ANTONIO GONZÁLEZ LEÓN “SACERDOTE - PRESBÍTERO DIOCESANO”, nació en el año 1955 en San Miguel de Abona (Sur de Tenerife) y
falleció en el HUNSC donde se encontraba ingresado, en la tarde del día 11 de Agosto del 2019, a los 64 años
de edad.
Estudió en el municipio de San Miguel de Abona, ingresando muy joven en el
seminario Diocesano – NIvariense de La Laguna.
Fue ordenado
presbítero por el obispo Franco Cascón en agosto de 1981.
En su ministerio
estuvo encargado de las parroquias de San Marcos y Santa Rosa, en Agulo (La
Gomera) “1981-1989”; párroco de Nuestra Señora de la Encarnación y Santo
Domingo, en Hermigua (La Gomera) “1981-1989”.
Posteriormente fue
trasladado a La Villa de La Orotava al histórico Barrio del proletariado y del
gremio “Farrobo” “Villa Arriba”, donde prestó su servicio pastoral como párroco
del templo parroquial de San Juan B autista y a su vez encargado del templo
parroquial de San Antonio María Claret.
A partir del año 2005
fue párroco de Nuestra Señora de la Luz y Nuestra Señora del Rosario, en Guía
de Isora. En 2008 pasó a ser párroco de San Casiano en las Galletas.
Antonio González León
también fue arcipreste de La Villa de La Orotava y vicario territorial, en
distintos periodos, tanto de la vicaría del norte de Tenerife como en la del
sur de la isla tinerfeña.
Le conocí cuando tomo
posesión como profesor encargado del departamento de Religión Católica en el
IES La Orotava Manuel González Pérez, en el Barrio de San Antonio. Donde ejercí
como docente titular de Administración y Finanzas durante 34 años.
Mi amistad con Antonio
era acérrima, siempre hablando de Farrobo de sus gentes, de sus costumbres y de
sus tradiciones. Siempre me decía que no era partidario de destinar
económicamente, recaudaciones obtenidas a través de almuerzos que se
organizaban para enriquecer, procesiones y demás, habiendo muchas familias que
no tenían para comer, y vivir.
El siempre defendía la
causa de la pobreza, de la humillación de lo humano, los niños, los mayores, y
sus sufrimientos. Y sus vidas.
Antonio González León
fue muy querido en todo el Barrio orotavense del “Farrobo”, siempre estaba al
pie del cañón, luchaba por todos y llevaba la palabra divina a todas las
familias.
Un hombre bueno, con
un gran corazón, luchador por los demás, y defensor a ultranza de los derechos
de la vida y de la humanidad.
Fundó la Hermandad del
Cristo Yacente del Santo Entierro de San Juan Bautista. Permitió a la familia
Machado – Álvarez, colocar al Cristo de la Salud que habían adquirido en
Córdoba, en un retablo en el lateral de La Virgen del Carmen.
Propulsor de la
construcción del inmueble en unos terrenos anexos a la puerta trasera de la
sacristía del templo. Destinar; la parte superior a carita y demás y la
inferior a Tanatorio (dos salas con todos los requisitos necesarios). Así, como
restauraciones de imágenes que se encontraban en muy mal estado.
Fue taxista en el
Aeropuerto Reina Sofía del Sur de Tenerife, en sustitución de su querido padre.
Antonio, ahora sí que
está en tu querida casa, arriba con el Cristo de la Columna de Pedro Roldan,
con la Virgen del Carmen, con la de Gloria de Lujan Pérez, con tus amigos y con
tus seres queridos.
Un fuerte abrazo
amigo, ya nos veremos en ese paraíso eterno de la esperanza y de la
misericordia.
Me despido con un
escrito que me realizaste para el Nazareno de Santo Domingo de Guzmán de la
Villa de La Orotava: “…Llevando a cuestas su Cruz. En Silencio, con
paciencia, con amor, Jesús, el Nazareno, carga con la Cruz. No la Cruz bonita
que nosotros le pintamos, o que nosotros llevamos, sino la Cruz honorosa que
sus jueces le pusieron. Condenado a muerte, y muerte de Cruz. Para los judíos,
la Cruz era vergüenza y maldición. Para los romanos la Cruz era impotencia y
honor. Para nosotros, los creyentes, la Cruz llegará a ser victoria y
salvación. Jesús nos había enseñado a seguirle con la Cruz. El va siempre
delante o quizás al lado, para poder compartir fecharte una mano. Resulta que
todas nuestras cruces las lleva El, porque están incluidas en la suya. El cargó
con todas nuestras cruces: "Venid a mi todos los que estáis cansados y
agobiados, que yo os aliviaré". Desde que Jesús carga con la Cruz, todas
las muestras son más suaves y llevaderas. Todas. Por eso besamos y cantamos a
la Cruz de Cristo con su Cruz encontramos fuerza para caminar con la Cruz de
nuestro trabajo o nuestro paro, de nuestra familia, de nuestra debilidad, de
nuestra enfermedad, de nuestro fracaso. Como Cristo cargaba en silencio, con
paciencia, con amor. Contempla por un momento los que caminan hacia el Calvario
detrás de Cristo con su Cruz: ese accidentado que ha quedado en una silla de
ruedas, esos jóvenes que no pueden casarse porque no encuentran trabajo, esa
madre de familia víctima de una enfermedad incurable. Y mira también a los
hambrientos, a los refugiados, a los explotados. Solo nos queda una esperanza:
que desde que Cristo cargó con su Cruz, todas las cruces pueden ser redimidas y
convertidas en sacramento de salvación…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario