Fotografía publicada en el Diario de
Avisos del día 30 de agosto del 2012, vemos los tres amigos de la Villa de
La Orotava que se han convertidos en los astronautas de Pinolere (las tres
María); Rafael Gómez León (director técnico), Leoncio Luis Hernández
(presidente) y Jesús García Rodríguez (gerente). Le felicito queridos amigos.
Encontrándome en el año 1995 en el Ayuntamiento de La Orotava, para
consultas previa, tropiezo en los pasillos de dicha casa Consistorial con el
joven Toribio Delgado Luís, ex-alumno mío en el Instituto de Formación
Profesional de La Orotava, actual IES LA
OROTAVA MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ, - sus progenitores regentaban la
Venta Cuatro Cantillo de Pinolere-.
Después de una amena conversación sobre aquellos tiempos de estudiante en
el indigente centro de la Barriada de San Antonio, me indica; Bruno
no olvide que al final de Agosto inauguramos la décima feria de Artesanía,
arriba en mi barrio de Pinolere. Toribio, es ya, un profesional de la gestión,
su flamante titulación de “Técnico Especialista”, le acredita para regentar
unas empresas, fundadas bajo sus propias tecnología, incluso ha instituido
varios puestos de trabajos, que ha ofrecido a ex-alumnos de su añejo instituto
orotavense. Por cierto, este año en la feria de septiembre, -
insiste Toribio -, vamos a presentar un libro de la historia del barrio, de sus
tradiciones y de su situación geodésica. Un proyecto muy bien elaborado en el
que trabajan varios técnicos de distintas especialidades humanísticas. Y arriba
me personé el primer domingo de septiembre (1995), -un domingo de cielo gris
jaspeado por la neblina y la típica llovizna de tierra arriba-. Allí en
Pinolere la impresión es versal al encontrarme con una gran feria de artesanía,
una feria elaborada bajo el esfuerzo de esas personas sucesoras de aquellos auténticos
campesinos de antañazo, que ribeteado por la miseria, la incomunicación, y la
penuria hicieron en los altos del Valle de Taoro una ilustración autóctona
digna de admiraciones. Un territorio alimentado de numerosas galerías portadora
de agua virtuosa y generosa, muchas de ellas caducadas en la actualidad por las
numerosas perforaciones, un contornos cálido siempre como el vinillo del néctar
procedente de la cumbre del anexo Arafo, Arafa o Arafuria como decía el
profesor Don Arístides Ferrer García; “Soy Arístidof de Arafuria”.
Pinolere, en el majestuoso Valle de La Orotava, mantiene su apego al
monte sin embadurnarse de matices modernas, como sin aún la tribu autóctona
necesitase el asilo feudal de la cumbre para no ser sorprendida por los
castellanos. En el resto del Valle hacía abajo esta hosquedad indómita se va
perdiendo. Pinolere tiene casas blancas, y conservan los fidedignos Pajales, el
señorial Pajar, ornamentado de mimosos castaños, de pinos canarios sonrientes,
de indígena laurisilva, parece un barrio demasiado retraído, que conserva sus
tradicionales haces de leñas del alto carrascal, tumbados en la puerta, que
decoran triunfalmente las fachadas de estas casas montañesas. A pesar de su
corto número de vecinos, Pinolere ocupa un gran espacio en el alto del Valle,
antiguamente cada vivienda tenía su calle natural, saturada de guijarro, más
que libre, anárquicos. Unos eran grandes y alegres porque no sufrieron el roce
del dolor; otros, los del centro, fingían cierta aspiración igualitaria, gemela
a la de los hombres; algunas tenían sus carnes mutiladas, acribilladas,
heridas; eran verdaderas piltrafas berroqueñas que sólo aspiraban a derretirse
