DOMINGO RODRÍGUEZ DEL ROSARIO nació en Santa Úrsula y falleció
en la misma ciudad el 28 de mayo del 2021.
Le conocí en aquellas vacaciones escolares, en la que me iba con
mi primo Enrique Abréu Rodríguez “Quique”, a jugar al empaquetado de plátanos
de la Quinta de Santa Úrsula, donde Domingo trabajaba de peón, y mi tío materno
Enrique Abréu González era el encargado general.
Nunca supe que había conocido a un poeta del pueblo y para el
pueblo, hasta que comencé a leer sus prosas que publicaba en la prensa y en
inolvidables libros.
Domingo fue un hombre que tuvo que trabajar para ayudar a sus
familiares desde que era niño. Estudiaba en las escuelas nocturnas y por su
propia cuenta, tanto es así que se convirtió en el poeta festivo de su pueblo
Santa Ursula.
DOMINGO RODRÍGUEZ DEL ROSARIO me aseguró que nació para
escribir. Desde su juventud se sintió atraído por las bellas artes, por la
literatura especialmente, y me confesó que le hubiera gustado estudiar
filosofía y letras, pero no fue posible por circunstancias familiares y por haberle tocado una época difícil para
entregarse a los estudios reglados, por lo que se empleó a fondo como
autodidacta: “… "opté por otro camino por circunstancias de la vida, en
la familia éramos tres hermanos. Desgraciadamente, sólo quedamos dos, y no
podíamos estudiar por la falta de recursos económicos entonces.
¿Quién se atrevía estudiar con la barriga vacía? pero terminé
formándome en la escuela de la vida, que me ha capacitado para resolver muchos
problemas que he tenido que afrontar y resolver en este largo peregrinar por el
mundo"…”
Su último libro que
lleva por título "VIVENCIAS DE UN PUEBLO. SANTA ÚRSULA". Refleja una
aproximación al acontecer y devenir de la historia reciente de esta localidad
norteña, a caballo entre la expansión urbana y la pervivencia de las
tradiciones que emergen de la vida en el entorno rural que se resiste a ser
engullido por un desarrollismo voraz que ha sido atenuado por la crisis
económica y por la decadencia de valores.
DOMINGO RODRÍGUEZ DEL ROSARIO, un poeta festivo de su pueblo, un
hombre bueno, servicial, amable, comunicativo.
La verdad que sí, merece el mejor reconocimiento literario de su
pueblo santaursulero, y de todos los pueblos tinerfeños, al que le cantó y le
adoró.
Descansa en ese paraíso eterno, lleno de fe, esperanza y
misericordia. Y sigues escribiendo con tu verdadera pluma, tal como lo hiciste
entre nosotros en nuestro terruño.
Domingo, un abrazo amigo, y hasta siempre.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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