lunes, 9 de julio de 2018

HERMANO ANTONIO EL BALONCESTO OROTAVENSE SIEMPRE ESTARÁ CONTIGO


Muy de madrugada y empezando el día 9 de Julio del 2018, al abrir el móvil me encuentro con esta frase del amigo desde la infancias Isidoro Sánchez García, referente al mundo de la literatura: “..Todo se hunde en la niebla del olvido... pero cuando la niebla se despeja el olvido está lleno de memoria.             
Lo escribió Mario Benedetti
Así recuerdo al amigo Antonio Santos... que acaba de fallecer esta tarde…”
Enseguida corrí a comunicarle la triste noticia a mi querida esposa; Antonia María González de Chaves y Díaz, y me quedo tan pensativo, sin fuerza que en la misma ducha, ya tenía la estilográfica en mis manos, para escribir del que fue mi hermano en mi calle El Calvario a lo largo de la vida.
Antonio Santos Cruz nació en la Villa de La Orotava el día 21 de Julio de 1941 y falleció el 9 de Julio del 2018 a poco de cumplir los 77 años.
Estudió en los colegios de la Villa; San Fernando y San Isidro. Perteneció a la Juventudes de la Acción Católica.
Persona muy religiosa, miembro de las hermandades; del Santísimo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, de la Real y Venerable Hermandad de Misericordia del Santísimo Cristo del Calvario, y del Señor de la Humildad y Paciencia de San Agustín donde realizó una labor importante heredada de su padre don Antonio Santos Hernández.
Máximo colaborador con el templo Parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción.
Magnifico coadjutor y presidente de la Banda de Música de la Agrupación Musical Orotava, socio de la Sociedad Cultural Liceo Taoro, directivo y socio fundador de la asociación de AA. AA. Salesianos, miembros de la familia de cooperadores salesianos y Cofundador y primer Presidente del Club Baloncesto AA. AA. Salesianos (actual CB San Isidro).
Presidente de la Asociación de AA. AA. Salesianos de La Orotava en el año 1975. Fue presidente diocesano de la JIC, uno de los movimientos de la acción católica juvenil. Fue concejal del excelentísimo Ayuntamiento de la Villa de La Orotava, en dos etapas, en el anterior régimen y en el actual democrático.
Relevante y emprendedor empresario del mundo de la óptica y joyería en Tenerife. Decir aquí que su trato con todo su personal fue exquisito y humano, no aplicó la nueva ley laboral que se promulgó por la cruel crisis de nuestro país, dejó a su personal totalmente en cuarentena. Además me encuentro orgulloso que siendo profesional docente en el IES La Orotava Manuel González Pérez (Barrio San Antonio), todos los años me requería para que le recomendase alumnos cualificados para sus empresas.
Como deportista, practicó el Tenis de Mesa (Ping – pon), el Baloncesto como jugador del inolvidable CB Águila del Valle.
Realizó el servicio militar voluntario en Madrid, en los ministerios, en donde aprovechó para especializarse en la formación de óptico.
En la política formó parte y contribuyó desinteresadamente, a cambio de nada; Partido Popular Canario, Agrupación Independiente Orotava (AIO), Agrupación Independiente de Tenerife (ATI), Agrupación Independiente de Canarias y Coalición Canarias.
Hijo del matrimonio orotavense; Antonio Santos Hernández (empresario de joyería) y María Dolores Cruz Delgado, que tuvieron cuatro hijos: Antonio, Tino, Pepe y Miguel Ángel Santos Cruz.
El día 28 de Agosto del año 1965, contrajo matrimonio con la entonces joven orotavense; Candelaria Valencia Domínguez, en el templo Parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de La Villa de La Orotava, declarado monumento histórico nacional en el año 1947. Fueron su padrinos; don Isaac Valencia Pérez (padre de la novia) y doña María Dolores Cruz Delgado (madre del novio). Bendijo la unión sacramental, el entonces párroco y arcipreste don Leandro Medina Pérez. Portó las monedas y alianzas el entonces niño; Juan José Pérez Valencia (Juanjo). El banquete nupcial se celebró en la casa de los padres de la novia, en la Calle El Agua (Tomás Zerolo) de la Villa de La Orotava.
Tuvieron cuatro hijos: Candelaria, Antonio, Dolores e Isaac Santos Valencia.
El día 28 de Agosto del 2015, celebraron en la intimidad familiar las Bodas de Oro matrimoniales, en el mismo templo parroquial de la Villa.
La verdad que tanto; Antonio como su esposa Candelaria, los conozco desde mi infancia en la Villa de la Orotava, a los que le tengo un cariño especial, como hermanos y como vecinos de muy buena voluntad.
Hermano Antonio, la verdad que fuiste un hermano (solo tuve hermanas), me cuesta darle a la estilográfica, o al teclado del ordenador, hablar, escribir de ti me deja indeciso, lo bueno que te portaste conmigo, con mi familia, con mis hijos, siempre preguntando por sus estudios, la música, su futuro.
Siempre quejándote de mí, que merezco un homenaje del pueblo, por todo lo que hago. Es verdad hermano, pero tu bien sabes que lo hago por hobby, altruista y por amor a nuestra Orotava.
Decirte que diste todo a cambio de nada, La Procesión de la Humildad y Paciencia del Miércoles Santo, El Templo parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, así como su hermandad del Santísimo, Las alfombras, las flores, la Romería, los Salesianos, la Banda de Música de la Agrupación Musical Orotava, La Exposición de Flores y Plantas de nuestra Fiestas Mayores, ayudaste a muchísimas familias orotavenses a salir en esta difícil vida y sobre todo el Baloncesto villero, y esto, tu siempre me lo decías, - las últimas instrucciones de Pepe Dorta (CB. Independiente) en la clínica de Madrid, que te dijo Antonio sigue con el Baloncesto.
Hermano Antonio, arriba tienes a tu hijo Antoñito, a tus padres; Antonio y María (nuestra Madre), a tu tía Milagro y a muchos más, sobre todo amigos de verdad.
Aquí dejas a una impresionante dama amiga de mi infancia que te acompañó en la vida tu desconsolada esposa; Candelaria Valencia Domínguez. A tus hijos que te quieren y lo siguen haciendo, a todos tus empleados y productores que te querían y adoraban como un padre.
Arriba tienes tu polideportivo, tu baloncesto, tu mundo, tu tranquilidad, tu vida eterna, de esperanza y misericordia.
Hermano Antonio, un abrazo de todo corazón y hasta siempre.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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