domingo, 19 de septiembre de 2021

MI PASO POR LAS FIESTAS DE LA PIEDAD Y SANTA CATALINA

En el muro del facebook de la amiga de la Villa de La Orotava MONTSE QUINTERO, aparece un magnífico y extraordinario trabajo del también amigo JESÚS ROCÍO RAMOS que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “MI PASO POR LAS FIESTAS DE LA PIEDAD Y SANTA CATALINA”, referente a la histórica fiestas de los famosos Barrios de la Villa de La Orotava “LA PIEDAD Y SANTA CATALINA”. Y que el amigo Jesús Rocío Ramos captó de notables fotografías que se encontró en el baúl de los recuerdos referente a las fiestas de los inolvidables Barrios orotavenses: “…En mis tiempos de adolecente transitaba en el barrio de La Piedad, y atraído por el equipo de fútbol, el inolvidable “Unión Piedad”. Todos los chicos de mi época éramos muy aficionados con el equipo. Cuántos viajes hize en el camioncito de José Guardia al campo de fútbol en el quiquirá, a verlos jugar con el C.D. Calvario, al Puerto con el once Piratas, y a la Rambla. Ganáramos o perdiéramos regresamos cantando la canción (“DEUDA”), que era una de las canciones preferidas de Hilario, y terminábamos bailando en el local de la casa de su padre, Siño Hilario, donde estaba la sede del equipo en un cuarto que daba para la calle. Los amenizaban unos tocadores con guitarras, bandurrias y violines subidos en una mesa en una esquina del local. En un lado de la pared estaba pintado con letras grandes “Unión Piedad”. Era donde vivía el alma mater del equipo, Hilario Hernandez Pérez; presidente, entrenador, un hombre del fútbol, y aficionado al Celta de Vigo. Allí empecé a conocer a su gran familia, y a quererla. Nunca olvidaré el cariño, como me trataban y sobre todo, su madre, Siña Pepa. Ya de aquel equipo y amigos quedamos pocos. Recuerdo la excursión que hicimos a Las Cañadas con el equipo en el camión de José Guardia. Cada uno llevábamos la comida y en el llano de Maja jugábamos un partido y yo, que nunca fui futbolista, jugué. Me dieron una fuerte patada en el tobillo, se me hincho y gracias al Rubio “el bubango” que me cargo a la pela. Ya de regreso, al pasar por él en el camino de Chasna nos paramos en la casa de mi hermana y como si fuera poco, el amigo Antonio Hdez (padre de los Millitos), me dijo que él me lo curaba; me estrego con una cáscara de plátanos y vaya cura. Estuve lesionado varios meses, en la casa de Siño Hilario, siempre había gente porque aparte de la venta, tenían una bodega, el taller de costura de su hija Margarita y la escuela de Hilario. Enfrente, estaba la casa de Don José del Campo. En ese entonces vivían los que con el tiempo, fueron los suegros de Hilario: Don Juan Hdez Torres y Doña Juana Sánchez, padres de los buenos amigos: el buje Juan, Isidoro, Nolito, Antonio, Graciano, María Lola, Higinia, y Lala. Después se mudaron a la calle del Castaño (hoy Domingo Glez) a la casa propiedad de Don Buenaventura Pulido y allí montaron una bodega, en la cual fue cuando empecé a ser uno más de la comisión de fiestas, siendo el presidente el nombrado Don Juan Hernández Torres. Ese año dentro del programa de las fiestas y por iniciativa de Daniel Sálamo, se organizó la elección de la reina de las fiestas. Se presentaron siete señoritas que ataviadas con los trajes típicos de las siete Islas Canarias, compitieron en la elección a reina, que se celebró en la antigua Sociedad del Team bodega (casa Don Victorino), siendo por votación popular y la más elegida la señorita Lilia Estévez, que lucía el traje de Tenerife. Terminada la elección, desfilaron en caballos en la Cabalgata, resultando muy bonito, y finalizando con un baile en dicha Sociedad. Quiero que quede claro que yo participé muy poco en ese año. Todos los méritos por su trabajo eran para el amigo Daniel Sálamo. Al siguiente año, la comisión nos reunimos después del trabajo, en el comedor de Siño Hilario, tomándonos unos vasos de vino y chochos (que teníamos que pagar todos). Se nombraba al presidente que era el encargado de buscar permisos y los fuegos, a Hilario en calidad de tesorero, repartir las listas para salir a pedir por las casas en parejas los Domingos. Dos meses antes de las fiestas, ellos iban por todos los barrios e Hilario y yo en el pueblo. Cada uno tenía encomendada una misión. Hilario era el de la tómbola, los demás, tal vez la parte más dura, arreglar la calle, porque en aquella época era de piedras. Cargar las plumas, montar el escenario poner las vallas, poner las sillas y recogerlas, pintar y acondicionado la Ermita, pegar las banderitas, poner las plumas y todos pegábamos las papeletas para la tómbola y a mí la contratación de las Orquestas. Pasaron por las fiestas: Los River Plate, Las Canarias, La Casablanca, la Juvenil de Peyo, Los Palmiser, los Rialtos, y la orquesta del Liceo Taoro. En aquel entonces, ya yo había organizado junto con la Peña Los Chiringuitos, los Festivales de Variedades en las fiestas de La Orotava, y les propuse de hacer un festival , y así fue, confiaron en mí y pasaron por dichos festivales de La Piedad, en el tiempo que yo los organice cantantes, Ilusionistas, Rapsodas, Tiros, cómicos, grupos folclóricos, etc, pero antes de seguir mi comentario quiero que quede bien claro que yo no soy el protagonista, si fui el organizador contando con la colaboración de la magnífica comisión que teníamos, sin ellos yo no me hubiese atrevido a organizarlo.

Continuará…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

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