en la nada. Hoy el barrio está totalmente asfaltado, enlazado con la carretera
general de las Cañadas a través de una portentosa pasarela y enlazado por el
sur con el viejo camino de La Florida alta. La economía esencial que
practicaron sus antiguos habitantes estaba basada en el pastoreo, la
recolección, y la agricultura. Antiguamente, se podía apreciar, en las mañanas
claras el humo de sus chimeneas, cual blanca oriflama, se enredaba en un
romance patriarcal con las copas de los pinos auténticos canarios y los
castaños florecidos. Pero cuando el aire venía de arriba, de las crestas
nevadas de aquellos inviernos, el humo, en vez de subir a lo alto, se metía por
las ventanas, ahumando las viejas paredes y envolviendo al barrio en un fulgor
de batalla. Así pues, se vivía en el alto del Valle, concretamente
en Pinolere, un barrio rodeado de barranqueras roncalesas,
salpicadas de castaños, un lugar alto, de tierra arriba, en donde se vivía de
silueta pastoril de sus habitantes pres-hispánicos. Aquí la raza tenía la
fortaleza de todo el canarísmo. Pinolere “Historia y tradición”, es un libro
escrito con nobleza tierra arriba. En el que observamos los aristocráticos
perfiles de un hombre dinámico conocido por Esteban Perdigón Pacheco, aunque no
se encuentra nombramiento oficial, era el Alcalde Pedáneo del barrio, hacia de
interlocutor y valedor de las preocupaciones demandadas de los vecinos, antes
los mandatarios de turno del Ayuntamiento. “Don Esteban dejó como herencia la
fama de hombre luchador y jovial. Fue a Cuba y al regreso montó una bodega y
luego una venta. A través de su propia mediación se acomete una de las obras
más importantes para el Barrio; la construcción del camino de acceso al mismo.
Se casa con Doña Juana Zamora Hernández y dejó un amplia descendencia....”(1)
Me apasiona la lectura de este maravilloso libro, escrito junto a la cordillera
dorsal tinerfeña, donde terminan las tierras, nacen los barrancos y comenzaba
el histórico camino real que enlazaba el sur con el norte de Tenerife, casi sin
darme cuenta, ha venido a mis ojos una dulce, entrañable palabra que despierta
en nosotros un mundo de recuerdos y de sueños ingenuos y lozanos Pinolere, ¿Que
significa esta palabra, sonora como un clarín, clara como una llamarada?. En el
libro se reverencia la electrificación del Barrio en el año 1.978, parece que
al principio se alumbraban con tea. “A los pinos le daban fuego le hacían una
cueva, con una asuela sacaban las astillas. Más tarde se alumbraban con
capuchinas de petróleo. Luego llegaron las lámparas de carburo, los quinqués de
alcohol y por ultimo luz eléctrica. En los años treinta se colocaron los chorros
públicos para el suministro de agua (Cuatro Cantillo, Pinolere y Finca de Don
Ángel Yánez), el agua para el uso del barrio se cogía en la galería “El Moral”,
algunos recuerdan en historia de sus abuelos que hablaban de nacientes
naturales al lado de la “Cueva de los Guanches”, en la fuente del “Dornajito” o
por encima del Lomo de la Canaria. Se recuerda también un ir y venir
de las mujeres con la cesta de ropa en la cabeza hasta los lavaderos de
Aguamansa (actual vivero), a la vera del agua (fuente de los tres pinos),
a la Hondura.”(2)
Quizá sea el mundo del trabajo aquel en que se ve con más claridad la
necesidad del esfuerzo de todos, del sacrificio de todos; quizá sea en el
fondo, el más generoso de todos. Cada día nos maravillamos de lo que consiguen
los hombres y mujeres de Pinolere. Ya no se limitan a surcar el aire; se atreve
más allá del aire y atraviesa sorprendentes por su ingenio los espacios
