Observando
el facebook me tropiezo con una estampa que fue habitual en mi infancia y
juventud referente a la Casano de San Jerónimo en el centro del Valle de La
Orotava, que me entra en mi óptica como un rayo de pavor y agónico.
Histórica
fotografía que comparto con ELIZABETH SINCLAIR GONZÁLEZ, sobre ese territorio
que fundó en el año 1666 doña Catalina de Lugo Grimaldi.
Por esa
carretera se transcurría hacia Los Realejos, Icod de Los Vinos y Puerto de la
Cruz. Esa fabrica la conocí como sede de un empaquetado de plátanos, que
regentaban entonces la familia Jiménez.
Se dice
que en esa capilla se encontraba un San Jerónimo, que actualmente está puesto
al culto en la Parroquia del Rosario de
La Perdoma.
Era una
delicia atravesar ese tramo, puesto que muy cerca se encontraba el típico badén,
donde aprovechábamos los asientos de la trasera de las guaguas para gozar del
salto que nos producía.
A la
vuelta de la esquina la fotografía nos señala lo que fue ese inmenso territorio
sembrado totalmente de plataneras, lo que embellecía el verdó del Valle, y la
naturaleza divinizada.
Hoy un
hecatombe de cemento, una urbanización sin cesar, donde el terreno reconvertido
en comercios y salones hasta nos asombramos de ver hoy el Alcampo y demás.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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