Formó parte de la casa solariega de la familia Franchi. La casa ya existía
en 1557, fue pasto de las llamas en 1745, reedificada por el coronel Juan
francisco Domingo de FranchI Benítez de Lugo (1698-1774) se hizo famosa gracias
a los numerosos grabados que sobre la casa y los jardines se realizaron y,
principalmente, por el drago y la palmera que la tradición consideraba que eran
anteriores a la conquista de la isla de Tenerife.
Un gigante de 25 metros de altura y de perímetro, desgraciadamente, fue
derribado por un temporal de viento huracanado acaecido en el año 1867.
Sin duda, una de las razones por las que se ha elevado el drago a la
categoría de mítico, es su linfa roja, conocida como sangre de drago. Apreciada
desde la antigua Roma, donde la empleaban como colorante y panacea para todos
los males. El interés por la sangre del drago se extendió a lo largo de los
siglos y de todo el continente europeo.
Al final, los usos eran tan variopintos, que incluso se barnizaba con esta
savia los metales para protegerlos de la herrumbre.
Afortunadamente, los humanos hemos descubierto otros productos muy
efectivos para eliminar el óxido y en la actualidad los escasísimos dragos en
estado salvaje están protegidos del vampirismo humano.
Un incendio la destruyó de nuevo y en 1902 fue reedificada a partir de los
planos encargados al arquitecto Mariano Stanga. De aquel glorioso pasado y de
las visitas que realizaron al jardín científicos y naturalistas ha quedado una
pequeña historia gráfica que aparece en los diferentes grabados.
El grabado de la casa y los jardines no tiene fecha pero al tratarse
de un encargo realizado por el coronel Juan Domingo de FranchI debe encuadrarse
entre los años 1757-1774. También se ha considerado que es la fecha clave de la
medición del Teide en sus jardines en 1771. Al pie del texto del grabado
aparece escrito “vista de la casa y jardines del coronel don Juan domingo de
Francis, del pico de Tenerife, y villa de La Orotava en las Islas Canarias con
la figura de un árbol grande que tiene 51 pies de circunferencia el tronco y en
el medio arriba una mesa y asientos para diez personas.”
Decía Viera y Clavijo en su historia que el drago es uno de los árboles mas
especiales de nuestra isla, pues siendo su tronco al modo del de una serpiente
y su jugo una concreción como de sangre ha pasado por más de una vez por
verdadera sangre de dragón y el árbol casi por una bestia.
El Drago de la Orotava situado en Los Jardines de FranchI, fue dibujado por
Pierre de Ozanne en 1776, y actualmente se encuentra en el Museum d´Histoire
naturelle de París.
También fue reproducido por Humboldt y Bonpland en “De vyes de
Cordilleres”
Humboldt decía también en su libro Cuadros de la Naturaleza “Hallábase este
drago colosal en medio del jardín del Sr. Franqui en la pequeña Villa de La
Orotava, uno de los sitios más agradables del mundo. Al subir, en junio de
1799, al pico del Teide medimos este drago a la altura de algunos pies sobre la
raíz, y observamos que su perímetro era aproximadamente de 15 metros. El árbol,
sin embargo apenas se elevó a 21 metros. La tradición refiere que este drago
era objeto de veneración para los guanches. Cuéntese también que en tiempo de
la primera expedición de los Bethencourt en el año 1402, era ya el drago tan
grueso y hueco como hoy.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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