lunes, 8 de agosto de 2022

HABÍA UNA VEZ… UN CIRCO

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “HABÍA UNA VEZ… UN CIRCO”: “…En mi niñez al primer circo que fui, fue con mi hermano Evelio. Era por la noche y después de tanto insistirle a mi madre nos llevó a uno que vino a la plaza de San Francisco.

La función era al aire libre, los artistas salían del molino de gofio de Doña Manuela. Más tarde, en otras ocasiones, fui al circo Kubati, también al aire libre. Esta vez en el campo de la garrota, y al de Pololo que venía en una furgoneta al Quiquira y a La Piedad, los llamaban circos, pero no se parecía a nada. Imitaban algunos números.

Ya más tarde, fui al circo Toti, ya venía

con su carpa instalada en la Sidrona. Traía su orquesta, recuerdo que tocaban la gallina papanata (hoy la gallina turuleta, el vocalista se llamaba Jorge Jordán, y cantaba la cantara (la muscula). Era la canción que estaba de moda, el presentador se llamaba Don Pedro, vestía muy elegante. Toti aparte de tocar el saxo en la orquesta, era uno de los payasos. En ese tiempo venía con ellos el caricato Julio Crespo.

Recuerdo que cuando estaba contando un chiste, desde las gradas uno le grito “Crespo ese chiste es viejo”, y él le contestó “más vieja es la cuenta que me debe tu madre en la venta, y no la ha pagado”, provocando las risas y los aplausos.

También venía cantando su hija, Conchita Crespo, era jovencita que enamoraba. Ese día cantó las canciones “dormida en el bosque”, y dicen que criticar es un pecado, que a mí se me quedaron grabadas, y quién no recuerda a caña dulce, con el tambor y sin limpiarse los mocos, anunciando el circo toti por todas las calles.

Además fui en otra ocasión al Circo Segura, que se instaló primero en el paseo Domínguez Alfonso, pegado a la barbería del maestro Vicente Capelo, donde está hoy La Barriada y más tarde volvió, pero a la terraza del Teatro Atlante. Los payasos se llamaban Arturo y Raúl. También fui al circo Arriola que también se instaló en la Sidrona y al Circo Canarias y en el Estadio los Cuartos.

Creo que era el Berlín Circus. En aquellos años todos los circos que venían a Tenerife pasaban por La Orotava. A mí me encantaban los payasos, los malabaristas, los Ilusionistas, y los cantantes, pero las fieras, los acróbatas, y los trapecistas no porque me ponían muy nervioso. Y no me digan cuando estaban en el trapecio y fingían que se iban a caer. Yo sentía el sudor por todo el cuerpo.

En aquel tiempo solamente teníamos como ocio el teatro Atlante (cine). Pocos eran los que tenían aparato de radio, ya que no había llegado la televisión, así cuando venían los circos se llenaban. Cuidado que eran incómodas las gradas, tenías que procurar que al sentarte no te tocara delante alguno de los puntales o las sogas que sujetaban la carpa, porque salías con tortícolis.

Hoy nos unimos a los famosos payasos de la tele Gabi, Fofo, y Milikito y recordando el ayer cantaremos juntos la canción que ellos hicieron muy popular: “Había una vez...un circo”…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL



 

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