domingo, 3 de septiembre de 2017

PINOLERE "HISTORIA Y TRADICIÓN", EL LIBRO DE TIERRA ARRIBA (30 AÑOS, 1985 – 2015)



Fotografía publicada en el Diario de Avisos del día 30 de agosto del 2012, vemos los tres amigos de la Villa de La Orotava que se han convertidos en los astronautas de Pinolere (las tres María); Rafael Gómez León (director técnico), Leoncio Luis Hernández (presidente) y Jesús García Rodríguez (gerente). Le felicito queridos amigos.

Encontrándome en el año 1995 en el Ayuntamiento de La Orotava, para consultas previa, tropiezo en los pasillos de dicha casa Consistorial con el joven Toribio Delgado Luís, ex-alumno mío en el Instituto de Formación Profesional de La Orotava, actual IES LA OROTAVA MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ, - sus progenitores regentaban la Venta Cuatro Cantillo de Pinolere-.
Después de una amena conversación sobre aquellos tiempos de estudiante en el indigente centro de la Barriada de San Antonio, me indica; Bruno no olvide que al final de Agosto inauguramos la décima feria de Artesanía, arriba en mi barrio de Pinolere. Toribio, es ya, un profesional de la gestión, su flamante titulación de “Técnico Especialista”, le acredita para regentar unas empresas, fundadas bajo sus propias tecnología, incluso ha instituido varios puestos de trabajos, que ha ofrecido a ex-alumnos de su añejo instituto orotavense. Por cierto, este año en la feria de septiembre,  - insiste Toribio -, vamos a presentar un libro de la historia del barrio, de sus tradiciones y de su situación geodésica. Un proyecto muy bien elaborado en el que trabajan varios técnicos de distintas especialidades humanísticas. Y arriba me personé el primer domingo de septiembre (1995), -un domingo de cielo gris jaspeado por la neblina y la típica llovizna de tierra arriba-. Allí en Pinolere la impresión es versal al encontrarme con una gran feria de artesanía, una feria elaborada bajo el esfuerzo de esas personas sucesoras de aquellos auténticos campesinos de antañazo, que ribeteado por la miseria, la incomunicación, y la penuria hicieron en los altos del Valle de Taoro una ilustración autóctona digna de admiraciones. Un territorio alimentado de numerosas galerías portadora de agua virtuosa y generosa, muchas de ellas caducadas en la actualidad por las numerosas perforaciones, un contornos cálido siempre como el vinillo del néctar procedente de la cumbre del anexo Arafo, Arafa o Arafuria como decía el profesor Don Arístides Ferrer García; “Soy Arístidof de Arafuria”.
Pinolere, en el majestuoso Valle de La Orotava, mantiene su apego al monte sin embadurnarse de matices modernas, como sin aún la tribu autóctona necesitase el asilo feudal de la cumbre para no ser sorprendida por los castellanos. En el resto del Valle hacía abajo esta hosquedad indómita se va perdiendo. Pinolere tiene casas blancas, y conservan los fidedignos Pajales, el señorial Pajar, ornamentado de mimosos castaños, de pinos canarios sonrientes, de indígena laurisilva, parece un barrio demasiado retraído, que conserva sus tradicionales haces de leñas del alto carrascal, tumbados en la puerta, que decoran triunfalmente las fachadas de estas casas montañesas. A pesar de su corto número de vecinos, Pinolere ocupa un gran espacio en el alto del Valle, antiguamente cada vivienda tenía su calle natural, saturada de guijarro, más que libre, anárquicos. Unos eran grandes y alegres porque no sufrieron el roce del dolor; otros, los del centro, fingían cierta aspiración igualitaria, gemela a la de los hombres; algunas tenían sus carnes mutiladas, acribilladas, heridas; eran verdaderas piltrafas berroqueñas que sólo aspiraban a derretirse en la nada. Hoy el barrio está totalmente asfaltado, enlazado con la carretera general de las Cañadas a través de una portentosa pasarela y enlazado por el sur con el viejo camino de La Florida alta. La economía esencial que practicaron sus antiguos habitantes estaba basada en el pastoreo, la recolección, y la agricultura. Antiguamente, se podía apreciar, en las mañanas claras el humo de sus chimeneas, cual blanca oriflama, se enredaba en un romance patriarcal con las copas de los pinos auténticos canarios y los castaños florecidos. Pero cuando el aire venía de arriba, de las crestas nevadas de aquellos inviernos, el humo, en vez de subir a lo alto, se metía por las ventanas, ahumando las viejas paredes y envolviendo al barrio en un fulgor de batalla. Así pues, se vivía en el alto del Valle, concretamente en  Pinolere, un barrio rodeado de barranqueras roncalesas, salpicadas de castaños, un lugar alto, de tierra arriba, en donde se vivía de silueta pastoril de sus habitantes pres-hispánicos. Aquí la raza tenía la fortaleza de todo el canarísmo. Pinolere “Historia y tradición”, es un libro escrito con nobleza tierra arriba. En el que observamos los aristocráticos perfiles de un hombre dinámico conocido por Esteban Perdigón Pacheco, aunque no se encuentra nombramiento oficial, era el Alcalde Pedáneo del barrio, hacia de interlocutor y valedor de las preocupaciones demandadas de los vecinos, antes los mandatarios de turno del Ayuntamiento. “Don Esteban dejó como herencia la fama de hombre luchador y jovial. Fue a Cuba y al regreso montó una bodega y luego una venta. A través de su propia mediación se acomete una de las obras más importantes para el Barrio; la construcción del camino de acceso al mismo. Se casa con Doña Juana Zamora Hernández y dejó un amplia descendencia....”(1) Me apasiona la lectura de este maravilloso libro, escrito junto a la cordillera dorsal tinerfeña, donde terminan las tierras, nacen los barrancos y comenzaba el histórico camino real que enlazaba el sur con el norte de Tenerife, casi sin darme cuenta, ha venido a mis ojos una dulce, entrañable palabra que despierta en nosotros un mundo de recuerdos y de sueños ingenuos y lozanos Pinolere, ¿Que significa esta palabra, sonora como un clarín, clara como una llamarada?. En el libro se reverencia la electrificación del Barrio en el año 1.978, parece que al principio se alumbraban con tea. “A los pinos le daban fuego le hacían una cueva, con una asuela sacaban las astillas. Más tarde se alumbraban con capuchinas de petróleo. Luego llegaron las lámparas de carburo, los quinqués de alcohol y por ultimo luz eléctrica. En los años treinta se colocaron los chorros públicos para el suministro de agua (Cuatro Cantillo, Pinolere y Finca de Don Ángel Yánez), el agua para el uso del barrio se cogía en la galería “El Moral”, algunos recuerdan en historia de sus abuelos que hablaban de nacientes naturales al lado de la “Cueva de los Guanches”, en la fuente del “Dornajito” o por encima del Lomo de la Canaria. Se recuerda también un ir y venir de las mujeres con la cesta de ropa en la cabeza hasta los lavaderos de Aguamansa (actual vivero), a la vera del agua (fuente de los tres pinos), a la Hondura.”(2)
Quizá sea el mundo del trabajo aquel en que se ve con más claridad la necesidad del esfuerzo de todos, del sacrificio de todos; quizá sea en el fondo, el más generoso de todos. Cada día nos maravillamos de lo que consiguen los hombres y mujeres de Pinolere. Ya no se limitan a surcar el aire; se atreve más allá del aire y atraviesa sorprendentes por su ingenio los espacios labriegos. El movimiento vecinal de los años setenta originó toda una serie de inquietudes en el barrio, centradas en mejorar las infraestructura (carretera, luz, agua,...), y se promovió una actividad sociocultural. “Aquí aparece la importante labor desarrollada durante años por la Asociación de Vecinos “Horizonte 2.000”, fundada en el año 1977. A través de ella se condujo y se gestionaron muchas de las viejas aspiraciones y preocupaciones de los vecinos estando a la cabeza en la organización de eventos culturales, de gran renombre, entre los que destaca aquella primera publicación de la revista “El Pajar”, de carácter cultural, informativo y de imputación...”(3) También se habla de su cartografía. “Pinolere esta situado entre los 700 y 800 metrosde altitud, hoy se denomina con este nombre a una zona comprendida por el Oeste con el Barranco de “Quiquirá” o “Chinchichirá”, nombre que recibía en el pasado; teniendo como limite El Fiesco. Por el Este con los Barrancos de “El Infierno o de La Arena” y “La Hondura” que marcan el límite con la ladera de Santa Ursula que cierra el Valle por la parte Oriental. Por el Norte con la Florida Alta y Cuatro Cantillos. Y por el Sur con los Caminos y Caminos de la Pasada de Montenegro.....”(4) Lo más sorprendente, es el cambio de nombre en el Barrio, tradicionalmente le llamaban Pinoleri, y en fecha próxima a sus fiestas, aparecieron sus carteles pregoneros con el Nombre de Pinolere..... ¿Como aparece Pinolere.....?. Parece ser que el primer topónimo del que se tiene conocimiento escrito es el de Pino de Lere. “Posteriormente, se encuentra la siguiente evolución del termino: Pino lere, Pinolere, Pino Leres, Pinoleres, Pino Leri, Pino Leris, Pinoleri, Pinoleris...  Es probable que el nombre del Barrio es producto de la unión de dos términos distintos: pino y eres. El primero hace referencia al árbol de las zonas altas y de montaña. El otro vocablo, el eres, parece estar relacionado con Hoyo o Poceta en las rocas impermeables del cauce de los barrancos, donde en la época de lluvias se acumula arena fina y agua....” (5) Las paredes de los barrancos sirven puerta de entrada para la construcción de las galerías que hoy surcan el subsuelo de Pinolere y es el Barranco de El Infierno quien sirve de cauce para la nueva explotación concentrando la mayoría de las galerías de la zona. “Muchas han sido las galerías que se han perforado y que por excesivo agujeramiento y una irracional sobreexplotación de los recursos acuíferos se han “secado”. Importantes galerías han sido: “Salto de Pinolere”, “Salto de los Helechos”, “Hondura de Don Nicandro”, “Fuente Benítez”, “La Tumba”, “El Moral”, “Barbuzano”, “El Drago”, “Florida Baja”, “Pedro Gíl”, “Frontones”, “Concha Marina u Hondura”,.....”(4). Tendremos que buscar, pues, el exacto significado de Pinolere, entre esa variedad y abundancia de vegetaciones, montañas, llanuras y montes de que nos habla el libro, buen consejero para nosotros los canarios. Pero, ¿Cómo haremos nuestra lectura? ¿Dónde la iniciaremos?..... Recuerdo que, siendo yo muy pequeño, mi padre Juan me llevaba de hermosos paseos por las volcánicas montañas que rodean el Valle de La Orotava. Mimadre María se desesperaba a veces porque cada domingo estábamos fuera. Desde entonces aprendí que el mejor modo de conocer las gentes y los paisajes es pasear entre ellos. Después he recorrido muchas veredas con mis amigos, mochila a la espalda, una canción en los labios y, cuando cae la tarde, unos leves reposos entre risas sobre la enteriza tierra de los campos de arriba. Y, en carne viva, entrándoseme por los sentidos todos (el sabor de las fuentes, el olor del monte bajo de barbuzanos y tomillo, el color de los campos en sazón, el tacto fresco de los prados, la voz cambiante de cada valle, aprendí lo poco o mucho que de los altos sé y las pocas virtudes que dan esperanzada alegría a mi vida. Cuando, en la desaparecida Escuela Superior de Comercio de Tenerife, -hoy Escuela Universitaria de Estudios Empresariales -, ya, tuve que penetrar en el brillante mundo de nuestra Historia isleña y nuestra humanidad, tenía ya un secreto poder de entendimiento: una imagen diáfana, transparente, de los que Tenerife era. Averiguar o decidir el punto de partida nos parecerá quizá más sencillo. Porque las primeras noticias serias que de Pinolere tenemos son unos asombrosos poblados guanches, que vivían en cuevas de la cordillera dorsal y, siempre, debemos empezar en el origen de las cosas. Además porque hemos visto a Pinolere como si viniésemos cabalgando nubes. Si fueras nubes, lector, o fueras gota de agua y te cernieras sobre el Pico del Océano Atlántico -que estoy viendo- y la brisa dispusiera de ti y de tu destino, según su capricho, podía ocurrir una de tres cosas: o que fueras Chasna, o que fuera Abona, o que fuera Pinolere. Cuestión de suerte. Tal como dice mi amigo Manuel J. Lorenzo Perera; “Que en Pinolere el núcleo más antiguo de la población lo constituyen las cuevas del Barranco del Infierno, tramo perteneciente al que, desde un punto de vista más general y cartógrafo, se conoce como Barranco de la Arena, uno de los más importantes del Valle de La Orotava, que parte desde las cercanías de la Montaña de la Negrita (2.241 metros s.n.m.) hasta la playa de San Juan. El denominado conjunto arqueológico de Pinolere está constituido por dos cuevas superpuestas: habitación y sepulcral. Fueron expoliadas -verano de 1.966 y 1.967 - por un grupo de visitantes de nacionalidad británica. Años después, 1.974, se procedía llevar a cabo el correspondiente estudio de parte de los materiales extraídos, así como la excavación de los yacimientos. Las cuevas se sitúan a unos 250 metros, en línea recta, del caserío de Pinolere, a uno 700 metros de altitud s.n.m. Están emplazadas en la pared derecha del Barranco del Infierno, a unos 20 metros de altitud con relación a su lecho. El conjunto se halla enclavado en la zona media - norte de la isla de Tenerife(600 1.500 metros s.n.m.), muy apta para ser habitada: en invierno las temperaturas raramente descienden por debajo de los 10º y en verano llegan a sobrepasar lo 24º C. Toda la zona estuvo ocupada por el bosque de laurisilava, algunos de cuyos ejemplares se alzan en las paredes y fondo del Barranco, y en los espacios que separan las huertas en las que tradicionalmente se ha practicado el policultivo de secano....”(6) Pues un libro de leyenda, un libro de tierra arriba, un libro de un territorio habitado por pajales. Las casas de teja eran pocas. Para parrandear cualquier sitio era bueno, las condiciones de vida eran duras. La dureza del campo hacía emigrar en busca de mejores condiciones de vida, primero a Cuba y después a Venezuela, todo esto unido a la alta natalidad, hace de Pinolere un Barrio aborigen de quimera y cantar: “…NOTAS:
(1) UN PERSONAJE CON HISTORIA: ESTEBAN PERDIGÓN PACHECO. DE JOSÉ DELGADO ALBELO Y RAFAEL C. GÓMEZ LEÓN.
