Según el latinista antiguo profesor
perdomero – Cruzantero del desaparecido y recordado Colegio orotavense de
segunda enseñanza “Farraís” DON JOSÉ ÁLVAREZ GONZÁLEZ (según su alumno el amigo
de la infancia de la Villa de La Orotava; Jesús Hernández Acosta). Escribía un
amplio reportaje en la desaparecida revista semanal de La Villa de La Orotava
que se realizaba en los talleres de la Imprenta de don Antonio Herreros
“Canarias” correspondiente al año 1958 del mes de Noviembre sobre el famoso
Barrio Realejero “LA CRUZ SANTA”, que tituló “EL PROGRESO CONSTANTEMENTE
SOSTENIDO ES EL SIGNO MODERNO DEL PUEBLO DE LA CRUZ SANTA”.
Según la Revista digital “Los Realejos a través del tiempo”, número
21 correspondiente a los meses de Marzo y Abril del 2014: “…De todas las
agrupaciones urbanas tinerfeñas, una de las que más rápidamente se han
desenvuelto y distinguido en los últimos años es indudablemente el importante
pueblo de La Cruz Santa, perteneciente a Los Realejos, y que va adquiriendo con
febril celeridad, empaque y rango de población elevada en un cuarto de siglo a
una notable categoría, cuya importancia nadie puede negar. Siempre se ha
distinguido su vecindad por una ejemplar laboriosidad y la más eficiente
compenetración y armonía. La crítica situación de alguna de sus familias o individuos
se considera como propia por toda la colectividad, y a porfía acuden presurosos
a poner los posibles alivio y remedios. Y del mismo modo, cuando los faustos
sucesos eligen a alguno de sus habitantes para darle una feliz sorpresa o
premiarle en justicia sus méritos de perseverancia, tesón y buen tino en el
encauzamiento de sus actividades, personales, todos sus conciudadanos
participa cordialmente de la alegre satisfacción que llena a cuantos
mima y sonríe la fortuna. Es la Cruz Santa un pueblo esencialmente agrícola,
pero al recorrer su calle principal, realizada con notables edificios y
rebozando de actividad incesante con sus abundantes comercios y su crecido
tráfico parece que nos hallamos dentro de una de las más importantes
poblaciones de la provincia. Y efectivamente al llegar frente a la iglesia,
junto a la cual existe un ancho espacio que sirve de estacionamiento para la
circulación, el aspecto de gran ciudad se ofrece de pronto a nuestros ojos,
agradablemente sorprendidos. En largos asientos adosados a uno d ellos costados
del templo, esperan siempre numerosos viajeros al próximo autobús o descansan
de sus faenas campestres muchos de los activos habitantes de este pueblo
tranquilo Y feliz. Mas, lo que deja estupefacto al que por primera vez visita
esta localidad, es el maravilloso espectáculo que surge
ante la mirada al dirigirla al opuesto lado de la iglesia. Creerías que se ha
equivocado de ruta, y que en lugar de hallarse contemplando un modesto pueblo
del valle orotavense. Se adentró por arte de magia en aristocrático rincón de
la misma capital. En el centro de una longitud de tres decenas de metros, se
abre amplia escalinata, que asciende hasta unos ciento cincuenta centímetros
sobre el nivel del suelo, terminando a ambos lados por dos largas e iguales
balaustradas de cemento con bien patentes características de arte y robustez.
Allá en el fondo se levanta macizo, firme, de traza elegante y sencilla, y el
frontispicio sembrado de numerosas puertas y ventanas, a una y otra parte del
balcón central, la construcción más inverosímil que pudiera soñarse en medio de
las poblaciones rústicas y apartadas de los grandes núcleos urbanos, de las
ciudades populosas, de las capitales ilustres. Una artística y severa rotonda
de acceso al edificio y en lo más encumbrado de éste, campea con caracteres
bien claros y visibles desde cualquier punto de observación, este significativo
letrero: «Casino Cruz Santa». Es evidente, en presencia de ese elocuente
testimonio, que un pueblo capaz para tamaña obra, está llamado, por ineludible
vocación, a realizar las más altas empresas. El espíritu menos perpicaz ve
claramente, a través de una construcción llevada a cabo con celeridad poco
frecuente, un caudal inmenso de iniciativas, decisiones, anhelos, de mejoramiento
y medios económicos, prometedores de otras realizaciones que den, en próximas
actividades, satisfacción plena a las ansias de un pueblo deseoso de su
engrandecimiento y prosperidad. Pero aún nos aguarda una gratísima impresión.
Vamos a ver como estos simpáticos cruzanteros sienten, no sólo la voluntad de
auges materiales, sino necesidad y gusto por lo espiritual y lo exquisito.
Subimos loe escalones que nos invitan a contemplar la fachada del casino en
toda su amplitud, y al llegar a su extensa planicie horizontal que media entre
el edificio y las gradas, quedamos verdaderamente prendidos de sugestivo
encanto. El arte y la dirección más inteligente se han hermandado para tener en
una continua producción de las más variadas policromías florales los trazados geométricos
y armoniosos donde la hermosura de la vegetación ornamental brota en todas las
estaciones como en un perpetuo edén primaveral y único. Está claro que el
progreso constantemente sostenido es el signo moderno de la Cruz Santa de hoy.
Sin embargo, no se piense que es solo el ensanche, aumento y mejora de los
edificios lo que preocupa a sus moradores. Hay otras pruebas patentes de que el
avance se está llevando a efecto en todos los órdenes con ritmo acelerado. La
generación que apenas frisa ahora la pubertad conocía en sus primeros años los
coches de pasajeros y los de carga, no porque existiesen en el pueblo que les
vio nacer, sino porque cruzaban a veloz carrera en su misión de tráfico a lo
largo de la vía central. En nuestros días la Cruz Santa cuenta por docenas los
automóviles y camiones propios, que la animan con su incesante actividad,
pletórica de optimismo y de firmes promesas para un más lisonjero porvenir. No
hay que olvidar tampoco el capítulo número uno de su economía, consistente en la
producción de sus famosos vinos. Su zona y sus terrenos son de superior calidad
para el cultivo de la vid. Sus mostos se solicitan en todas partes con
preferencia bien remunerada. Y la gran cantidad de tierras dedicadas casi
totalmente a tan preciada planta, constituye una fuente de saneados y elevados
ingresos, y ha dado lugar a que se haya desarrollado aquí una de las más
notables industrias bodegueras. También se cultiva desde hace algún tiempo, con
rendimiento magnífico, importantes plantaciones de tabaco. Es un complemento
muy valioso para la economía cruzantera. Y más si tenemos en cuenta que por sus
excelentes cualidades es muy estimado y se paga a los más altos precios…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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