Mi amigo
de La Vera; Villa de La Orotava – Puerto de la Cruz: JOSÉ PERAZA HERNÁNDEZ
remitió entonces (07/07/2019) estas notas y fotos, que tituló; “BREVE
SEMBLANZA DE LOS JUGADORES SEBASTIÁN GONZÁLEZ VILLAVICENCIO (CHANY o CHILENO) Y
SANTIAGO MORALES TORRES (MORALES O MENCHO): “…La Corona y el
Casino San Agustín está muy familiarizado. A pasado muchos años, y para muchos
se ha olvidado está historia, como que, a la fecha de hoy, estas nuevas
generaciones no lo saben, por lo que quiero plasmar de nuevo, y de esta forma
también, pueda refrescar la memoria a esas personas que, si lo vivieron,
seguro, que, al leer estas líneas, le hará vivir esos buenos, regular y malos
momentos. Por lo que, adjuntamos este texto, el que dice así:
Todos conocemos el lugar llamado por la Cruz de La
Corona en la parte alta del El Lancen, en Icor El Alto, en el municipio de Los
Realejos.
Hoy día, también se conoce por el Mirador de la
Corona. De igual manera, también se conoce, y ha sido un escenario de uno de
los mayores fenómenos sociológicos de la historia de Canarias. Se ha escrito
muchos ríos de tinta, porque en él tuvo lugar una presunta aparición mariana en
el año 1992, donde sé congregó a más de dos mil personas que se reunieron a
presenciar el acontecimiento.
El 24 de junio de 1929, un grupo de amigo bastante
números cuatro amigos de San Agustín (Los Realejos), un grupo de amigos
bastante numeroso, y aficionados a las excursiones campestres, así como a
ejecutar el deporte de la cacería y con acentuada ideología religiosa. Se
dispusieron en la vista del día de San Juan Batista a cumplir la tradición que
como cada año hacían subían a la Cruz encavada en el paraje conocido por la
Degollada. Perteneciente al extinguido término municipal del Realejo del Bajo.
Un 23 junio del año 1921, sobre las 10:00 de la noche,
de partía desde la plaza. Era costumbre de ir acompañados de perros y
escopetas, para aprovechas la caza de alguna pieza que les pudiera sorprender,
al paso del camino.
También iban, previsto de un botiquín sanitario, cosa
que es obligado, por alguna urgencia. Alimentos, vino, agua, así como algunos
instrumentos de cuerda y de aíre. Que venían muy bien estos para pasar la noche
y el día de San Juan, festejándolo con bailes que era amenizados y
destrifutando por todos allí presente. Hay que decir que muchos de los
presentes eran miembros de la Banda de Música de “La Filarmónica”, al lugar
iban otras muchas mozas y mozos, de muchos lugares, donde no paraban de bailar.
Lamentablemente después de una gran fiesta, llego un
suceso tortuoso.
Hicieron como siempre su primer descanso en la peña
conocida por la Corona y cuando se propusieron a descansar y refrescarse por el
largo camino, y el por lo que le faltaba bastante recordó para llegar al punto
de destino. Fueron interrumpidos de pronto por un disparo de escopeta, seguido
de un grito de dolor, que les dejó a todos enmudecidos, siendo momentos
desesperados como de confusión entre ellos, puesto que no llegaban a entender
lo que sucedía a sus alrededores. Al parecer un perro había tocado una
escopeta, la que caía al suelo. En medio del silencio, se oyó una voz conmovida
del lesionado, siendo don Juan González Hernández, persona conocida por (Juan
el del Cuchillo). persona que gritaba con voz melancólica, ya que estaba herido
en un pie debido la metralla del perdigón, imprevisto cartucho disparado.
A continuación, se sucedieron, varias opiniones, entre
los veteranos del grupo se encontraba el Practicante don Ramiro Rosado
Iglesias. Acudía apresuradamente hacerles las primeras curas urgencia. Una vez
tomada las decisiones fue traslado a un médico de la localidad. Visto que ya se
hizo de noche, y se había tomado las cosas bien, donde deciden de pasar la
noche en el lugar.
