El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER
LIMA ESTÉVEZ Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna, remitió
entonces (22/07/2018) estas notas que tituló; “LA GESTA EN SILVESTRE MACHADO Y BARRIOS (I)”.
Publicadas en La Opinión de Tenerife, el
sábado 21 de Julio del 2018: “…Acercarnos al
conocimiento de lo que ocurrió durante los días 22 al 25 de Julio de 1797 nos
sitúa ante un amplio corpus documental que permite al investigador o lector interesado
en su análisis detenerse ante tal hecho histórico desde diversas perspectivas.
Dentro de esas aportaciones incluimos y analizamos en el presente artículo la
oración ofrecida en el año 1864 por el realejero Silvestre Machado y Barrios,
que en el presente año conmemora el bicentenario de su nacimiento. De su
trayectoria vital enunciaremos brevemente que sería un ser ligado a diversas
parcelas del conocimiento, desarrollando la función de canónigo magistral de la
Santa Iglesia Catedral de la Diócesis de Tenerife, examinador sinodal de su
obispado, catedrático de San Fernando, profesor de religión e historia sagrada
en el Instituto provincial de La Laguna, socio de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País de Tenerife, entre otros muchos cargos a lo largo de su
fructífera e intensa existencia.
Para el caso que
vamos a analizar destacamos su condición como primer Magistral de la Iglesia de
Tenerife desde 1855 hasta 1877. Durante tal periodo de tiempo, y según el
juicio de contemporáneos, tendría un importante papel como orador sagrado,
reuniendo excepcionales cualidades que demostraba en cada una de sus
intervenciones “pues en Machado se reunían la elevación del concepto con la
pureza de la palabra y con la más estética y delicada acción, no hay para que
decir que llenó de un modo digno y completo los deberes de su cargo”, tal y
como llegó a citar el periodista Ramón Gil Roldán en un artículo.
El título de su
intervención sobre la Gesta sería “Oración que en el solemne aniversario
celebrado en la Parroquia Matriz de esta ciudad de Santa Cruz, capital de las
Canarias, en acción de gracias al Todopoderoso por la victoria obtenida sobre
la escuadra inglesa el 25 de julio de 1797”, cuyo ejemplar se encuentra
disponible en el fondo de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna y al
cual hemos logrado acceder a través de la red.
Inicia
Machado y Barrios sus palabras recordando el valor, el patriotismo, la gloria y
la admiración que para el pueblo representó la victoria de la isla sobre la
escuadra de Nelson. Muestra que Santa Cruz de Tenerife debe anunciar con
orgullo la defensa que realizó en ese contexto. En el acto, el orador se
llegaría a dirigir con gran emoción a los feligreses asistentes 67 años después
del episodio, pudiendo encontrarse en el mismo espacio algún testigo de aquella
hazaña. Para él, “los hijos de Tenerife no olvidarán jamás ese día de luto y de
sangre, en el que se escribió una página brillante entre las muchas que forman
la historia de nuestra nación”. La lección de tal día se enuncia como un
acontecimiento que evitó consecuencias asociadas a la posible dominación
inglesa de nuestro territorio, recordando de nuevo el orador que su papel es
perpetuar la memoria de un pueblo que sufrió “una noche de aquellas en que
parecía que el ángel de la muerte cantaba en el centro de su oscuridad, la
última hora para este pueblo”, dejando las palabras de Machado y Barrios una
intensa onda de reflexión que permitió a los fieles recordar o imaginar las
características de un ataque en el que “el genio del exterminio tendía sus
brazos de gigante para desaparecer del mundo a un pueblo que defendía su
libertad y su honra”. Sobre la llegada a Horacio Nelson cita algunos detalles
correspondientes al tipo de armamento con el que arribó y la defensa que se
encontró, imaginando en su oración que el contralmirante debió entonces recordar
la dificultad de otras incursiones inglesas en suelo canario, tal y como
sucedió especialmente en Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La
Gomera.
Una
serie de breves aspectos que forman parte de la primera parte de nuestro
artículo y que permiten observar la muestra de admiración, aprecio y recuerdo
respecto a los héroes de aquella victoria...”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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