Fotografía de mi colección
particular tomada de mi cámara.
En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO
RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su
permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se tituló “LAS TORTAS DE MILLO DE SIÑA INÉS
“LA REINA”: “…Ya se acercan los carnavales,
y con ellos las célebres tortas de millo tan esperadas por nosotros los
villeros, porque solo se hacen en estas fechas. Me viene a la memoria, aquellas
tortas de millo que hacía Siña Ines, la reina.
Tenía la panadería en el
callejón del romero; viuda, madre de seis hijos. Manuel González, conocido como
el 'chiron', Candelaria la señora de Raimundo, el de la calera, Juan el que yo
no conocí, Carmen casada con Don Carlos González encargado (Jefe) del jardín
Botánico, Cristina que estaba soltera, trabajo con los Zerolos, y Eusebia
casada con Pepe Pérez "el pelón" y conocida como la de los huevos.
Como ya lo he contado otras
veces, fue la que me enseñó las primeras letras en la escuela, que tenía en un
cuartito que daba para la calle en la casa de la madre donde tenía la
panadería, y por estos días, Siña Ines hacía las tortas de millo, y cuando las
horneaba nos llegaban los olores a la escuela; ella nos llevaba unas pequeñas
que nos hacía para nosotros.
En aquel tiempo, al estar muy
escasos los ingredientes, las hacía con el millo molido, agua matalauva, y poca
azúcar, porque no había; eran duras, pero en aquella época todo era bueno, nada
comparable con las que hacen hoy. Otras panaderías, y en especial la panadería
de Nuñez, no sé cuál será el secreto, pero para mí son las preferidas. Yo creo
que las tortas de millo solo se hacen en La Orotava, le he preguntado a algunos
amigos de otros pueblos, y no las conocen.
Voy a contarles una simpática
anécdota. En calle donde yo vivo, en aquel entonces se llamaba calle Castaño
(hoy Dtor Domingo Glez), donde mis padres tenían la venta. En aquel tiempo era
de piedra y tierra, y venían a traerle el millo para repartir a los clientes en
las raciones, en el camión de los almacenes de D. Jesús Rodríguez Franco, lo
conducía Basilio el chocho, y el peón era Paulino Gutiérrez.
Cuando descargaba los granos,
caían a la calle, y se metían entre las piedras, y Siña Ines ya dejada su
actividad, pasó por allí y lo vio, y como no podía recogerlos, espero a que se
marchara el camión, para ir corriendo a la casa y traer a las gallinas.
Así lo viví y así lo he contado…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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