(2) PINOLERE: CRECIMIENTO, PROGRESO Y PROYECCIÓN, DE JOSÉ DELGADO ALBELO Y RAFAEL C. GÓMEZ LEÓN.
(3) INTRODUCCIÓN DEL LIBRO HISTORIA Y TRADICIÓN DE  RAFAEL GÓMEZ LEÓN Y RAÚL GONZÁLEZ SUÁREZ.
(4) PINOLERE. UN TERRITORIO AISLADO DE RAÚL GONZÁLEZ SUÁREZ.
(5)APROXIMACIÓN AL ORIGEN DEL NOMBRE DE PINOLERE. DE JAVIER MONTES DE OCA DE LAS CASAS.
(6)LOS ORÍGENES HISTÓRICOS DE PINOLERE. DE MANUEL LORENZO PÉRERA.
(7)OTROS COLABORADORES DEL LIBRO “PINOLERE HISTORIA Y TRADICIÓN”: PABLO REYES MÉNDEZ, MANUEL RODRÍGUEZ MESA, JOSÉ ANTONIO LIMA CRUZ, FRANCISCO LEDESMA DE TAORO, JOSÉ MANUEL HERNÁNDEZ Y HERNÁNDEZ...
El amigo de la Villa de La Orotava, desde mi infancia en la Calle El Calvario; Isidoro Sánchez García, remitió estas notas dedicadas a las cocinas solares que fueron expuestas en la feria de PINOLERE 2012: “…La feria de Pinolere acaba de cumplir en 2012, el Año Internacional de la Energía Sostenible, la friolera de 27 años. Además de los tradicionales artesanos que enriquecen el sector cultural de Canarias llamó la atención, en esta calurosa y veraniega feria, la presencia de dos cocinas solares. Era la justificación de la apuesta de la Asociación Cultural Pinolere por las energías limpias. Para mayor abundamiento hubo días que asombraron a propios y extraños. Más a lo extranjeros que los del país.  Me refiero a las horas de sol que ayudaron a lucir de manera significativa el abigarrado colorido verde de este barrio de las medianías del valle de La Orotava, que se esconde entre castaños y nogales, entre pinos y laurisilva, junto al Paisaje Protegido de La Resbala.
Era la continuación de una muestra que se ofreció hace algunas semanas cuando Pinolere realizó la exhibición gastronómica “Cochino Negro-Taparte”. Exterior XXI, representada por Manuel Méndez, coordinador técnico de la cooperación internacional de esta reputada asociación madrileña, hizo posible que Pinolere contara con dos ejemplares de estas cocinas solares y singulares. De paso sirvió para estimular a dos jóvenes empresas canarias relacionadas con el sector energético renovable, que rápidamente se interesaron por su comercialización (GERCA y COLFIS).
Como rápida fue también la reacción del equipo gestor de Pinolere a la hora de plantear otra exposición de las cocinas en esta Feria que acaba de finalizar.  En esta ocasión con casos prácticos de gastronomía solar a cargo de dos destacados chef. El viernes 31 de agosto se iniciaron las jornadas, ya que el escocés Richard Etherington, que trabaja en la cocina del orotavense “Hotel Victoria”, preparó un excelente plato de pollo y hierbas aromáticas con arroz blanco, rociado con vino blanco de la Cruz Santa, de la bodega JUAN DIOS, y del que se hizo eco el enólogo Valerio García.  Tuvo su continuidad el sábado 1 de septiembre, con una degustación de papas bonitas con carne de cabra deshilachada y en salmorejo, que corrió a cargo del equipo que lidera Pau Bermejo, que asesora, entre otros, al restaurante del parque temático “Pueblo Chico”. En esta ocasión el vino era tinto Solana, de la bodega SOAGRANORTE, de F. J. García Núñez, y el enólogo responsable de las explicaciones fue Roberto Santana. Ambos caldos eran del valle de La Orotava y por tanto volcánicos y atlánticos.
Por las cocinas solares se interesaron muchos visitantes de la feria y entre ellos el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, quien compartió con Manuel Méndez el interés de establecer una marco de cooperación con Marruecos para llevar a cabo una apuesta por este tipo de cocinas que tanto está significando para algunos pueblos del país alauita en materia de ahorro energético…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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