En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava
JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que
comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “SOLAMENTE PACHECO CONSERVA EL
VINO PENINSULAR”: “…Mi comentarios de hoy es recordando aquel año que la cosecha de vino fue
mala. En aquellas fechas nosotros teníamos bodega, y siendo clientes de los
almacenes de Don Jesús Rodríguez Franco ya mi padre estaba retirado de esa
actividad, les compramos dos cascos de vino peninsular de seiscientos litros,
uno blanco, y otro tinto (valían más los cascos que el vino). Los que vendimos
como peninsular fue la primera, y la última vez, porque yo al no entender nada
de la bodega, la dejé.
En aquel tiempo también lo vendían
por garrafones en las ventas de los Molinas, en la calle del Calvario y en el
comercio de Don Cipriano Escobar en la plaza de la Paz y al detalle con
almaderos las famosas bodegas de Pacheco que estaba en la calle Ascanio,
haciendo esquina con calle Tomas Zerolo (conocida por la calle del Agua) y otra
que pusieron en la calle Castaño (hoy Domingo glez.) donde tuvo la famosa
bodega Marcelino, Correa conocida por la bodega .Vinos de Tarragona.
Lo más gracioso era que la
gente decía que era pirriaco, pero se lo bebían tal vez, porque
era barato y algunos decían,
que por donde pasa, moja. Más tarde empezaron a llegar los célebres vinos de
Chile, que se vendían en garrafas de dieciséis, y de cuatro litros; era bueno y
la gente mal pensada, comentaba que era el mismo vino que los camiones llevaban
de madrugada, directos desde el muelle a las bodegas de La Matanza, La
Victoria, Sta Úrsula, y a varios sitios más y que era el que íbamos a tomar
nosotros los entendedores a esos sitios, y el que pagamos como el del país.
Yo no sé si era verdad, lo que
sí estaba claro que ya el vino, no faltaba nunca y que sobraba de una cosecha
para otra. Seguíamos con la incertidumbre que de donde era el vino que
estábamos bebiendo no sabíamos si era Chileno, peninsular, o mezclado. Algunos
que después de beberse un litro decía que era muy fuerte, que le dolía la
cabeza, como diría Chona: “chacho, yo me quedo boba”, si te tomas una cuarta
más, te dolería hasta el culo y otros decía que al hablar se les pegaba la “s”,
lo que sí era cierto es lo que cantó la Peña del Casco en las fiestas de
Invierno, con la música del hombre del tiempo, cambiando la letra que decía
así: “Solamente Pacheco conserva el vino peninsular”…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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