El amigo de
la Cuesta - Puerto de la Cruz, actualmente residente en el Bajo Ampurdán-Cataluña; ZOILO LÓPEZ BONILLA, remitió entonces (11/06/2018),
a través de su blog ZOILOLOBO – RETRODEZCAN, estas notas y fotos que tituló; “CHANO MIRANDA Y LA BANDA MUNICIPAL”: “…Si hoy traigo a
colación la publicación de esta antigua foto de archivo se debe principalmente
a dos motivos bien distintos que, en mi modesta opinión, mueven a la reflexión.
Por un lado, la entonces militarización de la Semana Santa en España y por el otro
la ausencia de conciertos a cargo de la Banda Municipal del Puerto de la Cruz
en la popular Plaza del Charco.
Los niños en general, siempre
deseosos de poder tocar un instrumento, se sentían sumamente atraídos por
pertenecer a cualquier banda de tambores y cornetas habidas en casi todos los
pueblos isleños que le ofrecieran la más mínima posibilidad, aun a pesar de
tener que padecer los rigores que en verano supone llevar consigo un pesado
casco, polainas, guerrera abrochada hasta el cuello además de cargar con el
instrumento elegido (foto 1). El enorme escudo metálico del pecho destinado a
guardar las baquetas del tambor da una exacta idea de la época a la que
pertenece la fotografía en cuestión.
Pero también existían otras
bandas como las municipales, donde los niños, aparte de tener la ventaja de no
parecer militarizados, podían elegir su instrumento favorito mientras aprendían
solfeo y técnicas de digitación o embocadura.
Por lo que puede apreciarse en
la foto que encabeza el reportaje, los niños del primer plano forman parte de
la banda de cornetas y tambores de la Cruz Roja.
Sin embargo, todos los otros
que con uniforme azul caminan tras ellos pertenecen a la Banda Municipal del
Puerto, en la época cuyo director era el excelente músico Chano Miranda y que en la foto
aparece con aire un tanto circunspecto al tratar, con toda seguridad, de
dirigir un repertorio algo más sombrío que de costumbre, como los destinados a
los lentos acompañamientos de Semana Santa.
Algunos jóvenes que conocí más
tarde se sintieron sumamente agradecidos a la oportunidad que el director les
concedió al enfrentarlos a unos instrumentos como el saxofón, el clarinete o la
trompeta de los que más tarde serían auténticos virtuosos.
De modo que: ¡Muchas gracias,
Chano Miranda, por las tantas horas de música disfrutadas bajo tu desenfadada
batuta, mientras bajo la sombra que ofrecían los magníficos laureles de Indias
del Bar Dinámico, en la preciosa Plaza del Charco, degustaba las más frescas
cervezas de los años 70!...”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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