Se pasaron una noche bastante intensas, como una noche
bien pero bastante larga, como triste. Todo era tristeza, donde todos elevaban
en oración sincera suplica de Dios Todopoderoso, pues la intranquilidad.
El desánimo a la ulterior entereza de todos iba
creciendo el ideal común de erigir, en el mismo peñasco donde ocurrió el
accidente, una Cruz lo suficiente grande como para que se pudiera divisar desde
cualquier punto del valle de la Orotava, presidiendo ésta en vigilia por sus
miradores, a la vez como de recuerdo perenne de lo ocurrido.
Como recuerdo de lo ocurrido. Al final de la jornada,
cuantos allí estaban decidieron regresar a sus hogares a primeras horas del día
siguiente festividad de San Juan Bautista.
Transcurrido unos días, concretamente el día 2 de
julio de 1921, se reunieron buena parte de los excursionista afectado en un
salón de la casa de don Rosendo Regalado, conocido por “El Pariente”, entre los
que se encontraba casi restablecidos el lesionado don Juan del
“Cuchillo”, con el objeto de dar principio a la obra
proyectada y descrita anteriormente y tras cambiar impresiones, se constituyó
una Comisión Gestora para impulsar los tramites y estudiar su
posible emplazamiento en el señalado lugar, que tuvo como resultado la
siguiente:
-. Presidente: Don Juan González
Hernández
-. Tesorero: Don Miguel
Pérez Felipe
-. Secretario: Don Vicente Siverio
Bueno
-. 1º Vocal: Don Agustín
Albelo Méndez
-. 2ª Vocal: Don Domingo
Albelo Albelo- Calzadilla.
El viernes siguiente, día 8 de julio, don Domingo
Albelo y Albelo- Calzadilla. don Juan González Hernández, don Miguel Pérez
Felipe, se encargaron entrevistarse con don Ramón Ascanio, residente en La
Laguna y dueño del peñasco de “La Corona”, quien después de
enterado de lo acaecido, y sobre todo de los deseos de los colaboradores de
colocar un Cruz en el citado lugar, este lo vio de buen
gusto y se mostró interesado los que se lleva a
cabo tal empresa, manifestando además que podían disponer de
una huerta de 400 metros, que sirviera de expansión, para que el día que
hicieran la fiesta la noche de San Juan en dicho lugar “La Corona”.
Por otra parte, don Vicente Siverio Bueno, unido a don
Agustín Alberto Méndez, don Antonio Hernández Estévez y don Luciano González y
González a la salida de la misa del domingo 10 de julio, se entrevistaron con
el Sr. Cura de la parroquia Nuestra Señora de La Concepción don Manuel
Hernández Reyes, a quien le pusieron en conocimiento hasta el momento, mostrándose
muy satisfecho y manifestándose que estaba muy dispuesto a colaborar, para
llevar a feliz término tan original idea. Asimismo, les dijo que en caso de
prosperar lo previsto, el día indicado para la inauguración, debía de ser la
delo propio aniversario, ese día el 24 de junio de cada año. Él se encargaría
de la celebración de los actos religiosos.
Más tarde se acordó como primer paso el solicitar
autorización del Sr. Obispo, entonces rey Redondo, para levantar una Cruz en el
indicado lugar.
Emplazamiento:
El día 10 de julio del mismo año 1921, una comisión
formada por el cura don Manuel Hernández Reyes, el Alcalde del Realejo Bajo don
Domingo Albelo- Calzadilla, don Juan González y González, don Vicente Siverio
Bueno, don Miguel Pérez Felipe, previa autorización de audiencia, se
trasladaron a la Laguna y recibido, que
fueron por el Señor Obispo, tras explicarle todos los por menores ,
solicitaban la colocación de una Cruz y además, la autorización para
celebrar en ese lugar destinado a una Misa el día de la inauguración y en años
sucesivos , cosa que vio con muy buen agrado, dando
confinación al párroco del y los recitaba por el aceptado
gesto.
El domingo 25 de julio, se reúne la mayoría de los
excursionistas en la casa de don Rosendo “El Pariente”, donde sería informado
de las labores realizadas. Una vez aceptadas, dieron Vº Bº. nombrara a don
Vicente Siverio Bueno, don Luciano González y González y a don José Albelo
García, para que se encargara del replanteamiento del lugar ideal para el emplazamiento.
