El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS,
remitió entonces estas notas que tituló “GLOSA DE UN CORRESPONSAL”: “…Ya
no se usa tanto, desde luego, o no se usa como antes, pero si alguna
encarnación quiere hacerse de la figura del corresponsal, hay que situar como
ejemplo a Antonio Expósito Mesa quien pone punto final a cuarenta y cinco años
de ejercicio informativo desde su Villa natal.
Desde allí, desde La Orotava, ha
venido cumpliendo ininterrumpidamente con una afición que alternaba con su
profesión de dependiente comercial para dar cuenta de la actualidad villera, la
que él mismo contribuyó a fabricar con crónicas e intervenciones que, a veces
con alharacas, reflejaban el quehacer y el devenir de la localidad norteña.
Ahora que se despide, bueno será
recordar que llegué a Radio Popular de Tenerife, a principios de los años 70,
de la mano de Antonio Expósito Mesa. Un compañero suyo de trabajo, Felo, nos
trasladó hasta La Laguna. Antes vimos un partido de infantiles en el
desaparecido campo Don Pelayo. Antonio fue hablando de su actividad, de la búsqueda
de resultados y del ‘modus operandi’. Uno había iniciado estudios de derecho
pero la vocación podía y pudo más, de modo que aquel primer contacto con el
padre Siverio, director de la emisora, era todo un impulso: nos estrenamos
aquella misma noche en un programa inolvidable, Tablero deportivo. Fue con una
crónica deportiva telefónica, rubricada con aquella despedida “Desde la ciudad
turística…”, que quedó acuñada para los restos y que de vez en cuando el propio
Antonio resaltaba en cualquier conversación amistosa o “intercomunicadores”.
Le estoy, pues, sumamente agradecido.
Le conocía de sus inquietudes en el baloncesto, de su presencia en la plaza del
Charco o en la de Franchi Alfaro, en los tiempos heroicos del deporte de
la canasta, sobre todo cuando llovía y había que obrar milagros en esas
canchas. Y también de su trabajo en tiendas portuenses. De verle luego en
cualquier rincón de los campos tomando nota para las crónicas que publicaba
Jornada Deportiva.
Antonio fue el prototipo del
informador, del corresponsal válido para todo. Ofició sin alardes, sin grandes
pretensiones y sin grandes retribuciones a cambio. Su máxima era cumplir.
Cumplir con cada envío, con cada transmisión, porque sabía que había gente
esperando su información. Era una conciencia periodística, un compromiso con la
comunicación adquirida sin enseñanzas ni manuales teóricos, sin otras guías que
las que marcaba la propia experiencia y alguna que otra orientación.
Así trabajó durante casi medio siglo,
repartiéndose en Radio Popular de Tenerife (COPE) y Jornada Deportiva. Y hasta
hizo sus pinitos en Archipiélago Televisión (ATV), una local donde también dejó
sello de su amor por la Villa, por sus tradiciones y sus celebraciones.
Terminó, claro, haciendo de presentador de festivales o concursos y de maestro
de ceremonias de toda condición. Siempre voluntarioso, siempre predispuesto:
acabó convirtiéndose en el recurso fijo para cualquiera de esas convocatorias.
Para eso le encantaba profesar de villero.
Ganó el premio Domingo Rodríguez
Ramírez de periodismo deportivo y ha sido distinguido con las insignias de oro
de la Asociación de Periodistas Deportivos de Tenerife y de la Federación
Insular de Baloncesto.
En su última etapa activa, ya en el
Ayuntamiento, en el gabinete de la alcaldía, siguió trabajando en todo eso que
le gustaba y que, con su aportación, se proyectaba adecuadamente. Con razón, le
ha confesado a Raúl Sánchez, en El Día, que se retiraba "con la
satisfacción del deber cumplido de acuerdo con mis posibilidades, y de haber
contribuido en todo este tiempo en honrar y divulgar el buen nombre de La
Orotava".
Antonio Expósito Mesa, autodidacta,
el corresponsal leal y cumplidor, dice adiós con la satisfacción de haber dado
cuenta de tantos y tantos acontecimientos, en algunos de los cuales, fue,
además, partícipe activo. En cualquier otro ámbito, sería un corresponsal más.
Para nosotros, para aquel equipo inigualable de Radio Popular, desde luego que
no.
Ahora, queriendo disfrutar de la
familia y de los amigos, sacrificados durante muchos años para atender los
deberes de informar, buscará tiempo para dedicarse a la Fundación proyecto Don
Bosco y al coro de La Concepción.
Lo hará con el mismo espíritu del
eficaz corresponsal que fue.
¡Gracias y suerte!...”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario