Domingo Martín García, nació en San Juan de la Rambla,
falleció en la villa de La Orotava el día 22 de septiembre del 2019.
Contrajo Matrimonio con la dama orotavense Milagro Ponce
Álvarez, de cuyo matrimonio tuvieron dos hijos: Ana y Dominguito Martín Ponce,
y nietos.
Sus primeros estudios, los realizó en San Juan de La Rambla,
continuándolo a trasladase a vivir a la Villa de La Orotava siendo aun joven, en
donde trabajó con la firma comercial “Santana”
y durante décadas como profesor de auto escuela.
Domingo y Milagro, un día aparecieron por mi casa: a
clases particulares en la azotea. Para preparar oposiciones a la banca, allí en
la que se denominó la CÁTEDRA DEL GALLINERO, estuvieron un tiempo hasta que me fui
a Madrid a realizar las oposiciones a la Formación Profesional, y me destinaron
a la ciudad de Riotinto, provincia de Huelva.
Cuando regresé a la Villa de La Orotava, por traslado al
IES La Orotava Manuel González Pérez del Barrio de San Antonio, la amistad
siguió a por vida, coincidimos en la AMPA: del Colegio Público de Nuestra
Señora de la Concepción, donde conseguimos ampliar el citado colegio hacía la
calle Viera, tal como lo vemos en la actualidad.
La última vez que vi al amigo Domingo Martín, fue precisamente
en este me de septiembre del 2019, concretamente en la calle El Tejar donde
iban a visitar la nueva vivienda de su hija Ana.
Cuando le fui a saludar, me quedé frio al ver su aspecto físico
desprovisto, por lo que me dio un abrazo. Me esperaba lo peor, pero no tan rápido
como fue.
Domingo me vas a tener que perdonar, porque no te fui a
despedir y a acompañarte, la verdad que me enteré de tu marcha al día
siguiente.
Domingo fue una excelente persona, un buen deportista,
jugó al fútbol en el Sporting Orotava.
Fue un muchacho con una comunicación y un respeto
formidable. Un amigo esencial y como profesor de auto escuela uno de los
mejores de nuestra isla tinerfeña, su enseñanza se caracterizaba por la
honradez, el compromiso y el conocimiento eficaz de sus alumnos.
Domingo en el paraíso eterno, donde coexiste la esperanza
y la misericordia, procura seguir siendo feliz, muchos de tus amigos andan por
ahí, incluso muchos alumnos de tu autoescuela.
Aquí dejas a la amiga Milagro desconsolada de verdad, a
tu hijos: Ana y Dominguito y a tus nietos, que te querían de verdad, porque
siempre fuiste un gran esposo, magnifico padre, y ejemplar abuelo.
Un abrazo amigo Domingo.
Hasta Siempre.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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