El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA
ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna remitió entonces
(29/02/2020) estas notas y fotografía que tituló “EL MATACULEBRA, MANUEL
J. LORENZO PERERA Y EL PUERTO DE LA CRUZ”: “…Dentro del ciclo
festivo del Carnaval, el ritual del Mataculebra constituye un acto esperado y
seguido. Su origen se remonta a la isla de Cuba y su llegada hasta nuestro
territorio nos aproxima ante una muestra más del contacto entre ambas orillas. Cada
año, el punto inicial se marca en la Punta del Viento. Niños y niñas del
municipio, alumnos y alumnas de diversos centros educativos del lugar, inician
el acto con la misma forma y representación que, con posterioridad,
interpretarán los adultos. Cantan al unísono, tocan el tambor y finalizan su
escenificación con la petición de dinero en sus sombreros a los espectadores.
Tras ellos y su despedida entre aplausos por parte de los asistentes inician el
acto miembros del Grupo Folklórico de la Facultad de Educación de la
Universidad de La Laguna. Al igual que los niños, con la cara, los brazos y las
piernas cubiertas de color negro, bailan y cantan al ritmo de una música que se
convierte fácilmente en pegadiza. En los cantos y la música participan tanto
hombres como mujeres. El sonido del tambor marca la base de un ritmo y de una
representación que tiene como escenario diversas calles portuenses. A su paso, con
ritmo de desfile, los locales y los foráneos se agrupan para observar con
sorpresa y cierta dosis de curiosidad la escenificación. Nadie queda
indiferente.
El origen de todo ello se remonta a Manuel Díaz El Catalina, cuyo espíritu inquieto aún
permanece en la memoria de muchos. Tras su fallecimiento en 1948 y, con el
pasar de los años, la actividad que tal hombre impulsó desde la isla de Cuba se
perdió. La sensibilidad, el esfuerzo y la constancia del profesor Manuel J. Lorenzo
Perera se lograría materializar en su recuperación en el municipio turístico,
con la realización de entrevistas a los que le conocieron, tanto a través de
familiares como vecinos. Gracias a la actividad desarrollada por numerosos
portuenses (especialmente del núcleo de La Ranilla) que conservaron la letra
original recitada por Manuel Díaz El Catalina,
se logró retomar una propuesta que sigue vigente. Sobre su vida nos habló
una de las personas asistentes al acto, Lola Acosta, quien aprendió la letra
siendo muy joven de la voz del propio Manuel Díaz El Catalina.
Un acto que, sin lugar a dudas, forma parte del
Carnaval y cuya presencia debe seguir siendo parte de su identidad…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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