Fotografía compartida de los indianos.info La web de las
fiestas por excelencia …. Del carnaval palmero etiqueta de Luis Morera
El amigo del Puerto de la Cruz SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces
(26/11/2024) estas notas que tituló; “LUIS
MORERA, EL ARTISTA PLURAL”: “…“Se detuvieron las
aguas
que
poblaron mis espacios.
La
brújula de destinos
daba
falsos testimonios.
Mi
cuerpo peregrino
por
el eco del insomnio
oliendo
crepitaciones,
palpando
otras soledades.
Algo
de ti siempre queda
en
mis frágiles arrecifes,
como un presagio legendario
impenetrable en su afán.
En otra dimensión
u otros puertos conocidos,
mis poros fueron tu piel
tus sales, mis manantiales.
Dialogué con el destino
siempre oculto para muchos.
Te conocía de antaño
incluso de tu nacimiento.
Como un iniciado más,
sentí el roce de los siglos
cabalgando entre mis costas.
El viento ya no era el mismo.
Las mareas, los desiertos
el sendero quedo solo por un instante.
Después: todo lo abarcabas tú”.
No es la ausencia, no, título del poema
al que pertenecen estos versos. Luis Morera Felipe, que recibió noche el Drago
de Honor instituido por el Centro de Iniciativas y Turismo de Icod de Los
Vinos, sigue dialogando con el destino, aunque esté oculto, aunque no muestre
sus pliegues inexplorados.
Ese diálogo es un proceso de búsqueda
permanente, de inquietud constante, de sólida sensibilidad expresada a través
del arte, de la música, de la escultura, de la pintura y de la dirección
artística de los espacios arquitectónicos. Para eso Luis es el artista plural,
el palmero que supo transmitir su creatividad al inconformismo y a la
reivindicación social. Luis es una de esas personas que, aunque el viento ya no
sea el mismo, es un celoso y fiel centinela de recuerdos y
acontecimientos, con la voluntad de enseñarnos lo importante que es no
olvidarnos nunca de quiénes somos.
El pintor, ilustrador y ‘coaching’
artístico Santiago Jorge, buen conocedor de la trayectoria de Morera, escribió
que “es inevitable retroceder a principios de los 80, para entender la esencia
de lo que fue La Palma (la isla) en esa época. La falta de iniciativas, el
aislamiento cultural y una juventud aturdida; todo pintaba un panorama muy poco
motivador. En toda esta apatía, surge el colectivo ecologista y cultural La Quinta Verde para
dar una inyección de optimismo e ilusión a una sociedad palmera somnolienta y
aburrida”. Así asomó Luis Morera, que fue el guía, y la música de Taburiente
era el himno de una lucha pacífica y constructiva, dicho por Santiago Jorge. De
repente todo se iluminó y surge la defensa del patrimonio histórico, la
naturaleza, el pacifismo, las inquietudes artísticas fraguadas en el primer
grupo organizado de artistas; Nueva Generación, era su nombre y la creatividad
su bandera, todo era ebullición y a veces rechazo por algunas mentes
almidonadas.
“La identidad canaria -concluye Jorge-
era el sendero a seguir, la búsqueda de nuestros orígenes, el amor
incondicional por nuestra naturaleza, la defensa de todo lo defendible, no
había límites y sobraba energía”.
Ahí asomaba el Morera inquieto, el
luchador, el indesmayable, el artista poliédrico capaz de prodigarse en la
defensa de unos mismos ideales, siempre desde distintos ángulos. Embajador de
Buena Voluntad de la Reserva de la Biosfera de La Palma, Hijo Adoptivo de Gran
Canaria pero nacido en Santa Cruz de la Palma, en 1946, el periodista y
consultor español, especializado en Asuntos Públicos en el Reino Unido, amante
del arte contemporáneo y coleccionista, José Antonio Llorente, premio SABRE de
honor por la Consecución Individual de Objetivos Extraordinarios, dijo de él
que “tiene
alma de artista del Renacimiento a quien ninguna disciplina le es ajena. Pero
si alguna le ha hecho más popular es ser la voz, desde su creación, del grupo
musical Taburiente, perfecta tribuna para cantar a su isla natal, reivindicando
sus derechos y denunciando los atropellos de la contaminación y la especulación
de su suelo”.
Caminó por las mismas veredas que César Manrique,
las veredas de sentimientos, del amor a la vida, al paisanaje, al ADN de
nuestra tierra, a la defensa del paisaje. En todo eso se identificó con el
genio lanzaroteño, un genio universal, sin ser una copia uno del otro. La vida
le dotó de una voz para cantar. César tuvo la suya para denunciar, con la
valentía que le caracterizó. Luis se sube al escenario, y puede decirlo con la
misma fuerza apoyado en la poética de la música. O, sin hacer mítines,
comentando lo que piensa, porque la parte guerrera no la he perdido nunca.
Ahí sigue pisando la huella de la Quinta Verde, la
que quedó en la Declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). Es otro ejemplo
del luchador empedernido que no quiere más nominaciones sino seguir ejerciendo
un trabajo con el que dejar constancia de su fructífero paso por la vida. Lo
dice él mismo: “El ser humano no puede pasar de largo sin dejar semilla: debe
afirmar su huella. No solo en el arte, sino en su buen hacer. Que le recuerden
como ciudadano y no muera su nombre olvidado en el polvo”.
Hace dos años Luis Morera confesó en la
prestigiosa revista de debate ‘Escritura Pública’, editada por el Consejo
General del Notariado, que se reconoce igual en la plástica que en la música.
“Si me levanto y digo: “me apetece pintar”, me siento y lo hago; si tengo ganas
de cantar, interpreto mis temas con la guitarra”, fue su respuesta. “Mi vida es
toda creatividad. A veces me señalan como despistado, y no lo soy, aunque debo
de estar en un vuelo galáctico diferente: no camino en la misma dirección. Mi
mundo no es tan terrenal como el de los demás. Contemplo las cosas con un
espíritu más crítico. Las calles, cuando veo las caras de la gente, con sus
inquietudes, su amargura, no me provocan el mismo interés que cuando me meto en
un barranco. Ahí está el ser que se encuentra con la Naturaleza”.
Esos son, entre otros, los rasgos definitorios de
un Luis Morera que se acerca esta noche al Drago milenario que inspirara música
‘chincanayra’, la creatividad investigadora de Álvaro Fajardo, las voces de
Carmelo Socas y su hija Fabiola, o de los músicos Tino Aguiar y Jerónimo de
Francisco. Él sabe que siempre estarán ahí los versos de Emeterio. Y el
realismo mágico de los cuentos de Ariel Azor. Y la intrigante novela ‘Centinela
62’ del historiador Adrián Díaz Mesa. Y la periodista Andrea Abreu López,
autora de varios trabajos en revistas digitales especializadas, siempre fresca
en su “Primavera que sangra” porque sigue siendo la “Mujer sin párpados”.
Morera, el artista plural, recibió el Drago de
Honor que, junto a su canto y a su arte, distingue al paisaje de las islas,
ennoblece su geografía y distingue su identidad. Javier Huerta ha acabado una
composición llena de simbología original que entregó Antonio García Fleytas,
presidente del CIT icodense, con la vitola de reconocimiento tan afectuoso como
latente. Es el reconocimiento al talento artístico y a la lucha social de un
palmero que se ha ganado, por méritos propios, el respeto, la estima y la
admiración de todos los canarios.
Luis Morera sigue allí, levantándose del abismo y
abriéndose en el cielo, primeros versos de su Canto a la Caldera de Taburiente,
donde los muros se desbordan en colores por su cuerpo.
“Corazón donde se une
el Universo con la tierra,
donde se desprende el alma
para andar por las estrellas.
Catedral del sol,
canto del amor
a la naturaleza.
Fortaleza azul, canto natural
que emerge de la tierra.
Qué paz existe en ti
que por ríos de plata
se ve bajar la luna
a beber de tu fuente.
Donde vuela alto la graja
para verte entre la bruma,
y el invierno te despierta
con el arco de colores.
Catedral del sol,
canto del amor
a la naturaleza.
Fortaleza azul, canto natural
que emerge de la tierra”.
Morera
seguirá considerándose un artista “libre”, no obligado a publicar por las casas
discográficas sino cuando ha hecho un trabajo serio y sostenible. Su propio
sello, su impronta a la hora de expresarse. Y es que, tal como él mismo dice:
“La personalidad la da la propia tierra”…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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