sábado, 3 de diciembre de 2022

MI PASO POR LA PEÑA DEL CASCO

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se tituló “MI PASO POR LA PEÑA DEL CASCO”: “…De jóvenes creo que por el año 1960 nos reuníamos varios amigos en la plaza de la Alameda (la Constitución) en el banco de piedras, en frente del kiosco. A veces jugábamos en el kiosco, al dominó, y escuchar los conciertos los jueves, y domingos a la banda de música. Ya lo he manifestado en otras ocasiones, en aquellos tiempos la banda en su repertorio nunca faltaba algún fragmento de zarzuela, y Melchor, Luis, Paco Quintero, Chicho, Agustín Machado, y otros que las conocían, las cantaban al compás de la banda, y fue así como yo al escucharlos me aficione, y empezó a gustarme.

Más tarde vino a La Orotava una compañía de Zarzuela, en aquel entonces al Cine Orotava poniendo en escena Doña Francisquita; fuimos y al día siguiente también al Teatro Topham del Puerto de La Cruz a ver Los Gavilanes. Recuerdo que fuimos al gallinero, yo ignoraba esa faceta de ellos, y como no, a echarnos las perras de vino y si el vino era cantor, terminábamos cantándola.

Ya en el año 1963 fue Agustín Machado quien dio la idea de hacer una Murga. Creo que oyó ensayar a una murga en Sta Cruz estando en el servicio militar, lo cierto es que lo logramos, y en 1964 salió por primera vez con la fantasía de los Cosacos. Los trajes los confeccionó Doña Lola González, tía de Agustín Machado, las polainas de cartón teñidas de negro, sombreros y escobitas que servían de instrumento. Se hicieron en el cuarto de ensayo en la casa Sindical cedido en aquel entonces yo por mi compromiso con la Orquesta, no pude salir el primer año, pero al tener a mi novia cerca, acudía a todos los ensayos. Era una novedad.

Fuimos la primera Murga del Norte. En aquel tiempo era muy difícil salir, teníamos que pagar para hacerle frente a los gastos; no recibíamos ninguna subvención vendíamos rifas, Lotería, y los cancioneros las letras de las canciones eran hechas por algunos de los componentes, y la colaboración de Manuel Mesa, Juan Báez, y mías, por las cuales fuimos en su día nombrados “Componentes de honor”, de lo que me siento muy orgulloso. Algunas enriquecidas con la música de los pasacalles de los cosacos de Katiusca y Amigos siempre amigos de los Gavilane, había que llevarlas a Información y Turismo para la censura y de ellas se encargaba el amigo Carlos Arguelles, a quién le debemos el nombre del Carnaval Villero, las traía casi todas censuradas; las cantábamos con mucho miedo, pero no las podíamos imprimir.

Según nos contó el director de la murga Agustín Machado estando actuando en la calle por fuera del antiguo Liceo, se acercó un guardia municipal preguntándole por el permiso por orden del alcalde, y sacándolo del bolsillo se lo mostró. Por aquel tiempo teníamos muchos temas que criticar, el puente y la fuente del Calvario estaban a medias , la poca luz y el asfalto, era un desastre. Que distinto a hoy que La Orotava esta muy bonita, pero siempre hay algo que criticar; por ejemplo seguimos sin tener donde hacer pipi.

Salíamos de La Piedad a ritmo de bombo y platillo hacia el Calvario para coger la guagua que nos esperaba para trasladarlos al Puerto de La Cruz, buscando algún dinero para ayuda de los gastos. Me encantaba la murga, pero solo pude salir en pocas ocasiones por mi compromiso con la Orquesta.

Salí de Madrileño, de Mary poppins, y aunque no saliera me hacía el disfraz, y al no poder salir se me ocurrió prestárselo a mi hermano, que era gran seguidor de la Peña para que saliera con ellos a vender los cancioneros; y cuál sería mi sorpresa: me llamaron diciéndome que la Peña no quería que mi hermano saliera con ellos, me sentó mal, y yo les dije que si mi hermano no cabía yo tampoco, y sin pelearme con ninguno, desde ese momento deje de ser componente el último año que salí según me decía Carlos Arguelles, que el Ayuntamiento le había dado 50.000pta para organizar el carnaval (que eran las fiestas de invierno), y lo bautizó como el “Carnaval Villero”.

Nos dio 5.000ptas a cada Murga por fuera de la ermita de La Piedad para un garrafón de vino, actuábamos junto con otras murgas en la plaza del Ayuntamiento, y terminando con una gran verbena con serpentinas y confetis en dicha plaza; la que estaba a rebosar. Nos ganamos muy bien el nombre del casco, porque tanto al salir de los ensayos, como en tantas ocasiones, nos tomábamos unos vasitos de vino.

Por aquel entonces teníamos muchas bodegas donde elegir: en casa de Anuncia, Braulio, Juan el cojo, Pedro el del poyo, Domingo el crusantero, Tomás el de la policía, Marcelino, y Onelia. Nunca pude saber quiénes eran los directivos, porque en realidad trabajaban todos, el director era Agustín Machado, y los demás fundadores éramos: Melchor Luis, Paco Quintero, Pepe Calzadilla, Julián Oliva, Felipe Hernández, Ruco, Manuel Estrada, Antonio Méndez, Abelardo, Goyo Oliva Chicho, Julián Escobar Manuel (ejemplar) Víctor Hdez Sálamo, Manuel Cabrera, Santiago Hdez, Antonio Trujillo, Jesús Martin, Santiago Toste, Reimundo Rodríguez, Leonardo Ruiz, Tomás Carrillo, Luis Escobar, Antoñito Rodríguez, Manuel Suárez y Jesús Rocío.

Después se incorporaron otros amigos: Agustín Glez y Carmelo Glez, Pepe Oliva, Jaime Machado, Eugenio Bolaños, Antonio P, Bernardo, Germán, y Falo. Al terminar los carnavales (fiestas de invierno) se hacía un almuerzo; uno de ellos fue a la casa de mi hermana Onelia que batimos el record, llegamos a las doce del medio día, y salimos a las doce de la noche. Ya más tarde lo hacían como premio a las señoras de los componentes invitando a los presidentes de otras murgas: presidente del Liceo, letristas y colaboradores en una bonita cena baile.

A veces en lo bajo de la Sindical en el Restaurante el Lagar, y otras en el Liceo Taoro, la Peña del Casco es mucho más de lo que yo reseño, en mi comentario. No hay que olvidar en todos los elencos que participaba: la vuelta ciclista al valle, la batalla de flores, destacando el homenaje a la vejez, en tantas ocasiones dándoles un paseo y terminando con un gran almuerzo; baile con espectáculos y regalos. Entre todas elegían a la reina. ¡Qué bonito era verlas con la ilusión que lo esperaban! No solo se celebraba en La Orotava, si no en varios pueblos de la isla invitando a los ancianos de Sta. Rita y los de La Cruz Blanca del Puerto.

Ya más tarde cambió a Fanfarria; a mí me encantaba, pero no puedo hablar de ella por no haber pertenecido. Todos los años los fundadores nos reunimos el lunes de carnaval en un almuerzo, para recordar aquellos viejos tiempos, y terminábamos cantando nuestro repertorio. De momento no hemos podido celebrarlo por esta pandemia, pero con la esperanza de que pronto volveremos a vernos.

En el vídeo aparecen las portadas de los cancioneros cedidas por el componente Manolo Cabrera, fallecido en estos días, y fotos de Arzola proporcionadas por gentileza de Fran García. Música de fondo: Arturo Castillo. Orquesta Orotava con la actuación estelar de Chago Melián…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

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