El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER
LIMA ESTÉVEZ Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna, remitió
entonces (02/08/2020) estas notas y fotografía que tituló; “ANTONIO OTAZZO: UN
OROTAVENSE UNIVERSAL ”: “…“Desapareceré, como un perfume en el agua/ como un
bálsamo en el aire, ¡pero mi obra queda! / Cual rebelde profeta que no se
rindió jamás”. De esa forma, con unas palabras marcadas por tanta fuerza, se
iniciaba el cartel de la exposición clausurada el pasado 31 de julio en el
Parque Cultural Doña Chana, situado en La Orotava. Allí acudimos para conocer
una muy pequeña y selecta parte de su amplia obra artística. Otazzo era un ser
de extraordinaria capacidad creativa y espíritu de trabajo. Sorprende conocer
que su legado está compuesto por miles de obras. Era un gran lector y, como
muestra de ello y a medida que pasaban los años, se advierte en su producción
un mayor conocimiento e ideal propio.
Observamos en la
exposición un primer cuadro dedicado a dos caballos, evocando fuerza y lucha
entre dos animales. Un segundo cuadro, con un colorido más exagerado y vivo, nos
aproximó ante la figura de su esposa en Venezuela. La silueta de una mujer
acostada también ocupó la atención en otra de sus imágenes, compartiendo pared
con una escena impresionante asociada al exilio. Este último aspecto puede ser
un reflejo y guiño a su terruño y, por supuesto, a la complejidad de un proceso
que no entiende de edades, expresando el artista esa dramática sensación
mediante rostros cabizbajos carentes de expresión. En la exposición, estas dos
últimas propuestas aparecían atadas por unos hilos entrelazados, simbolizando con
esa acción el carácter de una obra que aún no es difundida y que permanece
guardada a la espera de lograr la ansiada difusión. Otro de los lienzos nos
llevó ante la imagen de El Teide. Una obra en la que se entremezclan las
tonalidades y se da un protagonismo único a la silueta del punto más alto de
nuestro territorio. El agua y la tierra se muestran junto a un aparente
atardecer que dibuja tonalidades naranjas y amarillentas al fondo. También ocupó
su espacio un sugerente paisaje dedicado a la tierra venezolana en la que habitó
durante tantas décadas, teniendo como motivo central la visión de unas palmeras.
Dos interesantes esculturas con motivos prehispánicos y realizadas sobre piedra
cierran la propuesta, junto a una bella chaqueta regalada por los indígenas y
elaborada de forma manual con piedras colocadas una a una.
Una cruel muerte nos
arrebató a Otazzo en Venezuela. Se fue la persona pero queda su obra y la
Asociación Cultural Otazzo para seguir luchando por disponer de un espacio
permanente que permita conocer y difundir la vida y obra de un orotavense
universal…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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