Colección particular tomada de mi cámara.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS,
remitió entonces (12/08/2020), estas notas que tituló; “MARIO TORRES, LA
EXCELENCIA DEL CHIEF”: “…La dinastía de los Torres (Puerto de la Cruz, Santa
Úrsula, Venezuela, familia numerosa y longeva) sufrió ayer una sensible pérdida
con el fallecimiento de Mario, un destacado profesional de la cocina y de la
enología que se caracterizó por la innovación y la creatividad gastronómica y vitivinícola que supo granjearse el respeto y el
reconocimiento de los ámbitos respectivos.
Porque
Mario, en efecto, no fue un ‘chief’ cualquiera. Él no se conformaba con
elaborar personalmente los platos tradicionales o darles un mínimo toque
especial para que parecieran distintos. Se trabajaba las cosas, las probaba,
las estudiaba. Experimentaba pero lo hacía con seguridad. Hasta que daba con el
maridaje y con el sabor que pretendía.
Lo
mismo ocurría con el vino. Puso sello propio, Terral, a su producción, ganadora de premios. Pero
eso era lo de menos: lo que importaba era que el cliente se llevara una grata
impresión, que se marchara animado para repetir. Cuando salía una nueva añada, llamaba
personalmente a catadores y expertos para que le asesoraran y redondeara el
buqué (galicismo de ‘bouquet’, ‘aroma’, en castellano, el que adquiere el vino
durante el proceso de envejecimiento. Recordamos verle cumplir estrictamente
los cánones: agitar fuertemente la copa y dejarla reposar para percibir con
nitidez ese aroma.
Torres
visitaba ferias y asistía a convocatorias, de modo que estaba al día. Y hablaba
con propiedad cuando se abría algún debate de gastronomía entre entendidos.
Frecuentaba los mercados y mercadillos de la isla.
Gran
defensor del producto canario, hizo célebres algunas especialidades que mantuvo
en la carta sin restar espacio a las creaciones. Porque quiso hacer una cocina
creativa, capaz de entusiasmar a cualquier paladar por muy exigente que fuese.
Él mismo se ponía al frente de los fogones cuando sabía que había clientes a
los que gustaban las exquisiteces. Su toque era reconocido en garbanzas con
pulpo, huevos estrellados, puntas de solomillo con champiñones, calamares rellenos,
tollos, el cochino canario, las papas... en fin, cualquier cosa que se
propusiera. En cierta ocasión sirvió un sorbete de hierba y todo el restaurante
brindó con gozo y aplausos.
Múltiples
reconocimientos en su trayectoria profesional, entre los que sobresale el
premio a la Mejor Cocina Canaria, otorgado por Diario de Avisos en 2004, en ocasión de sus decimonovenos
Premios de Gastronomía.
Torres
dejó huella de su arte culinario en establecimientos de postín, en Santa
Úrsula, en ‘Los Corales’ –de honda tradición familiar-, después ‘El calderito
de la abuela’, y también ‘La bodeguita de enfrente’. También en el Puerto de la
Cruz, ‘Marisquería Mario’ y ‘Bodega Mario’, en la popular calle Corales, cerca
de San Telmo. Hasta llegar a ‘Donde Mario’, restaurante que cuidó con mimo y
con notable espíritu de superación. Desde el primero de los citados patrocinó
un espacio radiofónico referido a los partidos en casa del C.D. Tenerife.
Mario
Torres, víctima de una penosa enfermedad, luchó con denuedo hasta el último
instante. A su familia y personas allegadas dirigió un conmovedor mensaje
telefónico antes de fallecer. Le recordaremos por su esmero. Fue,
sencillamente, la excelencia del ‘chief’…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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