labriegos. El movimiento vecinal de los años setenta originó toda una serie de
inquietudes en el barrio, centradas en mejorar las infraestructura (carretera,
luz, agua,...), y se promovió una actividad sociocultural. “Aquí aparece la
importante labor desarrollada durante años por la Asociación de
Vecinos “Horizonte 2.000”, fundada en el año 1977. A través de ella se
condujo y se gestionaron muchas de las viejas aspiraciones y preocupaciones de
los vecinos estando a la cabeza en la organización de eventos culturales, de
gran renombre, entre los que destaca aquella primera publicación de la revista
“El Pajar”, de carácter cultural, informativo y de imputación...”(3) También se
habla de su cartografía. “Pinolere esta situado entre los 700 y 800
metrosde altitud, hoy se denomina con este nombre a una zona comprendida por el
Oeste con el Barranco de “Quiquirá” o “Chinchichirá”, nombre que recibía en el
pasado; teniendo como limite El Fiesco. Por el Este con los Barrancos de “El
Infierno o de La Arena” y “La Hondura” que marcan el límite con la ladera
de Santa Ursula que cierra el Valle por la parte Oriental. Por el Norte
con la Florida Alta y Cuatro Cantillos. Y por el Sur con los Caminos
y Caminos de la Pasada de Montenegro.....”(4) Lo más sorprendente, es
el cambio de nombre en el Barrio, tradicionalmente le llamaban Pinoleri, y en
fecha próxima a sus fiestas, aparecieron sus carteles pregoneros con el Nombre
de Pinolere..... ¿Como aparece Pinolere.....?. Parece ser que el primer
topónimo del que se tiene conocimiento escrito es el de Pino de Lere.
“Posteriormente, se encuentra la siguiente evolución del termino: Pino lere,
Pinolere, Pino Leres, Pinoleres, Pino Leri, Pino Leris, Pinoleri,
Pinoleris... Es probable que el nombre del Barrio es producto de la
unión de dos términos distintos: pino y eres. El primero hace referencia al
árbol de las zonas altas y de montaña. El otro vocablo, el eres, parece estar
relacionado con Hoyo o Poceta en las rocas impermeables del cauce de los
barrancos, donde en la época de lluvias se acumula arena fina y agua....” (5)
Las paredes de los barrancos sirven puerta de entrada para la construcción de
las galerías que hoy surcan el subsuelo de Pinolere y es el Barranco de El
Infierno quien sirve de cauce para la nueva explotación concentrando la mayoría
de las galerías de la zona. “Muchas han sido las galerías que se han perforado y
que por excesivo agujeramiento y una irracional sobreexplotación de los
recursos acuíferos se han “secado”. Importantes galerías han sido: “Salto de
Pinolere”, “Salto de los Helechos”, “Hondura de Don Nicandro”, “Fuente
Benítez”, “La Tumba”, “El Moral”, “Barbuzano”, “El Drago”, “Florida Baja”,
“Pedro Gíl”, “Frontones”, “Concha Marina u Hondura”,.....”(4). Tendremos que
buscar, pues, el exacto significado de Pinolere, entre esa variedad y
abundancia de vegetaciones, montañas, llanuras y montes de que nos habla el
libro, buen consejero para nosotros los canarios. Pero, ¿Cómo haremos nuestra
lectura? ¿Dónde la iniciaremos?..... Recuerdo que, siendo yo muy pequeño, mi
padre Juan me llevaba de hermosos paseos por las volcánicas montañas que rodean
el Valle de La Orotava. Mimadre María se desesperaba a veces porque cada
domingo estábamos fuera. Desde entonces aprendí que el mejor modo de conocer
las gentes y los paisajes es pasear entre ellos. Después he recorrido muchas
veredas con mis amigos, mochila a la espalda, una canción en los labios y,
cuando cae la tarde, unos leves reposos entre risas sobre la enteriza tierra de
los campos de arriba. Y, en carne viva, entrándoseme por los sentidos todos (el
sabor de las fuentes, el olor del monte bajo de barbuzanos y tomillo, el color
de los campos en sazón, el tacto fresco de los prados, la voz cambiante de cada
valle, aprendí lo poco o mucho que de los altos sé y las pocas virtudes que dan
esperanzada alegría a mi vida. Cuando, en la desaparecida Escuela Superior de
Comercio de Tenerife, -hoy Escuela Universitaria de Estudios Empresariales -,
ya, tuve que penetrar en el brillante mundo de nuestra Historia isleña y
nuestra humanidad, tenía ya un secreto poder de entendimiento: una imagen
diáfana, transparente, de los que Tenerife era. Averiguar o decidir el punto de
partida nos parecerá quizá más sencillo. Porque las primeras noticias serias
que de Pinolere tenemos son unos asombrosos poblados guanches, que vivían en
cuevas de la cordillera dorsal y, siempre, debemos empezar en el origen de las
cosas. Además porque hemos visto a Pinolere como si viniésemos cabalgando
nubes. Si fueras nubes, lector, o fueras gota de agua y te cernieras sobre el
Pico del Océano Atlántico -que estoy viendo- y la brisa dispusiera de ti y de
tu destino, según su capricho, podía ocurrir una de tres cosas: o que fueras
Chasna, o que fuera Abona, o que fuera Pinolere. Cuestión de suerte. Tal como
dice mi amigo Manuel J. Lorenzo Perera; “Que en Pinolere el núcleo más antiguo
de la población lo constituyen las cuevas del Barranco del Infierno, tramo
perteneciente al que, desde un punto de vista más general y cartógrafo, se
conoce como Barranco de la Arena, uno de los más importantes del Valle
de La Orotava, que parte desde las cercanías de la Montaña de la
Negrita (2.241 metros s.n.m.) hasta la playa de San Juan. El denominado
conjunto arqueológico de Pinolere está constituido por dos cuevas superpuestas:
habitación y sepulcral. Fueron expoliadas -verano de 1.966 y 1.967 - por un
grupo de visitantes de nacionalidad británica. Años después, 1.974, se procedía
llevar a cabo el correspondiente estudio de parte de los materiales extraídos,
así como la excavación de los yacimientos. Las cuevas se sitúan a unos 250
metros, en línea recta, del caserío de Pinolere, a uno 700 metros de
altitud s.n.m. Están emplazadas en la pared derecha del Barranco del Infierno,
a unos 20 metros de altitud con relación a su lecho. El conjunto se
halla enclavado en la zona media - norte de la isla de Tenerife(600 1.500
metros s.n.m.), muy apta para ser habitada: en invierno las temperaturas
raramente descienden por debajo de los 10º y en verano llegan a sobrepasar lo
24º C. Toda la zona estuvo ocupada por el bosque de laurisilava, algunos de
cuyos ejemplares se alzan en las paredes y fondo del Barranco, y en los
espacios que separan las huertas en las que tradicionalmente se ha practicado
el policultivo de secano....”(6) Pues un libro de leyenda, un libro de tierra
arriba, un libro de un territorio habitado por pajales. Las casas de teja eran
pocas. Para parrandear cualquier sitio era bueno, las condiciones de vida eran
duras. La dureza del campo hacía emigrar en busca de mejores condiciones de
vida, primero a Cuba y después a Venezuela, todo esto unido a la alta
natalidad, hace de Pinolere un Barrio aborigen de quimera y cantar: “…NOTAS:
(1) UN PERSONAJE CON HISTORIA: ESTEBAN PERDIGÓN
PACHECO. DE JOSÉ DELGADO ALBELO Y RAFAEL C. GÓMEZ LEÓN.
(2) PINOLERE: CRECIMIENTO, PROGRESO Y PROYECCIÓN, DE
JOSÉ DELGADO ALBELO Y RAFAEL C. GÓMEZ LEÓN.
(3) INTRODUCCIÓN DEL LIBRO HISTORIA Y TRADICIÓN
DE RAFAEL GÓMEZ LEÓN Y RAÚL GONZÁLEZ SUÁREZ.
