Fotografía compartida
con la publicada en el “Diario de avisos” domingo 10 de octubre del 2021.
El amigo del Puerto de la
Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS. Remitió entonces (11/10/2021) estas notas
que tituló; “¡SUERTE, DIRECTOR!”: “…No nos conocíamos cuando en la primera etapa de vida
municipalista (1983-87), Agustín González se presentó a las pruebas para
acceder a una plaza del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Su ejercicio
escrito no dejaba lugar a dudas: allí había un redactor que no solo guardaba
las formas y enlazaba las oraciones subordinadas con soltura sino que
derrochaba imaginación a la hora de construirlas… y titularlas, como se
comprobaría con el paso del tiempo.
González
tenía olfato periodístico, de ahí que aparcara los estudios de Derecho de modo
que, al cabo, ya accediera al gabinete de la alcaldía para ocuparse de la
comunicación institucional. “Agustinillo”, le llamaba cariñosamente Félix Real
González, alcalde con el que colaboró estrechamente hasta el final de su mandato,
en 1995.
Agustín
González imprimió seriedad, calidad y diversidad a la información de la que era
responsable. En los desaparecidos festivales de Cine Ecológico y de la
Naturaleza y el de Aeronáutica, dejó ese sello. Se terminó acostumbrando a hacer
discursos pero lo mejor eran los dossiers documentales que preparaba con
fruición, antes de los plenos y de numerosas convocatorias institucionales. Los
compañeros de profesión se acostumbraron a su provisión: Agustín era garantía
de tomar las notas indispensables, de contar con relatos y antecedentes
seguros, de encontrar a un jefe de prensa predispuesto y apto para propiciar
soluciones a cualquier demanda, incluso la de los emplazamientos y la de
ofrecer el teléfono o fax para transmitir la información con prontitud, lo daba
casi todo hecho… Y por si fuera poco, sugería temáticas, más allá del ámbito
municipalista, que sirvieran para reportajes o similares.
Le
echaba horas, porque los buenos profesionales son así, sin reservas hasta
cumplir con el deber y, sobre todo, no dejar de informar. La polivalencia le
condujo incluso a preparar, con auxilio al principio y en solitario después,
los delicados trajines del protocolo.
En
1995, después de una insólita moción de censura, dejó el Ayuntamiento para
incorporarse a Diario de
Avisos. Seguía siendo el mismo Agustín de esmerado, ecuánime y
resolutivo, el periodista de raza que cultivaba cualquier género y trabajaba
para la primera del periódico. Se convirtió en notario del quehacer norteño, no
solo plasmando aspectos de la institucionalidad sino recogiendo la iniciativa
de los agentes sociales.
A
González le apasionaba el reportaje. Suya es la firma de muchos publicados en
la última página, en donde acreditaba sensibilidad periodística para
dimensionar adecuadamente perfiles históricos y humanistas. Volvió a los afanes
institucionales en 2007, en el mismo Puerto de la Cruz, pero ya estaba
predestinado al ejercicio cotidiano, al uso de la red, a las correcciones de
informaciones, crónicas y textos, a la búsqueda de esa foto que no aparece y a
los cierres a uña de caballo cuando se ha echado encima la madrugada.
A
ese Agustín González que vimos nacer y curtirse, periodísticamente hablando, le
han designado ahora director de Diario
de Avisos. Solo tenemos que congratularnos y desear que su cometido
sea exitoso, a sabiendas de que no será fácil. Tiene un rico bagaje y un
acreditado afán de superación, como cuando el inesperado fallecimiento de su
hermano Nicolás. Y el de Juan José Acosta, su amigo del alma.
-¡Suerte,
director!...”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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