lunes, 20 de septiembre de 2021

PANADERÍA DE “PANCHO EL COJO”

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “PANADERÍA DE “PANCHO EL COJO””, referente a la histórica e inolvidable panadería de la calle Marqués – La Canal de la Villa de La Orotava. Que el amigo Jesús Rocío Ramos captó de notables fotografías que se encontró en el baúl de los recuerdos: “…Hoy en mis paseítos mañaneros, mientras caminaba, me iba fijando en las puertas de varias casas, en las cuales colgaba una bolsa con el pan. Me hizo pensar que si esto hubiese sido en mis tiempos, no habría durado un segundo, pero recapacité y me dije: “No seas bobo Jesús, ya no te acuerdas de que en tu tiempo casi no había pan, ¡cuántas colas hiciste!”, y seguí caminando. Al pasar por la calle Márquez, vi que estaba colgando el pan en la puerta de la que fue una de las grandes panaderías, conocida como la de Pancho “el cojo”, y Doña Concha. Me hizo volver al pasado y me pareció sentir el chirrido de las ruedas de su carreta, que tan alegre montaba; tal vez con la leña para el horno que utilizaba para elaborar el rico pan de aquel tiempo, no el soplillo que nos hacen hoy. De dicha panadería aprendieron sus hijas: Juana, Jovita, Agustina, Conchilla y Margarita. Juana y Jovita, pusieron sus propias panaderías, las cuales siguen activas con grandes aciertos. Agustina era muy buena dulcera y de Conchilla murió Joven, no sé nada de ella. Margarita fue la que se quedo con dicha panadería, de la cual recordamos sus ricas tortas de manteca y las de millo. Cosa curiosa, a todas se les conocía, no por sus apellidos, sino por las de “pancho el cojo”, con ellos estaba un hombre, lo llamaban “Cristóbal Maleta”. Era muy popular, pero no sé nada más de él. Su hija Juana era de esas personas que se dejaban querer, yo le tenía un gran aprecio. Su hijo Yeyo, D.E.P., y yo fuimos buenos amigos, y hay que ver cómo son las casualidades, que ya me venía de regreso y me encontré con Margarita que llegaba con su linda nieta, está muy lúcida y conduce como siempre, muy agradable. Juntos comentamos lo de los panes en su puerta y evocando los recuerdos nos dijimos: “. Lo que va del ayer al hoy…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

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