Fotografía
de la izquierda referente al Puerto de la Cruz, de mi colección particular
tomada de mi cámara. La de la derecha compartida con mi amiga: Dany Tabarly.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA
LLANOS remitió entonces (05/06/2022) estas notas que tituló; “RUBÉN
LÓPEZ GARCÍA, EL SABIO MODESTO Y SOBRIO”: “…Rubén
era el último de los hermanos López García vivos. Su biografía es la de un
sabio, la de un hombre de ciencia, por tanto cabal y juicioso, que cada verano
venía a su Puerto de la Cruz natal para disfrutar, entre otras cosas, leyendo
en la plaza del Charco frente a la ñamera que cantara como nadie María Rosa
Alonso.
Era licenciado en
Ciencias Biológicas (1963) y doctor en Ciencias por la Universidad Complutense
de Madrid (1967). Profesor de investigación desde 1989. Ejerció como profesor
ayudante de Fisiología Vegetal de la misma universidad y también como
‘Vissiting Associated Profesor’ en la Universidad Rockefeller de Nueva York
(USA), becario en el Instituto Superior de Sanidad de Roma (Italia) y en la
Universidad Agrícola de Wageningen (Holanda). Hizo cursos de especialización en
la Fundación Gulbenkian de Oeiras (Portugal) y en el Instituto Pasteur de París
(Francia). Fue director de cursos de doctorado en Barcelona y Madrid. Fue
también vicepresidente de la Asociación de Personal Investigador del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).Jefe de laboratorio de Genética
Bacteriana, donde trabajó en el denominado Streptococcus pneumoniae (neumococo) y sus bacteriófagos,
en particular, en la organización estructural y el papel de las enzima líticas
y de los bacteriófagos en la virulencia de neumococo y el genética de la
cápsula de este importante patógeno humano.
Publicó casi doscientos
trabajos científicos en revistas nacionales y extranjeras y es coautor de más
de ciento sesenta comunicaciones en numerosos congresos. Coeditor de tres
libros y director de seis tesis doctorales. Conferenciante en Estados Unidos,
Francia, Alemania, Italia y otros países. Fue colaborador de los eminentes
Severo Ochoa y Santiago Grisolía. Miembro de más de cincuenta tribunales de
doctorado en universidades españolas y de otros países.
Fue el primer
editor-coordinador de la revista Microbiología, editada
por la Sociedad Española y vocal de la Sociedad Española de Quimioterapia,
desde su fundación en 1987 hasta 2006. Fue en enero de este año cuando se
jubiló. Aunque ya se sabe que los hombres de ciencia no se jubilan nunca.
Sus amigos portuenses
recuerdan las visitas que hacían a su domicilio durante la enfermedad que
padeció en los años cincuenta del pasado siglo. Y cuando le despidieron (Martín
Bravo, Peri González y Manolo Torres) antes de marchar a Madrid. Pero siempre
volvía en agosto, a disfrutar de la quietud de la urbanización La Paz y del
ambiente de la plaza y del refugio pesquero, como cualquier otro portuense.
En 1984, pregonó las
Fiestas de Julio de 1984. Durante sus estancias en el Puerto, aprovechaba para
publicar, más de veinte trabajos de divulgación científica en los periódicos
Diario de Avisos y El Día. En 1990 le fue entregada la Medalla de Oro del
Centro de Iniciativas y Turismo (CIT). Disfrutaba, junto a Conchita Ronda, su
esposa, otra científica muy valiosa; y su sobrino, el doctor Nicolás López
Rodríguez, en el Lago y paseando por las calles de su antiguo barrio, donde
quedaron, por cierto, las esencias de su madridismo, esparcidas a lo largo de
su vida en nostálgicas y evocadoras conversaciones. Un socialdemócrata
humanista, cuando alguien le saludaba e interrumpía sus lecturas frente a la
ñamera, era correspondido con sus doctas y sustantivas apreciaciones.
Un sabio portuense, en
fin, modesto y sobrio, fallecido en Madrid el pasado viernes. La ciudad quizás
–o sin quizás- no haya reconocido ni sus méritos ni su contribución a la
ciencia y la investigación. Es hora de reflexionarlo…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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