El amigo del Puerto de la
Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS. Remitió entonces (12/07/2019) estas notas
que tituló; “LA CASA DE AGUSTÍN ESPINOSA: UNA ARGUMENTADA REIVINDICACIÓN”: “…“De las casas del escritor
Agustín Espinosa” tituló Germán Rodríguez Cabrera (Los Realejos, 1981),
licenciado en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna y empresario,
premio de investigación 'Viera y Clavijo' en 2005, su muy argumentada
reivindicación del patrimonio de la familia del eximio autor (1897-1939), justo
en el año que se conmemora el ochenta aniversario de su fallecimiento. El
Gobierno autonómico, recordemos, dedicó el Día de las Letras Canarias a
Espinosa.
El año de Espinosa o el año
espinosiano, como gusta decir a algunos, encontró eco en las conferencias de
historia local que promueve el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias
(IEHC), incluidas en el programa de las popularmente conocidas como Fiestas de
Julio. El salón de plenos del Ayuntamiento portuense acogió la interesante
disertación de Rodríguez quien, desde 2008, viene ocupándose de las casas de
personalidades insulares. Citó, en ese sentido, la casa de los Estévanez, en la
curva de Gracia, que permanece cerrada, un ejemplo, entre otros, del celo de
los arquitectos para dejar su sello personal cuando afrontan proyectos de
reedificación o restauración.
Rodríguez se comprometió a
lanzar su mensaje proactivo a propósito de la intención de comprar la casa del
sabio realejero, José de Viera y Clavijo, la casa del centenario. El alcalde
del Puerto de la Cruz, Marco Antonio González, presente en la conferencia,
también quedó advertido con el inmueble de la familia Iriarte, en la calle San
Juan: “Hay que recuperarla -dijo- porque la importancia de varios componentes
es indiscutible”.
Los Espinosa, burgueses entre
dos pueblos, disponían de una casa comercial en la segunda mitad de los años
sesenta del siglo XIX y perdura hasta la segunda década del XX. A partir de
ahí, fue desmenuzando los orígenes de la actividad mercantil de la familia.
“Era el suyo un comercio abierto de amplio repertorio”, detalló. Lo desarrolló
en la Casa Espinosa, luego de Reid, ahora desparecida. Era un edificio
emplazado en la calle Iriarte, antes Venus. Fue vendido en los años 1965-66 a
una firma constructora que la derriba. El desarrollismo se la llevó por
delante.
Habló del patrimonio familiar,
de la casa del Puerto y de las propiedades de La Gorvorana, en Los Realejos. De
sus aguas se nutría el abastecimiento de la potable para todo el término
municipal. Las aguas para el Puerto: lo tuvieron claro. La fuente del Burgado y
los privilegios de La Gorvorana. Y también se refirió a la casa de la Cruz del
Rayo, en La Vera, la casa de recreo del escritor, segundo de doce hermanos. Fue
levantada entre 1908 y 1912, en un solar de la familia materna, siguiendo las
pautas de un mesurado eclecticismo.
El proyecto de la casa de Los
Realejos es atribuido a Antonio Martín Núñez, maestro de obras y sobrestante
del Ayuntamiento portuense. Presenta soluciones propias de lo que podríamos
considerar una arquitectura con algunos elementos se pueden interpretar en
clave masónica. En su interior destacan el mirador acristalado y el corredor.
Ulteriormente, los hermanos
Espinosa venden la propiedad al ciudadano holandés Johan W. Zwart (1903-1964).
Hace reformas. De media Europa vienen tras el rastro de lo que dejó Zwart en el
interior.
El historiador explicó otros
pormenores sobre fotografías obtenidas hace diez años, cuando se consumó el
derrumbamiento de la techumbre del comedor. El aspecto de abandono es tan
desolador que una somera descripción avergonzaría. “Combatir la desmemoria con
iniciativas para que repercutan en la opinión pública”, señaló Rodríguez antes
de concluir con una sentida apelación: “El año espinosiano tiene que ser un año
de oportunidades, entre las que debe figurar la restauración de la casa de Los
Realejos de Agustín Espinosa”, dijo, recordando que entre la Tertulia de los
lunes (en la localidad realejera) y las actividades del IEHC se había logrado
generar un ambiente de razonable expectativa.
Quedan seis meses para que las
instituciones competentes, cuya composición está recién salida de las urnas,
den ejemplo de sensibilidad por el patrimonio y acometan una actuación que se
corresponda con la importancia de la familia, principalmente, del escritor
Agustín Espinosa.
Germán Rodríguez Cabrera no
pudo ser más explícito…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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