Según la hemeroteca, el rotativo La Prensa actual matutino El
Día (reproducido con fecha de 1 de septiembre del 2014, 80 años después),
relata aquella tragedia que se produjo en la curva de Gracia la noche del 1 de
Septiembre del año 1934, cuando un Tranvía de los históricos de Tenerife, fue saciado,
falleciendo en el suceso dos inocentes tinerfeños: “…El 1 de septiembre de
1934. A las ocho de la noche del 1 de septiembre de 1934. El tranvía número 15
circulaba por la carretera de La Laguna cuando, a la altura de la Curva de
Gracia (La Laguna), sufrió un atraco. Este vehículo era, habitualmente, el
último del día y transportaba hacia la estación de La Cuesta la recaudación de
la jornada, unas 606 pesetas.
En el viaje, el
conductor del tranvía Antonio Guerra se dio cuenta de que en los raíles había
piedras, y tuvo que reducir la marcha al darse cuenta de que unas personas con
la cara tapada rodeaban el vehículo y le apuntaban con las pistolas que
portaban, al tiempo que le exigían que les entregara la recaudación.
El conductor obedeció,
entregándole el dinero a uno de los atracadores e intentando continuar la
marcha. Pero, en ese momento, en la citada curva apareció otro tranvía, el
número 13, que se había quedado averiado en La Laguna y que bajaba fuera de
servicio para la estación de La Cuesta. Lo conducía Luis García-Panasco y
Toledo.
En ese momento de
confusión, los atracadores dispararon contra los dos tranvías, hiriendo
mortalmente al estudiante Agustín Bernal Cubas, que iba de pasajero en el
tranvía número 15, y al conductor del número 13, quien también falleció. A
continuación, los atracadores se dieron a la fuga aprovechando la oscuridad y
lo escarpado del terreno.
El conductor fallecido,
Luis García-Panasco, de 34 años, vivía con su madre, Bernarda Toledo, en la
Rambla de Pulido junto a cinco hermanos. Era quien sustentaba a la familia.
Agustín Bernal Cubas, de
19 años, estudiaba Bachillerato en La Laguna y preparaba su ingreso en
Magisterio. Vivía junto a su padre, Donato Bernal, y su madre, María Cubas
Pérez, y un hermano, Patricio Bernal Cubas…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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