El amigo desde la
infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”.
Remitió entonces (05/05/2020) estas
notas que tituló; “BACHILLERATO DÍA 5.5.55”: “…Hoy martes, 5.5.2020, se cumplen EQUIS años del primer día del
examen del curso Sexto del Bachillerato Superior, de mi promoción de los
Salesianos Orotava. Fue el día 5.5.55 ¡¡bingo!!
Fuimos en dos taxis con el director don
Pacifico, a examinarnos al Instituto de EEMM de Santa Cruz, situado en el
barrio de Salamanca Alta.
Los salesianos ya nos consideraban
mayorcitos y nos dieron total libertad para ir a comer al mediodía donde
quisiéramos. Los más ahorradores fueron/fuimos al Colegio Salesiano de FP
de Santa Cruz, junto al Puente Galcerán (entre paréntesis: quedaba cerca para
botarte si suspendías...Tal como hicieron algunos vecinos, y luego recrecieron
las barandas laterales con florituras metálicas, en evitación de esa tentación
de volar al vacio...)
La comida o almuerzo de mediodía también
lo hicimos algunos en la casa de comida que había con azotea frente mismo de la
esquina del Galcerán; una mujer bastante llenita entrada en carnes, hacia
unas tortillas y unos bistecs exquisitos ¡por 25 pesetas!
Los exámenes de Sexto nos duraron varios
días, lo cual nos regalaba mucho tiempo libre, botados en Santa Cruz.
Y como <Maguitos del Norte>, nos
dio tiempo de visitar el Parque Garcia Sanabria y el ascensor del Monumento a
Los Caídos de la plaza de España (Plaza Junto al Cabildo, diría el
independentista abogado Antonio Cubillo y sus fans...)
El único accidente grave fue, que el día anterior,
bajando por Las Oblatas (carretera general, pues no había autopista), a un
camión se le fueron los frenos y fue a amortiguar el golpe en el hombre que
despachaba gasolina, que resultó muerto, en una gasolinera que había un poco
más abajo.
Tuve la suerte de subir al ascensor de la
Plaza España con Saso, que luego fue Alcalde de la Villa Muy Noble y Leal
durante unos treinta años.
También estaba de condiscípulo Alejandro
HG, oriundo de La Cruz Santa, que pocos años después se metió de cura diocesano.
Y años más tarde, fui a oírle decir una misa en Santo Domingo de La Laguna. Y a
saludarlo.
Lo cual no quita, para que tanto Saso,
como Alejandro, como un servidor, recibiéramos sendos cachetones del profesor
de Analítica Matemáticas, que era coadjutor salesiano sin sotana, y venia de
Santa Cruz cada día a darnos la clase. Lo apodamos el Huevón, por su rostro
ovalado y blancuzco. Evelio GG, mi compañero de curso (luego empresario de
Maderas, el mayor de Tenerife), le dibujó una caricatura perfecta al Huevón.
Evelio siempre merecía un sobresaliente por su caligrafía.
En esos nuestros exámenes de Bachillerato
de Sexto, que comenzaron como queda dicho el 5.5.55, nos aprobaron a todos;
éramos diez alumnos, más el repetidor Eugenio Zárate, que era del curso
anterior --primera promoción salesiana--pero se trabó y repitió curso.
Y aquí se acaba esta historia. No había
virus malignos; solamente hubo una plaga de cigarrones o langosta africana en
1954 y 1958. He dicho…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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