El
amigo de la Villa de La Orotava; JESÚS ROCÍO RAMOS, remitió entonces 17/03/2021
esta fotografía, referente a la Procesión
del Mandato en la década de los cincuenta del siglo XX, a su paso por la calle
de San Francisco.
Esta procesión que es una de las más importantes de la
Semana Santa de la Villa de La Orotava, sale el Jueves Santo por la tarde desde
la Iglesia Parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción.
Según el historiador Pedro Tarquis: “…La
cofradía de la Santa Vera Cruz y Misericordia, una de las más antiguas de la Villa, fundada
a mediados del siglo XVI. En el testero de la nave del Evangelio, tenía esta
cofradía su altar con las imágenes del Cristo de la Misericordia, la Dolorosa y
San Juan el Evangelista. En 1632 terminó de fabricar la Hermandad su nueva
capilla; el arco lo labró el cantero José Rivero. Las efigies se colocaron en
un retablo o nicho de cantería, obra del maestro Francisco Rodríguez. En el
inventario del año 1.563, figuran registrados el Cristo de la Misericordia, La
Dolorosa y San Juan. Siendo preboste y hermano mayor de la cofradía Don Antonio
de Calderón el mozo, encargó, en 1.586 a Juan de Arfián la policromía del
Cristo. La sepultura, según consta en los libros de cuentas fue tallada por un
artista que vino desde Garachico. El Cristo que es una copia exacta del Cristo
de La Laguna es de un imaginero conocido por Ruiz Díaz que todavía no ha
comprendido, ni ha entrado de lleno en el Renacimiento. La Dolorosa y el San
Juan Evangelista que estaba al pie de la Cruz, fueron sustituidos en el siglo
XIX, por otras imágenes del Grancanario José Luján Pérez. La figura de San Juan
es de talla completa, una de las mejores esculturas que salieron de las manos
de este imaginero Canario. La Dolorosa es de vestir. Estas imágenes salen cada una
en su trono o base de plata repujada…”
Esta Hermandad fue recatada por el doctor de la Orotava don Buenaventura
Machado Melíán al principio de la década de los años ochenta del siglo XX.
En esa época la procesión subía hasta San Francisco como lo hace
habitualmente, y en su regreso llegaba hasta la calle Viera, pasando por
delante de la Cárcel municipal, ponían en libertad un preso.
Parece ser que existía en las costumbres castellanas y sobre todo en las
andaluzas, de poner en liberta a un preso de dicha institución.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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