Hubo también ofrecimiento de madera de Tea, la
realizar la Cruz. Así como colaboración en los trabajos de construcción de una
Capilla.
El 15 de agosto, la Comisión encargada, hizo el
replanteamiento, cuyas características aconsejaban hacerlo circular con un
diámetro de 4:00 metros a aproximadamente.
Más tarde, vista las medidas tomadas, fue diseñado un
templete hexagonal, para albergar la Santa Cruz, por el conocido ya don Manuel
“El Lagunero”, que así se conocía.
Posteriormente, el día 8 de mayo de 1982. Comienza los
trabaos en la colaboración de la primera piedra, dirigido por don Luciano
González y González, acompañado por su colaboradores don Francisco García
López, don Benigno Rodríguez y Rodríguez, don José “El Niño”, otro personaje de
la época.
Destacar que, el reparto se llevó a cabo en esta
primera fase, que constituía, el refilado del piso y las bases del asiento, Los
trabajos fueron realizado en unos quince días. Los materiales y manos de obra,
ascendieron a 405 pesetas con 65 céntimos.
Según don José Hernández González, “El del Convento
“de los que, mejores presento la oferta, fuel, en cuanto a la madera que se
encontraba en el convento, la que era centenaria que aprovecharon del
desaparecido Convento de San Juan Bautista.
Fue el propio maestro Lagunero quien labro la propia
madera y confecciono la Cruz, en un salón dela plante baja de la casa de don
Domingo Albelo, está mide 4:00 metros de altura, de los que se encuentra
enterrados un metro y medio en la base., donde cada brazo mide 60 centímetros
cada uno. Fue terminada el día 10 de junio después de pintarla de verde, la que
termina con dos perillas en cada brazo, las que son pintadas de blanco.
Una nueva reunión se celebró el domingo siguiente,
pero esta vez, en la casa de don Agustín Albelo Méndez, cono conocido por “El
míster”, donde se puso definitivamente el de celebrar la fiesta de inauguración
para el día 24 de junio, festividad de San Juan Batista.
En esa fecha colaboraron también con la donación del
sudario y mantelería, doña Isabel Siverio Hernández, que dono en compañía de su
hija Amparo García Siverio, y es el que se encuentra conservado hasta el día de
la fecha. También don José Alberto García, contribuyo con su juego de velas
decorativas.
Faltaba ya 15 días para poner todo apunto, para su
inauguración. Esperando que todo saliera con gran esplendor.
El día 24, festividad de San Juan Batista, fue
ofrecida una Misa en honor del Santo Madero que se hallaba expuesta en la
iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, i en la que intervino como orador
sagrado don Heraclio Sánchez, actuando como padrino de la ceremonia don Juan
González Hernández y como mayor domo don Agustín Albelo Méndez. Terminada la
Santa Misa, salió en procesión asía el Aserradero de Tigaiga acompañada del Clero,
Banda de Música y numerosos fieles y devotos.
El itinerario recorrido fue el de las vueltas de Icod
El Alto, hasta llegar a donde sería colocada finalmente. Durante el trayecto no
cesaron los cohetes ni las plegarias al todo poderoso, hasta llegar a su sitio,
continuando con el inicio del Santo Rosario. Terminada esta ceremonia, los
romeros o devotos que le habían acompañado., de dispusieron a acompañar bien
entrada la noche. Durante las fiestas, se acostumbraba hacer unas rifaba, una
imagen de San Juan Batista.
La festividad de la Cruz, después de la inauguración,
a continuando, donde participan jóvenes y no tan jóvenes, donde no faltan los
ventorrillos típicos ni las parrandas de la tierra, todo en un gran ambiente
muy cordial.
El lunes 9 de marzo de 1925, se procede a la
construcción de la segunda fase del templete hexagonal ya proyectado, en el que
intervinieron los vecinos del Lance de Icod El Alto, y el mismo equipo de
trabajo de la primera construcción. Donde el material era trasportado en una
especial mula de don Fernandino Regalado Chávez Estrada, entonces situada en la
calle El Terrero”, hoy del Generalísimo Franco. El coste de esta segunda fase
ascendió a 6.109,60 pesetas. Distribuidoras en 2.350 pesetas de material, y de
mano de obra y de 3660 pesetas de trasporte.
