Fotografía en color referente a su etapa en la UD. Las Palmas.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió
entonces (1/9/2016) estas notas, que tituló “FELIPE MARTÍN, EJEMPLO DE
CONSTANCIA”: “…Las circunstancias han
querido que el partido de homenaje se dispute con la Unión Deportiva Las Palmas
como líder de la Liga de Primera división. Es el mejor regalo que podía recibir
Felipe Martín (La Orotava, 1952) el orotavense que esta tarde, en el Municipal
Los Cuartos, recibirá el merecido reconocimiento a su trayectoria futbolística.
En ese campo, aún con cancha de tierra, con graderíos incompletos y con
vestuarios rudimentarios que lo hacían aún más frío, empezó a jugar Felipe. Hoy
se acordará de quien debió ser su primer entrenador, Juan Villar, quien,
además, para desdoblar su personalidad, firmaba las crónicas de los partidos en
los periódicos de la época, Aire Libre
y Jornada Deportiva, con
las iniciales J.R. Aún nos
parece escuchar sus chillidos desde el banquillo o desde la banda.
Felipe jugaba en el Infantil Iberia, con el 7 en la espalda,
uniformado de blanquinegro. Era un extremo derecha que sobresalía por la
velocidad y porque era más espigado que los demás. Con razón, en los córners,
siempre se colocaba para rematar de cabeza. Después, un fructífero paso por los
juveniles, en los que ya se notaba la mano de los Sánchez, con varias
participaciones en la selección tinerfeña, siempre codeándose con las mejores. Estaba
claro que Felipe iba a ser llamado para empresas mayores. Por eso, saltó pronto
al primer equipo de la Unión Deportiva Orotava, en el que sobresalía, además,
por su entrega y pundonor. Era, como se decía entonces, de los que sentía los
colores.
Y del Orotava al Club Deportivo Tenerife, en el que militó un
par de temporadas, ya en Segunda
división ‘A’. Era el 7 fijo. La aparición de Felipe con los albiazules fue de
los primeros pasos para estrechar las relaciones del Tenerife con los equipos y
aficionados del norte de Tenerife, durante muchos años distantes y recelosas.
Hasta que su rendimiento atrajo la atención de los técnicos de
la Unión Deportiva Las Palmas, encabezados por García Panasco y Ernesto Pons.
El entrenador francés Pierre Sinibaldi es quien le da la alternativa: debutó en
el viejo ‘Carlos Tartiere’, frente al Oviedo. Era septiembre de 1973. Le costó
lograr la continuidad en las alineaciones, incluso jugó cedido una temporada en
Segunda, con el Sant Andreu, dirigido, por cierto, por Fernando Daucick.
Cuando retorna, Miguel Muñoz ya es entrenador de los amarillos
que, en la segunda mitad de la década de los setenta, hacían su ‘stage’ de
pretemporada en La Orotava y se concentraban en el hotel ‘Tigaiga’ del Puerto
de la Cruz. Es Muñoz quien le descubrió como defensor central. A Felipe le
correspondía cubrir la vacante, nada más y nada menos, que de Enrique Wolf,
traspasado al Real Madrid. Felipe se gana la confianza y la continuidad del
inolvidable entrenador y seleccionador nacional. Es indiscutible en las
alineaciones, se erige en un baluarte de la escuadra amarilla. Fue subcampeón
de Copa, tras la final perdida (3-1) con el Barcelona de Cruyff en el ‘Santiago
Bernabéu’.
Felipe Martín se ganó a pulso la internacionalidad. En tres
ocasiones vistió la roja, con Ladislao Kubala en el banquillo. Su regularidad
fue determinante, tal es así que completó trescientas ochenta y cinco
actuaciones oficiales con el equipo amarillo, doscientas cuarenta y tres de
ellas en Primera división. Jugó las últimas eliminatorias de la Unión Deportiva
en la desaparecida Copa de la UEFA y participó, a las órdenes de otro técnico
de grato recuerdo, Roque Olsen, en otro
ascenso, temporada 1984-85.
Serio dentro y fuera de la cancha, accedió a la capitanía para
acreditar el respeto que inspiraba a sus compañeros. Fue un ejemplo de
constancia y superación. Siempre atento y servicial, cuando Felipe dejó el
fútbol activo lo hizo sin ruido, sin estridencias, como correspondía a su
personalidad. Hoy, en aquel campo que le vio crecer con el 7 a la espalda,
escuchará de nuevo los gritos de Villar y marcará, con gesto emocionado, el gol
que corresponderá al afecto de sus
amigos y allegados, de todos los aficionados.
Quién le iba a decir que el principal equipo de su vida, la
Unión Deportiva, la haría los honores vistiendo de líder en el amistoso frente
al Orotava, que le hará entrega de la insignia de oro y brillantes del club en
reconocimiento a su trayectoria y a su
internacionalidad…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario