El amigo del Puerto de la
Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (03/12/2022) estas notas que
tituló; “EL FASCINANTE VIAJE DE LAS PINCELADAS”: “…Nos reencontramos
en el Instituto con Pedro González, Peri, Pegonza, con su décima exposición de
acuarelas, sustentadas por las que él llama “Pinceladas”, el origen de esta
actividad pictórica que ha llenado una buena parte de una senectud –que no lo
parece, ni por apariencia física ni por dedicación artística a tope- muy
provechosa y fecunda.
Vuelve Peri a hacer un viaje por aquellos
lugares que le inspiran, que le dicen algo y plasma con virtuosismo cromático
desde la siempre sugerente y delicada técnica de la acuarela. Paisajes y
motivos de París, de los bosques franceses que reflejan el apreciable
bucolismo, de Austria, Italia, Sevilla, Barcelona y Cuba. Su recorrido es una
invitación a contrastar la diversidad y la belleza. Como también a evocar y admirar
el naturalismo más cercano de nuestras montañas y nuestro litoral, de nuestras
poblaciones al límite, como Taganana.
Quienes hemos seguido desde cerca,
periódicamente, su capacidad creativa, sabemos que quien se iniciaba en el
género acuarelístico ha ido superándose con ánimo claro de perfeccionamiento.
Hoy Pedro González es un artista consumado, capaz de las tonalidades más
intensas o de las sutilezas más provectas.
Es un viaje fascinante, con un guiño al
volcán palmero incluido, allí en Cumbre Vieja, después de atravesar un bosque
de tajinastes, en otra isla, donde la naturaleza misma es un compromiso para el
autor en el que, además, se siente cómodo, como cuando tiene que plasmar algún
rincón urbano, pleno de vitalidad monumental y colorista, como es la plaza
Concejil y la escalinata del paseo Las Damas.
En el Puerto que le hubiera gustado
cantar a su amigo Luis Gálvez Monreal, se detiene en esa visión aérea que el inigualable
César Manrique concibió de una parte de la costa de Martiánez, aunque tuviera
que tragarse la “Coronela”, el último recurso para un baño en el mar aunque
bajara la marea, que diría la copla popular. A Peri se le debe, desde luego,
una revitalización artística de lo portuense, de sus rincones cercanos o
cotidianos.
Ahí tenemos, por ejemplo, ese atardecer
de Punta Brava que trata con esmero para que el oleaje suavice el adjetivo
hasta hacer de la lámina de agua una suerte de alfombra, tentadora para ser
pisada una y otra vez.
Pero el pintor salta también a otras
latitudes. A la Venezia romántica y gondolera; a la Florencia, donde el arte se
hace eterno y mágico; al París de atmósfera inigualable, entre versallesco y
aglutinador de adjetivos que ansía las tardes de bohemia; a la Viena donde un
sencillo pasaje urbano sugiere la dinámica de la ciudad que no descansa; al
color especial de Sevilla, con su duende que nos remite de inmediato al olor a
azahar; a la Barcelona nocturna del llamativo barrio gótico; y a La Habana,
donde se sublima la decadencia y el atardecer es una transgresión de la
monotonía cotidiana.
De vuelta a casa, hay que fijarse en el
sombreado con el que Pedro González identifica a la Laguna, un alarde como los
reflejos sobre el ciclista que prosigue su marcha, una asimilación de los
mejores rasgos clasicistas en las inmediaciones del orotavense conjunto
de San Agustín y de lo que desprende ese jardín de amapolas a las
que solo falta, si nos permiten la hipérbole, que huelan.
El acuarelista brilla en esta nueva
entrega. Sus obras cautivan. No es de extrañar, por tanto, que reciba mensajes
de admiración y que combine sus impresiones ya con dominio de sus colores y sus
pinceles. Lo mejor es que sigue viviendo su quehacer artístico como quien
emprende una ruta en la que va descubriendo matices y sugerencias hasta que se
detiene en lo que ha de plasmar con finura o delicadeza pictórica.
“La acuarela es una danza impredecible”,
escribió hace unos años la pintora chilena Cecilia Anich. Peri se suma al
baile, cada vez con más destreza, porque en la agilidad y la espontaneidad,
cualidades de esta modalidad pictórica, hay que desenvolverse con la soltura de
la que hoy hace gala.
Nota del
autor.- Texto leído anoche, en el Instituto de Estudios Hispánicos de
Canarias, en la apertura de la exposición Pinceladas-X Exposición de
acuarelas que permanecerá abierta, en horario de mañana y tarde, hasta el
próximo 30 de diciembre…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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