Triste
noticia que me remite a través del whassap el amigo de la Villa de La Orotava; Javier
Árbelo Hernández, del fallecimiento del amigo y compañero en el baloncesto
orotavense JESÚS PÉREZ DOMÍNGUEZ.
Nació
en la Villa de La Orotava en el año 1949 y falleció en la misma Villa el 14 de
marzo del 2022.
Un
joven encantador de los buenos amigos
del baloncesto, de campechana personalidad y de un eminente comunicativo, que
siempre intercambiábamos el quehacer diario de la práctica del baloncesto en
aquellos años idos, en la plaza de Franchi Alfaro.
Estudió
en el aula nocturna del colegio de San Isidro con el recordado e inolvidable salesiano
don Antonio Montero Marroquís.
Aún con
pantalones cortos trabajó con el doctor don Juan Johnson, pasando luego a
realizar sus tareas laborales en la centenaria firma comercial villera de
“Almacenes Herreros”, empresa donde desarrolló el resto de su vida laboral,
siendo encargado de la tienda de la calle El Castillo de Santa Cruz de
Tenerife.
En el
mes de septiembre del año 1967 contribuimos a la fundación del Club de
Baloncesto AA. AA. Salesianos (actual CB. San Isidro), formando parte de sus
juveniles.
A
partir de los siguientes años, Jesús siguió como activo y yo pase al cuadro
técnico de las bases. Era un jugador
fuerte y agresivo en el basket.
Tanto
es así que su afición por vestirse de corto siguió a lo largo de su vida, ya
que estando trabajando en el almacén capitalino, por las mañanas antes de
desplazarse a su trabajo, paraba en el pabellón del Quiquirá donde jugaba al
baloncesto con sus amigos.
Aficionado
a las fotografías y a viajar por la vieja Europa, le encantaba hablar de sus
bellos paisajes y extraordinarios monumentos históricos.
El
tercero de sus cuatros hermanos (Lorenzo, Juan, Jesús, y Nicolás) del flamante
y conocido matrimonio de la Villa de La Orotava: Lorenzo Pérez Rodríguez “taxista”
y Candelaria Domínguez González, siempre era de aquellos que amaban la
fraternidad y el buen hacer de la vida familiar.
Contrajo
matrimonio con una dama villera, de cuya unión tuvieron dos hijos, un varón
arquitecto y organista y una fémina que reside en Alemania. Siendo toda su vida
un sobresaliente esposo, padre y abuelo.
Jesús,
no esperaba tu marcha al infinito tan pronto, y de la manera que ha sido,
siempre te tenia presente en los reencuentros callejeros, para hablar de los
viajes, fotografías y del recuerdo de nuestro baloncesto.
Ahora
solo veré tu reminiscencia, y amable personalidad, de un amigo – compañero en el deporte del aro
que apreciaba de verdad.
Espero
que descanse merecidamente en ese paraíso eterno colmado de esperanza y
misericordia.
Un
abrazo, hasta pronto.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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