El
amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por
la Universidad de La Laguna remitió entonces (06/01/2020) estas notas y
fotografías que tituló “ANTONIO PÉREZ BETHENCOURT Y LA VENTA NUEVA (I)”.
Publicada en DIARIO DE AVISOS, el 5 de enero de 2020: “…Introducción
Hay perfiles biográficos que, por sus
propias circunstancias, nos aproximan al conocimiento del entorno desde
diferentes puntos de vista y cuyo análisis, si no se realiza, se deja de
conocer una parte de la realidad más próxima. Ello sucede cuando nos acercamos
a la vida del orotavense Antonio Pérez Bethencourt. Con una memoria
privilegiada, voz pausada pero firme en sus respuestas, cierto toque de ironía
en algunos comentarios y, un sentido del humor que expresa con leves sonrisas,
Antonio, a sus 87 años, nos traslada ante la evolución de su municipio natal
desde sus vivencias. Un testimonio que, fundamentalmente, permite conocer el
trabajo desarrollado durante décadas en La Venta Nueva, en el negocio creado
por su padre y en el que trabajó siempre en compañía de su recordado hermano,
Camilo Pérez Bethencourt. Ambos, como parte de una segunda generación,
continuaron en la senda de proyección y difusión de tal espacio a lo largo de
nuestro territorio, con iniciativas que lograron salir adelante con gran
esfuerzo. Acudimos hasta él en dos ocasiones en compañía del amigo y secretario
de la ACH de Tenerife, Hans Kamella. Tras algunas horas de conversación,
intercambio de impresiones y un agradable almuerzo le prometimos a Antonio, a
su esposa Lala y a su hijo Eduardo, ir hilando el contenido que el lector tiene
ante sus ojos.
Primeros años de vida y formación
Antonio nace el 7 de marzo de 1932, en el
municipio de La Orotava, siendo hijo del matrimonio formado por Pedro Pérez
Perera (natural del Puerto de la Cruz y hermano de la madre del memorialista
portuense, Melecio Hernández Pérez) y Matilde Bethencourt Miranda (hermana de
José Bethencourt Miranda, primer guía oficial de El Teide). Ocupa la última
posición de cinco varones. En su memoria, con inevitable nostalgia y algunas
lágrimas en los ojos, se agrupan las vivencias cuando se le pregunta por sus
hermanos mayores; todos ellos ya desaparecidos. En esa relación se incluyen los
nombres de Pedro, Juan José, Domingo (profesor de química con una calle
dedicada en La Orotava y vinculado al origen de la fábrica Andomi, junto a
Miguel y Antonio Herreros) y Camilo (impulsor también, como parte de la segunda
generación, de la Venta Nueva). Cada uno de ellos en el recuerdo por su
participación en diferentes ámbitos e iniciativas.
Antonio adquiere su primera formación en la
academia municipal de dibujo dirigida por Perdigón, así como en el Colegio
Farrais, con una serie de profesores que califica como excelentes. Su familia
pagaba por esta última institución una cuota de 45 pesetas mensuales. De
aquellos años de formación no olvida las lecciones en diferentes materias del
maestro Inocencio Sosa Hernández. Con posterioridad, según avanzó hacia otros
niveles educativos, llegó a acudir hasta su domicilio un profesor desde Icod de
los Vinos llamado Marcos, con el fin de dictarle clases particulares. Por
diversos motivos no pudo seguir estudiando, aunque señala que su ilusión
hubiera sido cursar la carrera de derecho. Sin embargo, en su etapa ya como
adulto, realizó estudios de peritaje mercantil.
Su padre emigró, como tantos otros
canarios, a la isla de Cuba. Tras el trabajo desarrollado allí regresó a
Canarias con algo de dinero. Decidió, a partir de tal circunstancia, crear en
el año 1918 un negocio diferente a lo que existía por entonces en La Orotava.
Tal y como precisa Antonio, lo que predominaba en el lugar eran pequeñas ventas
que intentaban cumplir con las exigencias propias de una vida diaria definida
por numerosas limitaciones.
Lo cierto es que su padre fallece cuando
apenas contaba nuestro biografiado con ocho años de edad, dejando como legado
el negocio fundado con tanto esfuerzo. A partir de entonces su mujer se hace
cargo del establecimiento y en ello colaboran de forma decidida, durante una
primera etapa y hasta su independencia, los hermanos mayores de Antonio. Desde
su infancia, junto a los estudios, nuestro biografiado también ayudó en todo lo
posible en la empresa. Su función incluía desde colocar los precios en los productos
a distribuir la mercancía en el local, limpiar las botellas, supervisar el
reparto y otra serie de funciones propias de un espacio de tales
características.
Sobre la llegada de los productos a la
Venta Nueva recuerda a un señor apellidado Pacheco que se encargaba de ello
cuando, en unos primeros momentos, no disponían de un vehículo propio para tal
fin. Con el paso del tiempo lograron adquirir, para cumplir con tal función, un
modelo Ford 4. Con ese vehículo, Camilo acudía en ocasiones hasta dos veces al
día desde La Orotava con destino a la capital tinerfeña. Un viaje que se
realizaba con el fin de buscar la mercancía, debido a que, en numerosas
ocasiones, recibían la noticia de un precio favorable que no podían dejar
escapar. Aproximación, en definitiva, a una trayectoria biográfica que
continuaremos en la segunda parte…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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