Mi alumno; Antonio Miguel Guijarro,
natural de la Matanza de Acentejo, cuando vio esta foto, exclamó: “…Que pena como el hormigón acabó sepultando con todo esto…”. Tiene razón Antonio Miguel, pues lo
que en antaño se llamó el progreso, para traer el turismo, convirtió, este
emblemático territorio del Puerto de la Cruz, lo que hoy es un lugar
antiestético. Los Llanos de Martiánez en
la primera mitad del siglo XX, era un autentico verde platanal, deslindando con
un maravilloso camino que conducía el de San Telmo desde la Ermita hasta la
playa de Martiánez.
Y hablando de San Telmo el amigo del
Puerto de la Cruz; DON JESÚS HERNÁNDEZ MARTÍN conocido cariñosamente por “EL
VILLERO”, escribía unas notas que para muchos son totalmente inéditas: “…El pueblo de Puerto de la Cruz fue elegido por la
empresa cinematográfica alemana UFA para rodar los exteriores de dos películas.
La primera se tituló "La llamada de la Patria". Era una película bélica basada en la Guerra del Catorce. Uno de
los lugares elegidos para el rodaje fue la Playa de Martiánez, que en la película aparecía
como una playa cubana en la que pescadores negros recogían sus redes, y las
transportaban a su poblado. En la realidad el poblado estaba instalado en un
bosquecillo de palmeras existente en la finca de D. Víctor Machado, terrenos
que en la actualidad ocupa el Loro Parque.
También
se rodó en la calle Mequínez. El tramo de La Caletilla se convirtió en un campo de
prisioneros, donde se provocó un motín, interpretado con gran realismo por los
extras portuenses. Estos, además de cobrar su trabajo, recibían ropa nueva a
cambio de la rota en la revuelta de ficción. La escena más peligrosa era la de
una barca que se estrellaba contra una roca a la altura de la Punta del Muelle. Fue
realizada por los "especialistas" portuenses Juan Álvarez "El
Atravesado" y Sebastián "El Talega”.
Para la segunda película, titulada "Habanera", de ambiente
mejicano, los escenarios elegidos fueron la casa solariega de La Paz y sus contornos, el Paseo
de los Tarajales y la
Plazoleta de San Telmo, transformada por la magia del cine en
una hacienda, donde se celebraba una gran fiesta ranchera. Al compás de una
música grabada, una pareja profesional de baile español ejecutaba un número. A
su término, los espectadores, entusiasmados, aplaudían o lanzaban al aire sus
sombreros. No es preciso decir que los mariachis -musicantes, para los
alemanes- y los espectadores eran mejicano-ranilleros. Rosita Alcaraz -así se
llamaba la bailarina, creo recordar-, dejaba al descubierto buena parte de sus
hermosos y elegantes muslos cuando ejecutaba los giros de baile. Aquellos
rápidos revuelos elevaban los volantes de su traje andaluz, y los "musicantes",
alelados ante semejante visión, quedaban como paralizados, boquiabiertos, y
dejaban de tocar los instrumentos. El director de la película gritaba
entonces: "Musicantes", para que el improvisado mariachi ranillero
no interrumpiera el movimiento de sus manos. Esto suponía que la escena debía
suprimirse, para disgusto de la guapa bailarina y su pareja, que tenían que
repetir una y otra vez su complicada coreografía. Pero la verdadera fiesta la
proporcionaron los vestidos de charros en las calles del Puerto. Sin quitarse
ropas, aprovechaban los descansos del rodaje para dirigirse a comer.
El
rodaje de "Habanera" comenzó en 1937. Muchos de los extras tenían en
su bolsillo la orden de movilización. Cobraban un duro diario, tanto si se
rodaba como si no. Con este duro se podía comprar un par de "tenis japoneses", de muy buena calidad, a D.
Salvador Pérez, que los vendía en la oficina del empaquetado de su hermane
Paco; en la Plaza
del Charco…”
El
amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN
(ESPECTADOR), remitió entonces (2014) estas notas: “…CIERTO ATISBO DE
DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE FRANCO. Periódico LA TARDE, sábado 27 de octubre de
1973, pagina 6. Réplica de cuatro concejales (Lubary, García Guillén, Acevedo
Estévez y González de Chaves Rojas) al alcalde del Puerto de la Cruz. El
alcalde dice a los vecinos afectados que estén tranquilos, que sus viviendas se
respetan en el nuevo Plan General. Los cuatro concejales alegan que hay muchas
reclamaciones de vecinos de Mequínez, La Vera, San Antonio, El
Esquilón, Las Cabeza…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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