martes, 15 de agosto de 2017

EL JUVENIL PLUS ULTRA Y LANZAROTE: POSIBLES RAZONES DE UNA FELIZ CONVIVENCIA 2009



Fotografía tomada por fuera de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria, en la escala que efectuaron en el trayecto marítimo los componentes del Juvenil Plus Ultras de La Orotava en su visita a Lanzarote en el año 1959.

El amigo desde la infancia en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava; FRANCISCO SÁNCHEZ GARCÍA, remitió entonces (2015) estas notas que titiló; “EL JUVENIL PLUS ULTRA Y LANZAROTE: POSIBLES RAZONES DE UNA FELIZ CONVIVENCIA 2009”: “…Durante la estancia en Arrecife del Juvenil Plus Ultra 1959, a la que viajamos para celebrar el cincuentenario de dos encuentros de fútbol con la Selección de Lanzarote con motivo de las Fiestas de San Ginés de dicho año,  fueron numerosas las veces en que en nuestros mentideros y conversaciones coincidíamos en el  bienestar físico y emocional que sentíamos en este reencuentro, que nos ha hecho inolvidable de nuevo este viaje.
Algo especial se produjo, que hasta nos movió a reflexionar entre nosotros e incluso a filosofar sobre los cincuenta años transcurridos y lo bien que nos sentimos y se sintieron nuestras esposas al reencontrarnos.
Y lo expongo para compartirlo con los que sientan curiosidad por nuestras andanzas.
Porque resultó fácil organizar el viaje, al ser el convocante Don Nazario, la persona que en unos momentos importantes de nuestras vidas nos encontró, más bien le encontramos, para infundirnos los valores esenciales del deporte del fútbol (respeto, esfuerzo, disciplina, educación, buen perder, bien ganar, amistad, solidaridad, buen jugar........) con los que constituimos el Juvenil Plus Ultra, y después el UD Orotava de 1960.
Su interés personal por celebrar el 50 aniversario del viaje del Juvenil Plus Ultra a Lanzarote, hizo que el volver a encontrarnos y reunirnos para organizarlo, pareciera que había sido ayer la última vez que nos habíamos visto, tal había sido de gratificante la acogida de la idea propuesta, y la añoranza de los días pasados de manera extraordinaria en Arrecife el año 1959.
Se hizo sencillo encontrar la razón del reencuentro: agradecer al pueblo de Lanzarote, a través del Ayuntamiento de la Orotava, la maravillosa hospitalidad que nos ofrecieron en San Ginés de 1959. En Lanzarote, nuestros adversarios de aquel año lo entendieron rápidamente, sobre todo al recibir la noticia Manolo Cedrés, a quien Chile fichó para su UD Orotava de 1960. Pero hubo aún más. Pudimos contactar con Darío Mesa, hijo de Doña Lola la comadrona de Arrecife y de Don Blas Mesa, amigo y compañero de profesión de mi padre. Lo habíamos conocido en 1959 y no había perdido el contacto con Tenerife ya que siguió los pasos de nuestros padres al estudiar Náutica en Tenerife y casarse posteriormente con una realejera, Tere Febles, hija de D. Dámaso el de la gasolinera.
Porque fue el amigo Darío principalmente el que junto a Manolo Cedrés y Domingo Ortega crearon, más bien, recrearon el ambiente en Arrecife, en su Ayuntamiento, Cabildo, Círculo Mercantil La Democracia, Sociedad Torrelavega y Club Náutico, para que nos sintiéramos con la misma hospitalidad de 1959.
En esa predisposición, el Hotel Diamar nos resultó perfectamente ubicado para nuestras obligadas caminatas a través del paseo contiguo que lleva hasta Playa del Carmen; para las tertulias exteriores, para los baños de mar y partido playero ......; y por ser equidistante del recinto ferial y cafeterías y sociedades costeras, nos facilitó saludar a Paulino Rivero, y a Elfidio Alonso y sus nuevos sabandeños villeros, Fermín, Gustavo, Josuá.....que, en su recital en el recinto ferial, tuvieron el extraordinario detalle de dedicarle a la comitiva del Plus Ultra presente, el bolero “Cuando pasan los años”, lo que fue refrendado por un sentido aplauso del numeroso público asistente que nos hizo botar y......volar de emoción. No se podía pedir más, pero sí............hubo más.    