Fue el año 1932, el día 23 de abril, festividad de San
Jorge, Patrón de los Exploradores de España, cuando salía la agrupación local
del Realejo de Abajo con dirección al paraje conocido por La Corona, para
sembrar en esas inmediaciones de la Cruz un total de 45 pinos de los que aún se
conserva una docena de ellos. al mando de la Expedición estuvieron los Jefes de
las tropas don Miguel Hernández Linares, don Antonio Hernández “El inocente” y
don Domingo Albelo Hernández.
Pasados algunos años y durante los días 1,4,11, y 18
de junio de 1972, para conmemorar los 50 aniversarios de la
colocación de la Cruz, un grupo de amigos y
descendiente de los fundadores de la obra
narrada compuesta por don Miguel Pérez y Pérez, don Vicente
Siverio Hernández, don Cipriano Rodríguez González, don José León García , don
Julio Hernández y Hernández, don Manuel Hernández Hernández, y
don Francisco Hernández García , se dispusieron a restaurar el
templete cubriéndolo de tejas del país y organizando los actos
propios de la festividad para el 24n de junio. También se colocó una baranda de
protección para los visitantes.
En ello colaboro, y, de hecho, ayudo a que revistieran
mayor expedidor los actos, el reverendo Padre José Siverio Pérez cargo de quien
estuvo la parte religiosa, ofreciendo la Santa Misa y en la humilla gloso el
significado de la Santa Cruz, dedicando palabras de elogio para aquellos que
tuvieron la idea de erigirla en tal original lugar desde donde permanece como
vigía delos moradores de todo el Vella de La Orotava.
En la última restauración, se invirtió un mayor
volumen del dinero con motivo del incremento del coste de la vida. El que
ascendiendo los gastos a un total de 41.720.50 pesetas.
La historia fluye inexorable. En este caso, también
así, llegamos al final de un relato singular en su especie y tal vez por pocos
conocidos, cuyo principal argumento de base. De unas
Generaciones en el tiempo, de hombres llenos de ilusión y vitalidad, en su
empeño por afianzar una herencia tradicional de cuidado y preservación de la
Santa Cruz y su entorno, iniciada en la tibia madrugada del 24 de junio de
1921.
Hemos encontrado otros textos que escribió en su día
el Ayuntamiento de este municipio realejero, que dice así:
AYUNTAMIENTO DE LOS REALEJOS
Corría el año 1923. La Fiesta de la Cruz de La Corona.
«Con extraordinaria animación se están preparando los
festejos que, en honor de la Cruz de la Corona, se celebrarán en este pueblo
los días 23 y 24 del corriente mes de junio.
Día 23, a las doce de dicho día saldrá de Realejo Bajo
la agrupación Musical «La Corona», organizada por varios músicos de la Banda de
este pueblo e inaugurada el año último en la festividad de la misma Cruz y para
la cual el director de esta Banda, don Agrícola E. García, ha hecho varias
composiciones. Dicha agrupación partirá de la plaza de la Iglesia, con la
bandera presidencial, al punto de destino, tocando en dicho trayecto alegres
pasacalles.
El sitio donde se celebrará esta festividad es una
parte muy alta de la sierra que rodea nuestro Valle de Orotava y de donde se
destaca una preciosísima y admirable vista del mismo; en dicho sitio se está
llevando a su terminación un artístico y elegante kiosco de cemento armado,
donde será colocada la Santa Cruz y en cual se ha hecho en condiciones para que
dicha Cruz sea visible desde estos Realejos.
