El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS
remitió entonces (14/10/2019) estas notas que tituló; “LA
MEMORIA ENRIQUECIDA DE AGUSTÍN ESPINOSA”: “…-Diré que yo estuve allí...
Cuando se es testigo de un acto
o un hecho sobresaliente, se puede afirmar con toda rotundidad, acaso para
reafirmar los valores del mismo, que tal presencia es intransferible, que lo
vivido o lo palpado es unipersonal y fue posible saborear todo su esplendor.
Fue en el Castillo San Felipe
[Espacio cultural], convocatoria de la apertura del curso académico (o de
actividades) del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC).Se
unieron, bajo el título “Los crímenes de Agustín Espinosa”, el escritor grancanario
Alexis Ravelo y el músico portuense Ismael Perera. Ninguna otra entidad ha
hecho tantos esfuerzos para proyectar la vida y obra del insigne autor
portuense que el IEHC. En el que es su año, el año espinosiano, según decidió
el Gobierno de Canarias para identificar el Día de las Letras Canarias, el
Instituto dotó de contenido sustantivo la tradicional conmemoración del 12 de
octubre (fecha con la que arranca el curso que se prolongará hasta el próximo
verano) con un acto singular que tenía mucho de experimental -no fue ni una
conferencia ni un concierto al uso- y que resultó todo un éxito: por el marco
-lleno en el recinto- y por el nivel de los intervinientes, entre los que hay
que consignar a los directivos Julio Afonso Carrillo y Margarita Rodríguez
Espinosa y al alcalde, Marco González Mesa. Son tantos los aspectos que hay que
seguir descubriendo de la producción intelectual de Espinosa, que testimonios
como el de Ravelo o la ejecución de Perera al piano vienen a resaltar la
dimensión de obra del escritor. Por eso...
-Diré que yo estuve allí.
Para escuchar a un Alexis
Ravelo, fresco, espontáneo y cercano. Leyó Crimen -la expresión más lograda y significativa de la
literatura surrealista- a los 19 años y desde entonces se enamoró de su obra,
de su imaginación inigualable entre los de su generación. Se nota que Ravelo
lleva en su piel la escritura de Espinosa. Por eso, cada palabra, cada
expresión, va encarnada de pasión, la misma que puso en sus investigaciones
José Miguel Pérez Corrales, el más conspicuo de sus estudiosos. Alexis Ravelo
subrayó que la desatención o la infravoloración hacia la obra de Espinosa ha
ocurrido fuera. Pero su aparición y sus textos “aparecen en el contexto de una
explosión creativa en la trastienda del mundo”. Y cuando desmenuzó las etapas
del proceso de depuración al que fue sometido el escritor portuense -en el que
hay un papel relevante y perseguidor del cura Manuel Socorro Pérez- fue
explicando las acciones, las maldades, los “delitos” que, metafóricamente,
sustanciaron “los crímenes de Espinosa”, haciendo suyo, naturalmente, el título
de su obra más destacada, cuya próxima edición, por cierto, anda ultimando para
que aparezca en breve en la colección 'Libros del tiempo', de editorial
Siruela. Fue un relato lúcido y ameno que elevó el tono de admiración hacia el
escritor, protagonista también de la Exposición Internacional del Surrealismo
celebrada en la capital tinerfeña en 1935, año en que aún presidía el Ateneo de
Santa Cruz de Tenerife. Junto a Pérez Minik, Eduardo Westerdhal, López Torres o
Pedro García Cabrera, hizo cuanto estuvo a su alcance para impedir la
prohibición de la película de Buñuel, La edad de oro. No olvidó Ravelo otro de los crímenes de
Espinosa: firmar un manifiesto que Gaceta
de Arte publicó contra la línea editorial ultraconservadora
de Gaceta de Tenerife que
se oponía ardorosamente a la proyección de la cinta.
Sonaron atronadores los
aplausos para el cofundador de la revista literaria La plazuela de las letras, cuando
minutos después se puso al piano Ismael Perera Hernández (Puerto de la Cruz,
1971), licenciado en Interpretación y Pedagogía del Piano por la Associated
Board of the Royal Schools of Music y experto universitario en Recursos y
Métodos de Educación Musical por la Universidad de La Laguna, compositor,
intérprete y director de grupos y orquestas.
Perera interpretó a José
Espinosa, hermano del escritor. Hurgó y hurgó hasta que encontró unas
partituras que ha querido respetar, sin perjuicio de algún mínimo ajuste para
su reconstrucción. Fueron tres piezas breves para piano, de claro sabor
afrancesado, escritas en los años 1929 y 1930: Preludio, Berceuse y Pastoral.
La mesura y la serenidad de las que hizo gala Ismael Perera, tras las
explicaciones que ofreció después de la documentada presentación de Margarita
Rodríguez Espinosa, fueron el broche de oro de un acto que cautivó a los
habituales asistentes de las convocatorias del Instituto y a quienes, más o
menos conocedores de la obra de Espinosa, contrastaron el nivel y la calidad de
la performance. Quién sabe, como preguntó el alcalde en su intervención de
clausura, si fue un estreno, también para los descendientes que no podían
disimular su emoción cuando todos nos congratulábamos del contenido y del
desarrollo de aquel acto, por fortuna grabado por el IEHC. Fue una cita
histórica, desde luego. Todos se marcharon satisfechos y unos cuantos podrán
corroborarlo:
-Yo estuve allí…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario