El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS
remitió entonces (10/11/2019) estas notas que tituló; “TEXTOS
SOMETIDOS”:
“…“Soy una isla más dentro de la isla”, escribió
Agustín Espinosa García (Puerto de la Cruz, 1897-Los Realejos, 1939) a su prima
María Teresa -su hijo José Javier, que conserva la carta, estaba entre el
auditorio- cuando la enfermedad ya había hecho estragos. La suerte estaba
echada y el desespero ganaba cuotas, mientras el expediente de depuración
avanzaba sin que el abrazo casi postrero al falangismo, a la desesperada, para
sobrevivir, sirviera de mucho.
Aquella confesión de Espinosa
le sirvió al realejero licenciado en Historia del Arte, estudioso del escritor,
Abilio Martín, para iniciar su intervención en el Instituto de Estudios
Hispánicos de Canarias (IEHC) -lleno hasta suplementar las sillas- bajo el
título Textos sometidos
(1931-36), uno de los últimos actos en este año -llamado por
algunos espinosiano- en
que el Gobierno autónomo dedicó el Día de las Letras Canarias al insigne
escritor. Eso sí: en el IEHC pueden enorgullecerse de ser la entidad que con
más profusión y más cariño se tomaron la dimensión de la efeméride.
Martín se encargó de recordar
que Espinosa, baluarte de la corriente surrealista, dejó una obra que
engloba varios géneros: poesía, relato, cartas, conferencias, diarios,
artículos, ensayos, prólogos y una, posiblemente inacabada, pieza teatral.
Tanto su personalidad como su escritura son considerados determinantes en el
desarrollo de la vanguardia literaria de las islas. Participó activamente en la
Exposición Internacional del Surrealismo registrada en 1935 en Santa Cruz de
Tenerife.
Para romper los usos
habituales, el conferenciante arrancó con una secuencia fotográfica personal de
Espinosa, familiares y amistades, a ritmo de charlestón y jazz. Luego introdujo
otras gráficas hasta dar paso al profesor Manuel García quien, con enfática dicción
pero sin sobreactuar, acentuó el respetuoso silencio del auditorio cuando leyó
fragmentos de la obra del escritor, dedicados a Portugal, al paisano caído en
el frente y a Unamuno.
Se trataba de conocer y
analizar, desde un ángulo objetivo, la colaboración de Espinosa en la prensa a
favor del bando sublevado. Los primeros analistas consideran a Espinosa, sin
duda para preservarle, plano e inmaculado. Pero de su figura poliédrica y de su
lúcida producción se desprende que las circunstancias de su “sometimiento” no
impidieron una escritura brillante, atrevida, distinta, acreedora de un
exhaustivo análisis literario. Es el trabajo de Abilio Martín, quien seleccionó
textos para contrastar aspectos de la evolución ideológica del escritor, desde
el artículo dedicado en La
Tarde (1929) a
Ernesto Giménez Caballero, a otro publicado en el mismo diario en diciembre de
1931, en el que, pensando en Ortega y Unamuno, plantea el dilema de las dos
Españas.
Para Martín, el abrazo al
surrealismo y la publicación de Crimen colocaron
a Espinosa frente a los rebeldes que, en Canarias, fueron represores en grado
mayúsculo y mermaron libertades sin miramientos, como no podía ser de otra
manera. Pudieron más esos afanes que la ingente creatividad literaria. El
escritor ya era isla dentro de la isla y fue desposeído de su cátedra.
Trató de abordar el papel de
Espinosa con claridad y honestidad. Se diría que hasta con mucho tacto, dado lo
escabroso de ese giro. Además, era la primera vez que se leían en público los
textos escogidos. Abilio, de pie, con solemnidad, acabó leyendo el poema que le
dedicó el camarada Emeterio Gutiérrez Albelo tras su fallecimiento. Versos
plenos de sentimentalidad bien entendida y de figuras poéticas muy llamativas.
El aplauso posterior sonó como
una ovación. La que procedía para subrayar el rigor y la dedicación del
conferenciante con selección y comentarios de los Textos sometidos, así como los esfuerzos del IEHC para
hacer honor a Agustín Espinosa García…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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