Porque existió una sincronizada armonía cuando visitamos la Cueva de los Verdes, Los Jameos ( mi cuñada Paca me recordó que cuando dio a luz a María Elena le regalé el jameo de plata que había recibido como jugador de la UD Las Palmas en 1968 cuando se inauguró el actual campo de Arrecife), la Casa de los Volcanes, el Mirador del Río y la Fundación César Manrique, cuyo espíritu tuvo que estar desde nuestra llegada a Lanzarote a nuestro lado para hacernos sentir fuera del tiempo, porque ni sabíamos de hora ni del día en que vivíamos. Seguro que para agradecernos la acogida que en el Valle le dimos a su obra del Complejo de Martiánez del Puerto de la Cruz.
El bienestar físico y espiritual que se mantenía entre la comitiva también fue comentado entre nosotros cuando nos acercamos a Timanfaya e hicimos la Ruta de los Volcanes, y visitamos El Golfo y Los Hervideros. Estábamos como en una nube de optimismo, serenidad y confortabilidad. Pude comprobar que no se había fumado nada especial, ni se había bebido vino que no fuera el Malvasía, Bermejo, El Grifo o el de La Geria, y siempre moderadamente.
Qué nos estaba pasando. Alguno no terminaba de filosofar con lo que nos estaba ocurriendo.
Y llegó el día de San Ginés. Unos con Darío Mesa y señora nos fuimos hacia Playa del Carmen (donde el año 1973 habíamos coincidido con nuestros respectivos padres)  a encontrarnos con un primo de José Luís, mi prima Lucy y con los amigos Sergio, Ángeles y familia. Allí también  me tropecé con Pepe González el que fuera masajista durante muchos años de la UD Las Palmas. Me recordó sin venir a cuento – qué casualidad - los jameos de plata que nos habían regalado cuando la UD Las Palmas visitó Lanzarote para inaugurar el actual campo de Arrecife. Le señalé a mi cuñada Paca como actual propietaria del recordado detalle.
Después de comer atún fresco y beber Bermejo y El Grifo en “El Tomate” de Puerto Calero, tomamos café en el Hotel Fariones donde saludamos a los hermanos Celestino y Jesús González de Chávez, así como al político del PP Pablo Matos casado con conejera. Regresando al Hotel Diamar, contentos por la comida y los encuentros con amigos y paisanos, fuera de la Villa.
El resto de los compañeros se habían quedado en Arrecife comiendo muy a su gusto en la Casa del Miedo.
Se seguía hablando de lo bien que nos sentíamos y nos habíamos sentido, Como si no hubieran pasado los años y nos hubiéramos estado viendo siempre en total armonía. No hubo que reseñar siquiera un dolor de cabeza.
Todo muy bien.
Se aprovechó la cena de ese día para entregar las notas, y dar las gracias al matrimonio Darío Mesa y Tere Febles por sus atenciones. Alguien propuso se nombrara a San Ginés, patrón del Juvenil Plus Ultra, lo que fue aprobado por unanimidad. En ese momento estábamos todos convencidos que lo sucedido en Lanzarote en 1959 y ahora en 2009 con el Juvenil Plus Ultra no podía  tener otro origen que el del cielo de San Ginés.
Lo curioso de todo lo acontecido es que  nada más regresar a Tenerife el amigo Ramón Fariña ha tenido que observarse de una hemorragia ocular, de la que esperamos pronto se recupere aprovechando las endorfinas segregadas en Lanzarote y el patrocinio de San Ginés.
Y así entiendo deberá seguir pasando la vida: captando lo bueno de lo mágico y fantástico,  para sobrellevar de la mejor manera, lo duro de lo real y humano…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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