Instantánea de una gran Casona y Jardines de San Fernando tipo inglés, ubicada en el Puerto de la Cruz, en la zona del parque Taoro, se puede observar a
una familia inglesas en una de ella, en otra construyéndose dicha casona y en
otra la finca que le rodeaba.
La verdad que esta mansión es la
casa que se quemó hace unos años en el
lugar del antiguo hotel Taoro, conocida por la casa de la Coronela o El Robado, que en la época del recordado y mítico alcalde de la ciudad
portuense Paco Afonso Carrillo,
fallecido en trágica circunstancias en la isla de La Gomera en el mes de
septiembre del año 1984 quiso adquirir para reconvertirla en casa cultural.
El conjunto formado por La Casona y Jardines de San Fernando, antes El Robado
constituye un ejemplar de la arquitectura inglesa a finales del siglo XIX y consecuentemente representativa de
la implantación cultural británica en el municipio del Puerto de la Cruz. Sus
materiales originales son nobles (piedra y madera), tratados con procedimientos
artesanales. El saneamiento y las instalaciones de la edificación corresponden
a un periodo excepcional de la tecnología británica en fase de expansión.
La casa original fue construida enteramente con piedra de
cantera local, en dos plantas y varios accesos (principal y servidumbre),
siendo su distribución a la manera tradicional de las casas de campo inglesa
(hall, salón principal, de lectura, biblioteca, cocinas, habitaciones del
servicio, comedor, escalera de servicio y principal, dormitorios, baños, aseos,
etc.). Su techo se recubrió con láminas de pizarra, importadas de Gran Bretaña.
Asimismo, se trajo a un especialista en fontanería, el señor Ernest Uren, el
cual realizó un trabajo que, aun hoy, sigue asombrando. La Casona presenta una
obra de fábrica que llama la atención con detalles, como la obra de encofrado
entre las juntas de piedra, que son realmente artísticas, o el hogar (chimenea)
de las grandes habitaciones recubierto en mármol o madera, que denotan el
cuidado exquisito con que fue construida la casa.
Existían varias zonas de césped espaciosas, que se utilizaban
para los juegos de croquet (juego inglés que consiste en hacer pasar unas bolas
de madera por unos arcos situados en el suelo, golpeándolos con un mazo de
madera) y bolos. Había una cancha de tenis, cuyos restos aún pueden observarse,
y, por debajo de la casa, grandes huertas. También había jardines especiales
dedicados totalmente a plantas y árboles de las islas.
La labor de captación del turismo, que posteriormente tendría
tanta importancia, especialmente británico, se debió en gran parte a la labor
que realizaron algunos visitantes que decidieron quedarse y construyeron casas
para residir, unos esporádicamente y otros de manera permanente.
Entre ellos se encontraba el Coronel Owen Peel Wethered que decidió edificar El Robado, según referencias históricas en el año 1887, tomado ciertamente del nombre de la calle (Bélgica, en la actualidad) que hoy discurre hacia la Clínica Bellevue y que, por aquel entonces, así se denominaba.
Desde la construcción del inmueble hasta la actualidad se transmitió su propiedad en varias ocasiones, sufriendo alguna modificación durante ese periodo. Así el Duque de Peñaranda sustituyó el techo de pizarra por la típica teja canaria y su denominación de El Robado por la de San Fernando. En 2008 fue devastada por un incendio.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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