AQUELLAS NOVELAS DEL OESTE

Folleto en mano,  compartido por el facebook.

 

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se tituló “AQUELLAS NOVELAS DEL OESTE”: “…En tiempos de mi juventud, éramos pocos los que no habíamos leído una novela del Oeste. Recuerdo verlas expuestas en las vitrinas de Librería Miranda, y Doña Juanita su propietaria, decirme que tardaba más en exponerlas, que la gente en comprarlas.

Esas historias inventadas por los novelistas como: Marcial Lafuente Estefanía, y otros tuvieran tanto éxito, cuyo argumento, sólo se trataba de bandidos forajidos, cuatreros, y pistoleros, que a lomo de sus caballos invadían el poblado a tiros, robando el ganado y asaltando el banco, disparando y matándolos a todos sin escrúpulos.

Y no digan si se descubría una mina de oro, en todas esas historias no podía faltar: el poblado, las granjas, los vaqueros, los indios, los federales, un predicador, una locomotora, el Sheriff, el muchacho que era el más valiente, y siempre salía ileso un hotel de mala manera, y el salón que entre Whisky, riñas, tiros, juegos, y trampas, se oirá unas notas de un piano desafinado en espera de la llegada de la diligencia que transportaba a la cantante, que era la estrella y a las chicas del can can que en el escenario bailaban y enseñaban las pantaletas hacían las delicias a los asistentes, los cuales las recibían con gritos, silbidos, tiros, y votando los sombreros al aire.

Era tanta la afición a aquellas novelas que en sitios como la venta de Caridad en la cancela, en el carrito de Manuel en la plaza de la Alameda, casa Manolo Quijada en el Calvario, y otros se dedicaban a alquilarlas. Eran muchos los que las llevaban al trabajo en el bolsillo trasero del pantalón para en el momento más oportuno terminarla de leer.

Sé que la cultura brillaba por la ausencia, fue un Boom de aquellos tiempos. Lo mismo sucedía cuando pasaba una película del Oeste en el teatro Cine Atlante, el lleno estaba garantizado, y los que decían que no leían esas novelas estaban sentados en primera fila. Lo mismo que hoy en todos los canales de televisión, las pasan a diario.

En este momento que estoy escribiendo está pasando la película “El Bueno, el Feo y el Malo” y anunciando para mañana “Harri el Sucio”. Se nota que esas películas que tanto gustaron en el pasado siguen gustando en el presente. Confieso, que a mí lo que me sigue gustando es la banda sonora de algunas de esas películas…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL