jueves, 2 de abril de 2020

LA ALFONBRA DESPUES DEL CONCILIO VATICANO II


Tapiz central del mes de junio del año 1965, de la plaza del Ayuntamiento de la Villa de La Orotava.
De las manos del recordado artista y alfombrista Pepe González Alonso, con su bello y difícil arte de transparencia, sobre el cuadro que en su parte superior representa la cena y en la central la eucaristía, con el sacerdote de cara a sus feligreses, leída en castellano en su totalidad.
Ese año el tapiz tuvo su relación con el Vaticano II a través del entonces párroco y arcipreste del templo parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción; Don Leandro Medina Pérez y su amistad con el director del tapiz don Pedro Hernández Méndez, para que diseñara en el boceto lo que fue el concilio del Vaticano II.
Un concilio ecuménico de la Iglesia católica convocado por el papa Juan XXIII, quien lo anunció el 25 de enero de 1959, siendo uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX.
Pepe González Alonso fue un artista genial, y en sus actividades alfombrísticas dejó impresa una garra de gigante. Pero ese gigante lo creaba con los mejores tesoros extraídos del Teide, como el cobre de los azulejos o el polvo anaranjado de Izaña.
Sus grandes alfombras son el resultado de un gran quehacer artístico y de un gran esfuerzo de muchos años de trabajo.
Es verdad; que Pepe se quedó solo. Hubo un tiempo en el que le gustó estar solo, el único, el más ingente, el más confidente de sus propios secretos. Sus alfombras, su arte, sin par, sin rival, era lo más admirable para el florecimiento de la Villa de La Orotava.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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