El
amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por
la Universidad de la Laguna, remitió entonces (02/07/2018), estas notas que
tituló; “LOS CANARIOS EN AMÉRICA Y ÁLVAREZ RIXO”.
Publicadas en LA OPINIÓN DE TENERIFE, el
01 de Julio de 2018: “…La amplia obra del cronista y político portuense José
Agustín Álvarez Rixo (1796-1883) nos sitúa ante innumerables acontecimientos y
personajes de notable interés para el conocimiento de nuestro pasado. Dentro de
esa fértil producción nos encontramos con el documento “Anécdotas referentes a
la sublevación de las Américas en cuyos sucesos sufrieron y figuraron muchos
isleños canarios”. Procedemos a su consulta y análisis a través de la obra Entre
la insurgencia y la fidelidad, del Catedrático de Historia de América de la
Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González. No duda Álvarez Rixo en
iniciar su relato justificando el motivo que le ha llevado a desarrollar su
trabajo. De esa forma comienza recordando la presencia una mañana del verano de
1820 de José Cullen y su esposa al Puerto de la Cruz. Le sorprendió la
presencia de un individuo de negro que, nada más desembarcar en tierra “se
arrodilló, se quitó el sombrero y el solideo y besó la tierra; que,
levantándose, acto continuo con notable júbilo, comenzó a abrazar a cuantos se
le presentaban conocidos o desconocidos, con efusión semejante a la de una
persona que salida de algún abismo vuelve a la comunicación de la sociedad
humana”. No dudaría en averiguar el origen de tan misteriosa persona cuya acción
se remontaba a una aventura de notable interés, tratándose de José Reyes,
presbítero natural de la isla de La Palma. Salió desde el Puerto de la Cruz
llegando a Buenos Aires. Ahí, cuando se encontraba en una posada “apareció un
piquete de tropa con un oficial del gobierno insurgente, preguntando si por
allí había pasado o se había embarcado don José Reyes”. Tal y como apunta
Álvarez Rixo, ante la búsqueda de los soldados el sacerdote respondería que era
él. Los soldados no dudaron en avisarle que se colocara de rodillas pues iba a
ser fusilado. El clérigo, con gran miedo y múltiples dudas por esa acción,
proclamaría que llegó al lugar desde Canarias y que su función no guardaba
ninguna relación con el Gobierno. Otras personas allí presentes confirmaron su
versión, logrando salvar su vida. Desde allí marcharía a Perú y Chile hasta
regresar a Tenerife, no dudando “besar y abrazar la sosegada patria, como todo
buen hijo que después de larga ausencia vuelve a los brazos de su querida
madre”. Álvarez Rixo lamentaría no anotar otros sucesos similares desarrollados
en Venezuela cuyo conocimiento llegaron hasta su persona.
Otro momento
significativo descrito por el cronista portuense se refiere a la constitución
de una junta gubernativa por parte de los caraqueños el 19 de abril de 1810,
estableciendo las diferencias respecto a la consideración de los canarios.
Un nuevo capítulo
trataría la presencia del capitán de fragata, Domingo Monteverde, quien nació
en el municipio de La Orotava. A Monteverde le acompañaron muchos isleños a lo
largo del camino y le “preferían al jefe provincial con quien tal vez, por la
distancia, no simpatizaban aquellos habitantes.” Destacaría la acción de
Monteverde y su entrada en Caracas con isleños y criollos leales. Sin embargo,
no duda en anotar Rixo las obsesiones que poco a poco fue incorporando en su
vida el capitán. Entre sus manías, por ejemplo, destacaba que solo accedía a
oír asuntos entre las 10 u 11 de la mañana hasta las 2 de la tarde, siendo no
del todo agradable el tono que empleaba durante esas limitadas horas de
atención. Un elemento que supieron aprovechar “los astutos caudillos de los
insurgentes” para recuperar territorio en diversos puntos de Venezuela. Asimismo,
apunta para la posteridad el nombre de Manuel Fierro, natural de La Palma,
estableciendo la consideración que sobre tal persona en atención a que por sus
consejos se perdió “la opinión, las voluntades y el territorio reincorporado”.
La recuperación que sufrieron los isleños sería protagonizada por otros valerosos
caudillos canarios. Al respecto, Álvarez Rixo destaca el ejemplo del general
Francisco Tomás Morales, natural de Gran Canaria.
Una aportación de
notable interés para conocer más sobre la influencia canaria en América a
través de la investigación del polígrafo portuense José Agustín Álvarez Rixo…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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