Francisco Quintero Santos (Paco) nació en
la Villa de La Orotava y falleció en la misma el día cuatro de Junio del 2021.
El ultimo de “La Academia”, hostal
restaurante que se ubicó en el antiguo camino de Los Cuartos – Avenida José
Antonio – Canaria.
Un lugar emblemático orotavense que fue
habita de visitantes ilustres, en cuyo salón se celebraban grandes bailes, sobre
todo en la despedida del año con fuegos artificiales.
Con el tiempo los “Quintero” se instalaron
en el Portillo de Las Cañadas, donde ubicaron un merendero, que se convirtió en
centro neurálgico del parque nacional, intercambiador de viajeros entre el
norte – sur – norte.
A Paco le conocí desde que era un niño,
trabajó en el surtidor de gasolina de su padre Toribio, frente al de mi padre
Juan en el Llano de San Sebastián.
Me contó que la famosa “Academia” nació en
casa de su abuela en la calle el Calvario, en una romería de San Isidro, vendiéndole
el vino a José González Pérez, que conocíamos por Pepe “El Canario”.
Posteriormente arrendaron un salón patio –
huerta en el mismo camino de Los Cuartos, donde empezó el apogeo del merendero,
y de ese hábitat unos metros más allá fabricaron el inmueble donde
definitivamente se instaló “La Academia” Hostal – Restaurante.
El nombre “La Academia”, se lo encajó el
orotavense Santiago Díaz Linares, zapatero que tenia la zapatería en la calle
Cólogan. Puesto que frecuentaba el lugar, y los amigos le preguntaban a donde partía,
contestándole que a la Academia, a echarse un vaso del buen vino.
Lo último del amigo Paco, todos los días nos
saludábamos, en varias calles diferentes, del casco histórico de la Villa de La
Orotava.
El caminar era evidente. Un costadito,
saludos de rigor, un pequeño intercambio, y así todos los días.
Adiós Paco era el simple saludo diario,
hasta que un día me dijo, solo quedo yo de los “Quintero”, madre mía solo
quedaba él.
Paco ahora ya no queda nadie, pero
reconozco que fuiste un hombre bueno,
servicial, amable, comunicativo.
Descansa en ese paraíso eterno, lleno de fe, esperanza y
misericordia. Mándale un recuerdo de mi parte a tu hermano Alberto, magnifica
persona que hacía vivir a todos con sus carismáticos chistes de la vivencia
cotidiana.
Un abrazo hasta siempre.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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