Fotografía referente a
una pintura de autor desconocido del final del siglo XIX, de la calle Quintana
del Puerto de la Cruz.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS
remitió entonces (11/10/2019) estas notas que tituló; “ACERVO”:
“…Diecinueve obras integran Acervo, una exposición retrospectiva
de los fondos pictóricos del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias
(IEHC), programada en los actos conmemorativos del Día de la Hispanidad (12 de
octubre) que anoche culminaban en el Castillo San Felipe con la performance del
escritor grancanario Alexis Ravelo y del músico portuense Ismael Perera en
torno a “Los crímenes de Agustín Espinosa”, otra contribución, por cierto, al
Día de las Letras Canarias, declarado en su momento por el Gobierno autónomo
(¿Hay alguna entidad que haya hecho más en este año espinosiano?).
La apertura de Acervo sirvió para reivindicar, por
enésima vez, una sede apropiada que albergue la riquísima pinacoteca del IEHC.
Tanto Ruth Pérez, comisaria de la exposición, que intervino con un video, como el profesor Nicolás Rodríguez
Munzenmaier, directivo y ex presidente de la entidad, valoraron la importancia
de los testimonios artísticos y las expresiones de los autores que han proyectado
su obra y a los que se pedía un cuadro o una escultura a la terminación.
Son la historia
misma del Instituto, rescatada parcialmente cuando programan estas exposiciones
y reveladora de la necesidad de contar con un espacio apropiado para apreciar
su inmenso valor. Rodríguez no se ha cansado de pedir esa sede y cuando pondera
los esfuerzos hechos para la conservación y clasificación de esos recursos,
propiedad del IEHC, no puede por menos que seguir aguardando con esperanza los
resultados de gestiones encaminadas a disponer, por fin, de un recinto museal o
similar que acoja esa historia y dignifique la aportación de tantos autores
locales, canarios, españoles y extranjeros que han dejado su firma en la
entidad portuense.
Imposible destacar
un cuadro sobre los demás en esta colección. Desde la Acuarela, de Jesús Ortiz (1961) a La mujer de Lot, de Jesús Torres (2012), pasando por una de
autor no identificado, obras de distintos estilos y distintas técnicas permiten
contemplar una atrayente serie pictórica. La siempreviva de Capablanca, de Antonio Rodríguez (2015); Carnaval, de Francisco Oliver (1979);
La casa de la Aduana, de Manuel
Sánchez Rodríguez (2018); Hossein Ghavanedy (2016), Francisco Borges Salas
(2016), José Darias (1995), Jesús Dorta (1997); Chío, de Lambert van Bommel (2014); Alexei Dvorak (2006),; Jardines del mar, de Rufina Santana
(2003); Muchacha con talla, de
José Morales Clavijo (1962); Jacques Tiercelier (1972), Composición, de Heide Poetzl (1968); Paisaje, de Eduardo Pérez (1977); Mandylow,
de Tomás Estévez López (2008) y Rocae,
de María Rosario Campos (1961).
Rodríguez apuntó que
pudo haberse editado un díptico con la referencia catalogada de la selección y
la comisaria, Ruth Pérez Ruiz, confesaba que, pese a traspasar diariamente la
puerta del Instituto, “no tenía ni idea de lo que se guardaba dentro”. Y fue
aquí donde conoció el legado artístico y cultural que sus fondos ofrecían,
“verdaderas obras de arte con las que te e3ncuentras un día inventariando y
piensas: ¿cuánto hará que esta pieza no la disfruta nadie; qué bonito, ¿quién será
el autor?, cuando lo pintaron, yo aún ni había nacido”.
Pérez Ruiz admite
que todas esas sensaciones hicieron que un día se planteara “generar una
muestra poniendo en diálogo las diferentes obras que aquí se encuentran, los
diferentes autores, técnicas, tamaños, soportes y fechas, una amalgama que he
querido cohesionar por medio de un concepto para darles cabida en esta
exposición”.
Es el Acervo, la historia viva de la
institución…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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