BLAS

Blas Trujillo Luís, nació en el año 1948 en La Villa de La Orotava, en la calle La Reina, una calle poco conocida, y transcurrida que ensambla la calle Claudio en la Villa de Arriba con el antiguo y desaparecido matadero Municipal de la Cruz del Teide. Hijo de los orotaveses; Eufemiano Trujillo y Estéfana Luis, el cuarto de cuatro hermanos Adalberto, Mundo, Carmen Rosa y Blas. Y falleció el 5 de diciembre del 2023.

Recuerdo ver a su padre Eufemiano entrar y salir a las oficinas de la Cooperativa Agrícola Norte de Tenerife (FAST), en la calle Calvario en la que era operario administrativo, compañero y amigo de mi tío Enrique Abréu González. Fue también un gran alfombrista del Corpus orotavense, su alfombra la continua confeccionando su hijo Blas que fue compañero de un servidor en el Colegio de San Isidro de la Villa de La Orotava.

Estudió en el colegio de San Isidro de la Villa. Muy joven se incorporó al mundo laboral, empezando como auxiliar administrativo en la FAST con su padre y hermano Adalberto. Continuando su labor profesional en el mundo de la hostelería del Puerto de La Cruz.

Magnifico dibujante, al igual que su padre, y hermanos. Alfombrista de pro, pero lo considero un notable artista de la paleta, en la que plasma unos paisajes urbano admirable.

Folklorista, participando en diversos grupos parranderos, siempre a por la Romería de San Isidro.

Encargado de pintar el pasaje típico que adorna el escenario de la Sociedad Cultural Liceo de Taoro, para la elección de la Romera Mayor, y su disfrute en las fiestas mayores de la Villa de La Orotava.-

Se casó con una portuense Blanca de la Nuez Herrera. En la que hizo una extraordinaria familia.

Blas como cariñosamente le conocíamos  fue una persona de trato afable y carácter sencillo, de espíritu campechano, así como un gran admirador del arte; la pintura, el dibujo y la música.

Amigo y compañero descansa, en ese paraíso infinito, en un paraíso artístico como él siempre lo admiraba, paraíso donde siempre hay esperanza confraternidad, generosidad y tranquilidad.

Un fuerte abrazo y hasta siempre amigo.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL