitir toda la documentación necesaria para el viaje (Certificado de Penales, Visados etc.) Llevaron consigo los equipajes particulares de cada miembro, pero aparte en un baúl de mimbre se llevó el vestuario típico (propiedad de la sección femenina de la Villa) y las cintas de las varas. Lo curioso que nunca se supo nada de las varas de San Isidro, desparecieron en la aduana del aeropuerto de Nueva York misteriosamente. Hizo amistad con Marujita Díaz que siempre le escuchaba al toque de su bandurria, acompañándole en algunas coplas. Marujita que le encantaba Canarias, entonces estaba casada con el bailador español Antonio Gades. Lo curioso, que cuando íbamos con los grupos a cualquier espectáculo prohibido para menores, nuestro compañero Antoñito, era el único que se encontraba con la prohibición de pasar, no por la edad, si no por la estatura, mientras que a él le pedían el carnet, muchos de nosotros a no tener la edad y por la estatura media de personas normales siempre entrabamos.
A titulo anecdótico: un día el grupo de Huesca ( representando a Aragón ) no tenia bandurria para poder actual porque había tenido un problema, y se ofreció para tocar, eso sin ensayar sino sobre la marcha, nadie del grupo de ARAGON SE LO PODIA CREER, le vistieron de maño eso a 10 minutos de salir al escenario, pues no se notó la falta del bandurria , ese día dicho grupo casi lo saca a hombros.…”
Amplió sus estudios musicales en el Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife.
Dio clases de músicas en los colegios: La Milagrosa. Ramón y Cajal, y la Florida, en donde tuvo varios años un grupo folclórico y de zarzuela para el Carnaval.
Últimamente daba clases de música en la asociación de vecinos de la Candelaria El Lomo.
Le conozco desde la infancia, aficionado al futbol, al UD. Orotava. Perteneció a la Orquesta de Música ligera “Los Atlánticos” de Los Realejos. Y Fue director musical de los festivales de María Auxiliadora en el colegio de San Isidro de la Villa de La Orotava.
Toda su vida trabajando profesionalmente de la música, en la hostelería del Puerto de la Cruz. Viajó a Rusia con un grupo de folcloristas de la Villa, al principio de los setenta del siglo XX, coincidiendo en el aeropuerto de Moscú con la Selección Española absoluta de Futbol.
Amigo de sus amigos, participo en disfraces del carnaval individualmente, pero lo suyo era la música de pulso y púa. Destacando en el instrumento “La Bandurria”.
Peyo, te deseo de todo corazón, que descanse en ese paraíso eterno, y sigue con tu música, con tu bandurria agradando a todos los amigos, y a tu querida mamá que ya están descansando y disfrutando en la  gloria de la esperanza, la paz y la misericordia.
Un abrazo querido amigo, hasta siempre.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

2 comentarios:

  1. gran musico y mejor persona .................d.e.p.

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  2. Muchas gracias por este homenaje a mi padre. Estoy seguro que le hubiera encantado

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