(4) PINOLERE. UN TERRITORIO AISLADO DE RAÚL GONZÁLEZ
SUÁREZ.
(5)APROXIMACIÓN AL ORIGEN DEL NOMBRE DE PINOLERE. DE
JAVIER MONTES DE OCA DE LAS CASAS.
(6)LOS ORÍGENES HISTÓRICOS DE PINOLERE. DE MANUEL
LORENZO PÉRERA.
(7)OTROS COLABORADORES DEL LIBRO “PINOLERE HISTORIA Y
TRADICIÓN”: PABLO REYES MÉNDEZ, MANUEL RODRÍGUEZ MESA, JOSÉ ANTONIO LIMA CRUZ,
FRANCISCO LEDESMA DE TAORO, JOSÉ MANUEL HERNÁNDEZ Y HERNÁNDEZ...”
El amigo de la Villa de La Orotava, desde mi infancia en la Calle El
Calvario; Isidoro Sánchez García, remitió estas notas dedicadas a las cocinas
solares que fueron expuestas en la feria de PINOLERE 2012: “…La feria de Pinolere acaba de cumplir en
2012, el Año Internacional de la Energía Sostenible, la friolera de 27 años.
Además de los tradicionales artesanos que enriquecen el sector cultural de
Canarias llamó la atención, en esta calurosa y veraniega feria, la presencia de
dos cocinas solares. Era la justificación de la apuesta de la Asociación
Cultural Pinolere por las energías limpias. Para mayor abundamiento hubo días
que asombraron a propios y extraños. Más a lo extranjeros que los del
país. Me refiero a las horas de sol que ayudaron a lucir de manera significativa
el abigarrado colorido verde de este barrio de las medianías del valle de La
Orotava, que se esconde entre castaños y nogales, entre pinos y laurisilva,
junto al Paisaje Protegido de La Resbala.
Era la continuación de una muestra que
se ofreció hace algunas semanas cuando Pinolere realizó la exhibición
gastronómica “Cochino Negro-Taparte”. Exterior XXI, representada por Manuel
Méndez, coordinador técnico de la cooperación internacional de esta reputada
asociación madrileña, hizo posible que Pinolere contara con dos ejemplares de
estas cocinas solares y singulares. De paso sirvió para estimular a dos jóvenes
empresas canarias relacionadas con el sector energético renovable, que
rápidamente se interesaron por su comercialización (GERCA y COLFIS).
Como rápida fue también la reacción del
equipo gestor de Pinolere a la hora de plantear otra exposición de las cocinas
en esta Feria que acaba de finalizar. En esta ocasión con casos prácticos
de gastronomía solar a cargo de dos destacados chef. El viernes 31 de agosto se
iniciaron las jornadas, ya que el escocés Richard Etherington, que trabaja en
la cocina del orotavense “Hotel Victoria”, preparó un excelente plato de pollo
y hierbas aromáticas con arroz blanco, rociado con vino blanco de la Cruz Santa,
de la bodega JUAN DIOS, y del que se hizo eco el enólogo Valerio García.
Tuvo su continuidad el sábado 1 de septiembre, con una degustación de papas
bonitas con carne de cabra deshilachada y en salmorejo, que corrió a cargo del
equipo que lidera Pau Bermejo, que asesora, entre otros, al restaurante del
parque temático “Pueblo Chico”. En esta ocasión el vino era tinto Solana, de la
bodega SOAGRANORTE, de F. J. García Núñez, y el enólogo responsable de las
explicaciones fue Roberto Santana. Ambos caldos eran del valle de La Orotava y
por tanto volcánicos y atlánticos.
Por las cocinas solares se interesaron
muchos visitantes de la feria y entre ellos el presidente del Gobierno de
Canarias, Paulino Rivero, quien compartió con Manuel Méndez el interés de
establecer una marco de cooperación con Marruecos para llevar a cabo una
apuesta por este tipo de cocinas que tanto está significando para algunos
pueblos del país alauita en materia de ahorro energético…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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