Su hijo; MIGUEL RAMOS LINARES, remitió entonces
(04/05/2017) estas notas y fotografía: “…
Hoy hace 8 años que murió mi madre. Me acuerdo de ella todos los días, como
es natural. Esa herida no se cierra nunca, ni quiere uno que se cierre.
Me pasa además una cosa, que creo que
también le ocurre a todo el mundo en mi situación. Frecuentemente me pregunto
qué es lo que ella pensaría o cómo habría reaccionado sobre tal o cual cosa,
algunas importantes, otras no tanto y unas pocas completamente banales. No me
pasa lo mismo con mi padre, supongo que porque vive, goza de buena salud y se
lo puedo preguntar en cualquier momento, aunque luego a lo mejor no lo haga.
Así que parece que, después de muertos,
seguiremos influyendo en la vida de nuestros hijos, como mi madre lo sigue
haciendo en la mía.
(En esta foto, que le sacó mi abuelo a
finales de 1962, en Santurce, mi madre tiene 16, casi 17 años, los mismos que
me faltan a mí para llegar a la edad que ella tenía cuando murió. El parecido
con mi hermana Sara, para los que la conozcan, es enorme)…”
Lolita era guapísima, la recuerdo con mucho
cariño, las veces que frecuentaba la casa de su tía Edelmira Linares Álvarez
(vecina de mi casa) en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava.
Aunque era un niño. La verdad que no entiendo
la marcha al infinito, tan joven, no lo entiendo. Me entristece. Querido amigo
Miguel, lo siento de todo corazón, creo de verdad que ella desde arriba nos
está agradeciendo.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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