Por la tarde y toda la noche del ya mencionado día 21
habrá música, cucaña, libreas, iluminación de la mencionada sierra con
mechones, fuegos artificiales y bailes típicos del país. El día 24 a las cinco
de la mañana y según costumbre empezarán a llegar gran número de jiras a
contemplar desde dicho sitio la pintoresca salida del Sol, A las 9, habrá
solemne misa, en la cual predicará el Magistral de Tenerife y elocuente orador
sagrado, doctor don Heraclio Sánchez Rodríguez. Terminada este acto, tocará la
mencionada agrupación varías piezas de música de su repertorio, organizándose
acto seguido las típicas comidas de las jiras y demás concurrentes, donde habrá
gran derroche de alegría; y a continuación se organizarán alegres bailes en la
plaza Se está llevando a su terminación un artístico y elegante kiosco de
cemento armado, donde será colocada la Santa Cruz para que sea visible desde
estos Realejos
VÍSPERA SAN JUAN BAUTISTA:
A la Corona subimos por junio, San Juan divino La
víspera de la festividad de San Juan Bautista, día 23, enciende el pueblo en
múltiples hogueras con la intención de «quemarle las barbas al Santo»; son las
fogaleras que chicos y grandes se ocupan de preparar días antes, reuniendo los
objetos inservibles más dispares. Ese mismo día es tradición el ascenso hasta
el monte de La Corona, magnífico mirador natural desde donde se aprecia la
plenitud del Valle de Taoro. Antes de la proliferación de vehículos de motor,
la costumbre era reunirse la familia y recorrer a pie los estrechos senderos
que separan el macizo de la carretera; algunos pernoctaban y permanecían arriba
todo el día siguiente, disfrutando del entorno y participando en los actos
religiosos y de regocijo, en honor al Santo.
El Santo Madero sigue celebrándose durante este mes, y
así nos encontramos con las fiestas de la Cruz de la Corona, que desde un
privilegiado mirador domina todo el Valle de La Orotava. Una tradición que se
remonta a 1923, cuando fue colocada la Cruz en promesa por haber salvado a unos
cazadores de la muerte. Unos kilómetros más arriba de este punto se ubica la
Cruz de Fregel o de la Degollada, a unos 1.400 metros sobre el nivel del mar y
dentro del Parque Nacional del Teide; fiesta de enorme participación en el
pasado. Pero las fiestas a la Cruz tienen también su protagonismo en el Tanque
Arriba o la Sombrera, allí se festeja en los días cercanos a la fiesta del
Bautista; en la Cruz del Agua de Icod el Alto y la Cruz de la Callita en la
zona de Viera y Clavijo, donde encuentros familiares, comidas de fraternidad y
la música son los ingredientes de unas fiestas del inicio del verano.
González y González. Gaceta de Tenerife 20 de junio de
1923
RECORDANDO LA CREACIÓN DEL CASINO SAN AGUSTÍN LOS
REALEJOS EN SUS 90 ANIVERSARIO:
En esas reuniones, de los preparativos para la noche
de San Juan en La Corona, deciden crear un lugar de ocio y esparcimiento en San
Agustín y fundan lo que fue Casino Realejos, (posteriormente tomaría el nombre
actual de “Sociedad Cultural y de Recreo Casino Realejos”. Toman la sede, en un
primer momento en un cuarto de la casa de Andrés Toste, colindante con el
actual Casino. También tuvieron la sede en el Convento de San Andrés y Santa
Mónica (que luego se quemaría, pasando a ubicarse donde hoy, en día está la
iglesia del Carmen). Finalmente, se ubican en una casa antigua, con patio y
balconada, pasando a ser propiedad de dicha Sociedad años más tarde.
A principios de los años 1970, la Junta Directiva que
lo presidía, decide demoler el edificio y construir el que actualmente está en
uso.
Adjuntamos imagen de la demolición. y otra en la que
se puede ver el patio y parte de la balconada.
Mil gracias a todos los que han aportado su granito de
participación, pata darle luz después de tantos tiempos. También me emociono,
como realejero, y poder conocer con claridad, está bella historia. La que estoy
seguro que esto lo van a conocer estas nuevas generaciones como las venideras.
Gracias al presidente Sociedad Cultural y de Recreo
Casino Realejos, don José Antonio, por contarme está bella historia, así,
gracias por esas imágenes.
Muchas personas, cuando nos despedimos, decimos mil
gracias de corazón. Pero, si lo analizamos bien, el corazón es cebo o musculo,
y eso no piensa. Creo, que mejor, es decir: “Mes despido con mi humilde
celebrito, y con mis mejores deseos”…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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