lunes, 4 de junio de 2018

MEMORIAS DE LA PUTA MILI


“…Fotografías propiedad del amigo ZOILO LÓPEZ BONILLA,  referente al Campamento de Hoya Fría. C.I.R. 15. Año 1968…”

El amigo de la Cuesta -  Puerto de la Cruz, actualmente residente en el Bajo Ampurdán-Cataluña; ZOILO LÓPEZ BONILLA, remitió entonces (04/06/2018), a través de su blog ZOILOLOBO – RETRODEZCAN, estas notas y fotos que tituló; “MEMORIAS DE LA PUTA MILI”: “…Aunque el servicio militar ya no es de carácter obligatorio, muchos jóvenes de hoy día deben saber que en el pasado sí que lo fue. Y lo deben saber porque a ningún abuelo se le escapa el hecho de recordárselo a sus nietos a través de las numerosas batallitas” vividas entonces en el seno de las distintas compañías de los muchos campamentos y cuarteles repartidos a lo largo de la geografía peninsular e insular española.
En Hoya Fría, en Tenerife, se establecía entonces el llamado CIR 15 (Centro de Instrucciones de Reclutas nº 15) desde donde después de pasar tres meses de instrucción reglamentaria en sus instalaciones, y finalmente jurar bandera, los reclutas serían luego destinados a los distintos cuerpos del Ejército repartidos por toda la isla: Ingenieros, Intendencia, Automóviles en La Cuesta, Infantería 49 en Los Rodeos, Artillería 93 en Santa Cruz (en la actualidad en Los Rodeos), etcétera.
Las fotos que hoy muestro en esta crónica dan una idea bastante aproximada de las condiciones de vida en un campamento de tales características donde, por ejemplo, carecíamos de agua caliente, habida cuenta del clima más o menos benigno que se disfrutaba en la isla.
Sin embargo, las duchas se hallaban al aire libre y se dormía en módulos de literas de tres pisos apiladas contra las paredes de las dependencias del barracón y en ausencia de taquillas, empleábamos el interior del petate para guardar nuestros enseres más imprescindibles: jabón, cepillo de dientes, ropa interior, etcétera. Hasta gofio y chorizos llegábamos a almacenar en tan reducido espacio.
En una de las fotos (La nº 6, de arriba abajo y de izquierda a derecha) puede apreciarse cómo todavía, aún en el año 1968, se conservaba para los primeros días de instrucción el popular mosquetón, sustituido algo más tarde por el llamado fusil de asalto CETME.
Algunas caras conocidas para muchos aparecen también aquí como testimonio de haber cumplido con el compromiso del servicio militar obligatorio. Es el caso de  José Antonio Peláez, del Puerto de la Cruz (foto nº 3, siempre de izquierda a derecha y de arriba abajo) o la de Paco Sicilia, antiguo y excelente jugador de balónmano, junto a su inseparable compañero Jesús Carballo, quien con más de sesenta años cumplidos se convertiría en campeón de España de triatlón en su categoría de veteranos (5ª foto).
Por último, me gustaría citar la presencia de mi íntimo amigo Alejandro Matilla, de Madrid, quien hace muy poco se trasladó hasta Cataluña, exclusivamente para hacerme una entrañable visita después de cuarenta años sin vernos.
Durante su servicio militar en Hoya Fría fue cabo primero de la 10ª compañía, capitaneada entonces por el conocidísimo Carlos Ramos Aspiroz quien, casualmente, fija su residencia actual en La Orotava y que se retiró con el grado de coronel (fotos nº 9 y nº 11)…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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