Panorámica tomada en el frente norte de la portada
churrigueresca del acuartelamiento de infantería de la Villa de La Orotava y la
plaza de la Constitución, en la década de los años sesenta del siglo XX.
Al crearse el ejército regular en España en el año 1860, en las
metrópolis se instalaron los acuartelamientos de infanterías y artillerías,
mientras que en las poblaciones rurales instalaron los regimientos de montañas
y cazadores.
A la Villa de la Orotava, vino la compañía de montaña y
cazadores al final del siglo XIX, con banda de música incluida. Emplazándose en
el desamortizado convento agustino de Nuestra Señora de Gracia. Hasta que al
principio del siglo XX, se formó la compañía de infantería Orotava.
Muchas fueron las reformas que el ejército regular, realizó al
inmueble conventual, desapareciendo el claustro y corredor del patio central
que era de madera de tea, y además muchas dependencias agustinas. Me cuentan
que cuando se instaló el batallón borbónico procedente de Málaga, al principio
del siglo XX, se tuvo que habilitar el templo anexo de San Agustín para delegar
allí una gran parte de soldados borbónicos.
El balcón se colocó allí, en los años cuarenta del siglo XX,
siendo don Augusto Machado Méndez y Fernández Lugo el general Jefe del
Acuartelamiento. Fue trabajado por dos recordados ebanistas de la villa que
entonces prestaban el servicio militar en dicha instalación; Urbano Sosa y
Adolfo Padrón Hernández.
Me llama la atención y lo tengo en el recuerdo de mi infancia,
ver en el interior de la plateresca portada agustina, en los laterales de la
pared de fondo; un tabor militar rodeado de cuatros cornetas, que se usaban
para las marchas de instrucciones militares que entonces realizaban en el campo
de fútbol municipal Los Cuartos de la Villa de La Orotava.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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