El amigo del Puerto de la
Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (28/06/2022) estas notas que
tituló; “EL MÁGICO GOL DE CUCO EN LA MANZANILLA”: “…Dos días antes de fallecer, en plena
semana grande de las fiestas del Corpus Christi, pudimos transmitir, por medio
de su hija Cheli, en medio de un encuentro casual, el último saludo.
Felipe Padrón Jordán, popularmente
conocido por Cuco, llevaba algún tiempo internado en el hospital de Icod de los
Vinos.
Natural del Puerto de la Cruz, mecánico
de profesiòn, prestó servicios en Transportes de Tenerife (Hernández Hermanos)
y Titsa. Era inconfundible su estampa enfundada en un mono azul, recorriendo
las calles portuenses y de la Villa, donde contrajo matrimonio con Nena
Hernández Méndez. Sus hijos, Cheli y Felipe Padrón Hernández.
Jugaba de delantero, se formó en la
formidable cantera portuense y perteneció al célebre equipo del Once Piratas
dirigido por el inolvidable Roberto Hernández Illada. Fue la primera gran época
de esplendor del fútbol local. Dio el salto al primer equipo, en el que, pese a
la fuerte competencia, pudo hacerse con un sitio en la línea delantera,
alternando la titularidad. En la temporada 1959-60, formó parte y tuvo una
intervención decisiva en La Laguna, de aquel equipo que logró el ascenso a
Primera categoría regional, posteriormente inmortalizado en los versos
populares de Vicente Yanes, “aquel Puerto Cruz llamado el pequeño Real Madrid”.
Felipe o Cuco era, de algún modo, el
sexto delantero, según la configuración de líneas de entonces, lo que se dice
un suplente de lujo. Le atribuían picardía, rapidez de reflejos, agilidad y
capacidad de desmarque. Aprovechaba los rechaces, esos balones sueltos en el
área.
En el libro Recuerdos de un partido memorable C.D. Puerto Cruz-Juventud
Silense, original de Pedro Barreto, Gregorio Dorta y José Manuel
Martín, publicado por Asociación de Vecinos La Peñita-Aqualia, se recoge el
testimonio de Cuco, autor de un gol que a la postre sería decisivo.
En efecto, después de haberse proclamado
campeón del Grupo Norte, Puerto Cruz habría de enfrentarse al de la zona
Capital-Laguna, el Estrella, para disputar la plaza de ascenso a Primera. Para
los autores del libro, esa tarde el delantero anotó un gol mágico en La
Manzanilla. Relata Cuco:
“Yo entré en el equipo porque Del Pino no
pudo jugar y la verdad es que estaba un poco nervioso. Aquel día fue lluvioso,
encima jugábamos en el césped, no estábamos habituados y todo pareció estar en
nuestra contra. Pero todavía hoy, me acuerdo de aquel importante gol que
marqué. El centro vino desde la derecha y no sé si fue Germán o Vicente que
había cambiado la banda, pero lo que sí sé es que me metí entre dos defensas.
Ello no lo esperaban y me lancé en plancha, metí la cabeza y marqué. Fue
extraordinario. La pena fue que sufrí un golpe en la rodilla y ya no jugué el
partido de vuelta que ganamos 2-1 en El Peñón y alcanzamos el ascenso. Aquello
fue memorable”.
Cuco memorizó aquel gol y repetía su
relato cada vez que alguien se lo pedía o recordaba. Un testigo presencial dijo
que no había gritado un gol con tanta intensidad como aquel día.
Desde entonces, si lo permiten, el
delantero se quedó en el lado bueno de la historia…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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