En esta
fotografía de la Plaza de La Villa de La Orotava, conocida por La Constitución,
La Alameda, la del Kiosco de la Música y la de Los Soldados. Me llama la
atención cuatro cosas que tenían sus orígenes en las décadas de los años veinte
y treinta del siglo XX.
Los
mobiliarios de los clásicos betuneros,
sin el artesano ni el cliente. La pesa que en esa década utilizaban los
orotavenses para controlarse el peso. Los cristales hexagonales de bellos
colores que lucían en el célebre kiosco mudéjar de la música. Y los atriles
corridos de hierro que eran fijos en el mismo kiosco para colocar los papeles
pautados escrito en música de los músicos de la desaparecida Banda de Música
Municipal de La Villa de La Orotava.
Lo más
curioso y que he colocado como titulo de este texto es la inédita pesa, para
equilibrar la vida humana de los villeros, incluso estaba colocada en el lugar
norte, lugar de los plebeyos, puesto que como dice la historia, los coburgos,
la otra sociedad era del lado sur.
Y en la
puerta como guardián, el recordado
capitán de la plaza, del Kiosco, del bar, de sus bellos jardines, realizados
por artistas de jardineros villeros, el inolvidable José Pérez que conocíamos
cariñosamente por Pepe “El del Kiosco”.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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